Savi'n me (Serie Love 11)

28

Garreth

Algo no va bien. No sé como lo se, pero lo siento en el pecho.

He dejado a mi chica en la habitación para poner a su familia al día, y de paso, hablar con sus padres.
Nunca pensé que yo sería de los que se casaría, pero quiero su bendición. Quiero hacer bien las cosas.

El timbre suena y Stella se ofrece a ir, seguida por Ian.
Una vez a solas, con los que espero, sean mis suegros, la sensación de que algo no va bien, persiste.
-¿Que más tienes que decir?
Me centro en el padre de Alexa, aunque la opinión de Arin es importante también.
-Amo a su hija. Quisiera tener su permiso para casarme con ella.
Ambos sonríen. Creo que eso es bueno.
-Estábamos empezando a temer que no fueses a preguntarlo nunca.
-Pensé que no estarían de acuerdo. Hace muy poco tiempo que estamos juntos y todo ha ido muy deprisa, pero la amo y ella quiere estar conmigo. Y eso es lo único que me importa.
-Te agradezco que nos lo hayas dicho, aunque creo sinceramente que te habrías escapado con ella de haber estado en contra.
Es mi turno de sonreír.
-Bueno, yo...
La puerta se abre de golpe y entra Stella con Ian y un hombre que no he visto en mi vida.
-¿Que pasa?- pregunto extrañado de que hayan entrado de ese modo.
-Alexa se ha ido. Este hombre la llevó a las afueras y ella le pidió que nos entregase esto.
Me tiende un papel y me levanto de golpe, consciente de que tendría que haber hecho caso a mi intuición.

Desdoblo el papel tratando de que no caiga de mis manos a causa de como me tiemblan.

No podía dejar que le ocurriese nada a Garreth.
Fue poco tiempo, pero mereció la pena cada segundo, incluso cuando discutimos.
He encontrado algunas cosas acerca de William Ramos y no es bueno.
Se lo he mandado todo al agente Phillips.
Está codificado, y solo Owen podrá acceder a ello.
Siento haberme ido.
Os quiero.

Arrugo el papel dentro de mi puño tratando de no gritar.
-Traed a Owen aquí. Necesito esa información. Y usted-digo volviéndome hacia el desconocido.- lleveme a ese lugar.

Armado hasta los dientes, subo al taxi y me centro.
Pienso ponerla sobre mis rodillas cuando la encuentre, pero ahora mismo, solo rezo para encontrarla con vida.

Los minutos me parecen horas. No vamos lo suficientemente rápido y cuando finalmente llegamos al lugar, sé que es demasiado tarde.
El fuego lo ha consumido todo.