Overwatch | La Novela

Capítulo 32: Junkrat y Roadhog

—Me alegro de estar de vuel...

Winston pausó el vídeo.

—Doomfist ha regresado... —dijo.

—Nosotros también —le contestó Tracer.

—Bien...

—¿Cuántos agentes han contestado a la llamada? —preguntó Tracer.

—Ninguno —respondió Winston, secamente.

Hubo un silencio.

—P-per...

Una voz de hombre interrumpió a Tracer.

—¿¡Ninguno!? Vaya, pues me he quedado en bragas. Parece esto una fiesta de disfraces y no vengo disfrazado...

Tracer y Winston apuntaron al hombre que se acaba de quitar el puro de la boca.

—¿¡Jesse McCree!?

—¡Joder, sí! ¡Bajad las armas, ostias!

—¿Cómo has sabido dónde estamos? ¿Qué haces aquí? Te vimos en la televisión hace poco.

—Pff, muchas preguntas en poco tiempo.

El hombre aspiró con intensidad su puro y soltó una gran humareda.

—No se permite fumar aquí, Jesse McCree. Puedes afectar la salud de los jóvenes —riñó Athena.

—Joder, Athena. Ya estás tocándome las narices.

McCree se terminó el puro en un momento y lo tiró al suelo.

—Ya está, los niños están sanos y salvos. Un purito, no les va ha hacer nada.

McCree se quedó quieto al ver que seguían manteniendo las armas alzadas. Abrió los brazos y dijo:

—Va, disparadme o algo. Pero decidme algo.

—Responde a nuestras preguntas —dijo Tracer bajando el arma.

McCree encontró un sillón y se acostó en él, con las piernas hacia arriba, los dos brazos bajo su cabeza y tapándose el rostro con su sombrero de cuero.

—Ha eso me refiero. Disparad vuestras preguntas...

—Tú eras de Blackwatch, por lo que no eres bienvenido. Además no tendrías que haber recibido nuestra llamada. Solo era para los ex-agentes de Overwatch.

—Mira —dijo McCree—, puede que fuese de Blackwatch, pero no sigo sus ideales. Yo lo abandoné junto a Genji, el mismo día que... Bueno, que ocurrió lo que ocurrió...

Tracer y Winston se miraron, creyéndole.

—No he recibido vuestra llamada, no sé ni de que me habláis. Solo he venido para advertiros de algo chungo... Habéis dicho que me visteis por la tele, ¿no?

—Sí —respondió Emily.

—Bien, yo me encontraba en un hiper tren tranquilamente... Y de repente, apareció un helicóptero de Talon... ¡Qué por cierto, los jodios llevan su logotipo pintado, tienen un par de huevos!

—¡Al grano! —ordenó Emily.

—Vale, vale, chica desconocida. Si yo no me enrollo. Pero es que, me flipa que lleven el logotipo en un helicóptero cuando son unos conocidos terroristas, y...

—¡McCree! —gritaron todos a la vez.

—Estoy de coña, je, je.

Ninguno sonrió y McCree decidió ponerse serio.