Taylor
Se apoyó contra su escritorio y apretó con fuerza el bulto que escondía la toalla.
Mierda.Después de limpiar el desastre del café derramado y trozos de taza del suelo, esperó diez minutos antes de llamar a la puerta para dejarle una toalla y una camiseta y bóxer para que pudiese cambiarse.
*****
Alexa
La ducha le sentó mejor de lo que esperaba.
En realidad solo pretendía alejarse de él y de su cuerpo que enviaba cientos de descargas al suyo.Ella ya había estado antes con otros chicos.
Unos mejores, otros no tanto, pero ninguno la había dejado temblando como este y ni siquiera la había tocado.
Bueno, en su sueño, si. Y menudo sueño.El sonido de sus nudillos golpeando la puerta la devolvieron a la realidad y así evitar pensar en la erección de él clavándose en su cadera.
-¿Estas vestida?
-No.
-Joder... Vistete y sal ya. He preparado algo para desayunar.Tras secarse el pelo como poco pudo y vestirse con la ropa que él había dejado para ella en algún momento mientras se duchaba, se dirigió al salón.
La ropa le quedaba enorme, pero por lo menos era cómoda y estaba limpia.
Encontró a Taylor frente a la ventana, justo donde ella había estado antes de arrojarla al suelo como un burdo saco de patatas.
Sus ojos de desviaron hacia la mesa.
Desde luego, había pensado en todo.
Café, zumo y tostadas.
-No tenías que haberte molestado. No suelo desayunar mucho por las mañanas.
-Anoche te dormiste y no cenaste nada, así que ahora debes estar hambrienta.
Lo estaba, pero dejó de pensar en comida tal y como él se volvió a mirarla.Sus ojos se oscurecieron. Pasaron de verde claro a uno oscuro y peligroso.
Aferrándose a la camiseta y tirando hacia abajo de ella para cubrir sus piernas todo lo posible.
-No me mires así.
-No es algo que pueda evitar. Eres realmente una tentación.
Dio un paso hacia ella, haciéndola retroceder.
>>¿Me tienes miedo, Lex?
El corazón se le paró.
-No me llames así.
-¿Por qué no?-avanzó otro paso.- Me gusta como suena.
-¡Basta!-corrió de nuevo hacia el cuarto de baño y esta vez se encerró bien en él.*****
Taylor
-¡Abre la maldita puerta! ¡Alexa!- golpeó una y otra vez hasta que comprendió que no conseguiría nada así.
Tomando la decisión, embistió contra la madera, abriéndola de golpe, arrancándola de las bisagras y cortando a Lex con una astilla.
-¡Serás idiota!
-Tú eres la idiota. ¿Que pretendías?
-Quería estar sola.
-Por si no te has dado cuenta, estoy contigo. Te estoy protegiendo.
-¿Y quien me protege de ti?
-Mierda, Alexa.- negó con la cabeza y le tendió la mano- Levanta del suelo. Voy a curarte esa herida.
-Estoy bien. Solo es un rasguño.
-Por favor.
-Está bien.
Mientras él limpiaba cuidadosamente la herida, ella le observó atentamente.Sus facciones eran duras y tenía un pequeño hoyuelo en la barbilla que solo lo hacia más atractivo hacia las mujeres, así que suponía que no le era totalmente indiferente a ella, sobretodo teniendo en cuenta sus sueños de anoche.
-Lo siento.
-¿Por que te disculpas?
-Por abreviar tu nombre. No pensé que te molestase.
-No lo hace. Mi familia me llama así, sobretodo mi hermana. Ella fue quien lo puso de moda.
-¿Por qué te enfadaste entonces?
-Extraño mucho a mi familia. Hace más de seis meses que no voy a verles. Hablamos todos los días, pero es muy duro.
-Entiendo.
-Creo que quizá si me coma esas tostadas. Todo esto de evitar morir a manos de mi loco protector, da hambre.
-No intentaba matarte. Estás aquí precisamente para que pueda mantenerte a salvo.
-¿Y que hubiese pasado si llego a estar tras la puerta?
-No se me ocurrió.
-Típico de los hombres.- cogió una tostada y la mordió.
Tuvo que hacer un enorme esfuerzo para no mirar como sus dientes se clavaban en el pan, ni como la comida bajaba por su garganta.
-¿Y encerrarse en el baño no es típico de las mujeres?
-Rumores.- ambos sonrieron.
-Tienes una bonita sonrisa. Deberías mostrarla más.
No sabía de donde habían salido esas palabras pero ya no podía retirarlas.
-Dame un motivo.
-Cuando todo esto termine, te daré varios.
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Savi'n me (Serie Love 11)
RomanceLEX Soy solo una chica trabajadora, amante de los ordenadores y con una enorme curiosidad. Si a eso le añado mi afición a meterme donde no me llaman... Así que ahora estoy siendo perseguida. ¿Quien me lo iba a decir? Y no solo debo preocuparme por...