Capítulo 3: Mondatta

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—¡Qué pasada! —gritó Tracer emocionada, entrando al salón dónde Emily y Winston se hallaban.

—¿Qué ocurre? —dijo Winston.

—¡Mondatta viene aquí, a Londres, a King's Row!

—¿Mondatta? ¿En persona? Bueno, ¿en maquina? —se preguntó Winston.

—Exacto, está dando discursos por todo el planeta, intentando poner la paz entre omnicos y humanos.

—Guay, maldita crisis omnica...,hizo mucho daño... —dijo Winston agachando la cabeza.

—Es que yo no lo entiendo, ¿qué problema hay en que los robots, androides, omnicos, llamalos como quieras, vivan con nosotros? Estamos en el futuro, ¿para qué mirar el pasado? —dijo Emily con un tono airado.

—Como ha dicho Winston, la crisis omnica hizo mucho daño... La gente teme que vuelva a ocurrir y encima ahora, Overwatch ya no está operativo —dijo Tracer.

—Molaría que volviera... —dijo Emily.

—Sí... Pero es imposible, Jack, Ana, Gabriel y todos los demás están muertos... —dijo Winston melancólico.

—¿Y si buscamos a nuevos héroes? Además, no todos murieron. Mira Genji y Mercy por ejemplo, siguen luchando por la paz —comentó Tracer.

—Tienes razón... Pero no lo veo, además, no tenemos el apoyo del gobierno, seriamos delincuentes, no podemos tomar la justicia con nuestra mano.

—Es verdad... —se desanimó Tracer—. En fin, entonces, ¿Vendréis a ver a Mondatta?

—¿Cuándo es?

—Este viernes, a las 21:30 de la noche, en la plaza.

—Yo ya no estaré aquí, iré a casa. Tengo que hacer compañía a Athena —dijo Winston.

Athenea era la inteligencia artificial que fue desarrollada para ayudar al equipo de Overwatch.

En sus tiempos, era muy poderosa porque estaba instalada en un montón de dispositivos del equipo y también en las distintas instalaciones y localizaciones del gobierno.

Pero ahora solo quedaba una activa, en Gibraltar, ya que fue la única instalación de Overwatch que dejaron intacta, seguramente por ser la que más seguridad tenía. 

Athena es la única que mantiene todos los datos de los agentes de Overwatch, sus nombres reales, edades, localizaciones, etc...

La base de Overwatch de Gibraltar estaba en medio del mar, construida encima de una isla de rocas. Era enorme y el lugar preferido para trabajar para los miembros. Los de Blackwatch también podían acceder a ella.

Para abordarla, los integrantes usaban pequeñas naves o teletransportadores.

Hoy en día, Winston la usaba como hogar. Vivía allí junto a Athenea, comiendo, haciendo deporte y sobre todo, podía hacer sus experimentos, sin importar el tamaño o peligro que tengan. El gorila una vez, hizo explotar una granada magnética que hizo temblar toda la isla.

—Es verdad, pobre Athena, estará sola —dijo Tracer.

—Lo siento, Lena... —dijo Emily—. Ese día estoy trabajando, ya lo sabes.

—¡Joh! Bueno, pues iré sola.

—Ve con cuidado ese día —le advirtió Winston.

—¿Por?

—No todo el mundo quiere a los omnicos, King's Row está lleno de propaganda anti-omnicos. Podrían hacerle un ataque, ya lo han intentado en varias ocasiones.

—Habrá mucha seguridad —dijo Emily.

—Sí, tendré cuidado.

Viernes, Plaza principal de King's Row, 21:30 pm

Tracer llegó a la plaza, vestía con su ropa preferida de color naranja y una chaqueta marrón. Tenía su acelerador cronal cargado al máximo y en cada uno de sus brazos, poseía una canana con una pistola de pulsos en cada lado.

Eran sus dos pistolas favoritas que usaba cuando estaba en Overwatch. Gozaban de poder disparar en dos segundos 40 balas. Además que al ser de pulsos, su munición era infinita, solo tenía que girar una tuerca para poder volver a usarlas y gracias a sus habilidades, podía recargarlas en menos de un segundo.

Tracer hoy iba preparada para cualquier situación, usaría las pistolas y sus habilidades de traslación o regresión (viaje en el tiempo), para poder salvar a su ídolo en caso de peligro.

La conversación que tuvieron acerca de Overwatch, le trajo buenos recuerdos. A ella le encantaba ayudar a la gente, y si hoy atacaban a Mondatta, ella estaría ahí para salvarlo.

La plaza de King's Row estaba repleta de personas y omnicos. Muchos londinenses, querían la unión y se notaba muy bien, no paraban de gritar: ¡MONDATTA! ¡MONDATTA!

Pero, ¿y los que pensaban en contra? ¿Dónde estaban?

Tracer se acercó un poco más al escenario en el que Mondatta, daría su discurso. Una niña se emociono al ver el acelerador cronal de Tracer.

—¡Mira mamá! ¡Mira! —dijo estirando del vestido de la madre.

Como bien predijo Emily, había mucha seguridad. En los escenarios, se hallaban dos hombres de traje negro y en los edificios de alrededor varios francotiradores.

Por fin, Mondatta apareció en escena. Los gritos de emoción aumentaron. Tracer no podía creer que tenía a uno de sus ídolos tan cerca.

Como todos los omnicos, tenían forma humanoide, vestían con ropas y eran delgados de color plata.

Hace años, un grupo de omnicos descubrieron un despertar espiritual. Por lo que, abandonaron sus vidas pre-programadas para establecer un alto monasterio en el Himalaya, dónde los omnicos, podían reunirse para reflexionar sobre la naturaleza de su existencia. Tekhartha Mondatta era el líder, y se hizo cargo de las ruinas de un antiguo monasterio, donde formaron un grupo llamado el Shambali. Enclaustrados y alejados del mundo, meditaron sobre la naturaleza de la realidad y su propia existencia. Después de muchos años, llegaron a una conclusión: Eran más que una inteligencia artificial. Como los humanos, que poseían almas.

Mondatta predicó por muchos países provocando así, una mejor convivencia entre humanos y omnicos. Sus discursos eran tan buenos que hasta los más tercos, cambiaban su forma de pensar.

Los omnicos, buscan su lugar en el mundo, y su futuro es materia de preocupación en todos lados. Hacer que una inteligencia artificial posea derechos – ¿Deberían poseerlos? , ¿Se les permitiría votar? Mondatta piensa que sí.

Rusia, es el país con más odio a los omnicos, la fábrica liderada por Kathya Volskaya, esta constantemente creando armas contra ellos, por ejemplo, unos gigantes mecanizados piloteados por humanos, conocidos como Svyatogor, son un gran peligro para los androides.

Mondata aguantaba la serenidad, abrió los brazos como si pudiera abrazar a toda la multitud y comenzó su discurso:

—Humanos, máquinas, todos somos uno en el iris —la gente le aplaudió, Tracer estaba emocionada.

—Ante mí veo el futuro, humanos y omnicos, juntos... —siguió Mondatta.

Una chica de cabello rubio cubierto con un gorro, abrazada con sentimiento a un omnico, «¿sería su pareja?», pensó Tracer.

—...Unidos por la compasión... —seguía Mondatta.

Tracer vio como uno de los seguratas del escenario, se llevó la mano al odio, al pinganillo. Algo no andaba bien.

—Por esperanzas y sueños comunes... —toda la gente aplaudió al omnico exceptuando a Tracer, que se alejó de la multitud, algo malo estaba pasando en los edificios cercanos.

Overwatch | La NovelaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora