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Alexa

Esperó pacientemente a que conectase y cuando por fin los vio a través de la pantalla se emocionó.

Ahí estaban las dos personas a las que más quería en su vida. Sus padres.
-Mamá, papá- un nudo se formó en su garganta y las lágrimas quemaban tras el lagrimal.- Os echo de menos.
-Nosotros también a ti, pequeña.
Su padre, siempre tan amable, tan bueno, tan enamorado de su mujer y feliz con su vida, se veía ahora cansado, como si lo hubiese perdido todo.
-¿Estás bien, Lex?
-Si, mamá.
-Cuando hablamos el otro día, sabía que me mentías. Al colgar, llamaron a la puerta. Un policía nos contó que estabas bajo custodia policial. ¿Que ha pasado?
-Parece que metí las narices donde no debía, pero no quiero hablar de eso. ¿Como estáis todos?
-Estamos bien. Preocupados por ti.
No dudaba que eso fuese cierto, pero por como se miraron antes de responder, había algo más que estaban tratando de ocultarle.
-No lo hagáis, por favor. Estoy en buenas manos.
El sonrojo apareció sin que pudiese hacer nada por evitarlo.
-¿Que demonios quiere decir eso?
-Estoy enamorada, papá.
Se puso blanco.
Su madre, sin embargo parecía encantada.
-¿Quien es él?- preguntó su padre mientras su madre deshacía los puños en los que había convertido sus manos.
-Se llama Garreth Taylor.
-¿El policía que se supone debe protegerte?
-Si.
-Alejate de él, Lex.
-¡Papá!
-Hablo en serio. ¿Cuantos años te saca?
-Unos pocos.
No entendía porque se ponía así. Chris le sacaba doce años a Audrey y catorce a Tyler.
-Repito. Alejate de él.
-No lo haré.
Ya no era una niña a la que podía decirle que hacer.
Nunca había desafiado a su padre, pero en esto se negaba a ceder.
-Alexa Jones, te lo prohíbo.
-Me da igual. Soy adulta. Una mujer. Y tu ni nadie puede decirme con quien puedo estar o a quien debo entregarle mi corazón.
Vio como sus palabras les afectaban, pero ya era demasiado tarde para retractarse.
>>Lo siento mamá. No quería discutir.
-Tranquila, cariño.
-Os quiero.
Cortó la llamada y rompió a llorar.

*****

R.Jones

A doscientos quilómetros de donde se encontraba su hija llorando por su culpa, su mujer le golpeó en el brazo.
-Si perdemos a nuestra hija, te arrepentirás.
-Vamos, Arin...
-Ni me hables. Es tu hija y está enamorada. Deberías alegrarte por ella.
-¡Es mayor que ella!
-Chris es mayor que Audrey y no te pudiste de este modo.
Tenía razón, como siempre.
No era por la edad que él no quería que su niña mantuviese una relación con ese tal Garreth Taylor.
-Tiene treinta y dos años, Jones. Ya no es una niña.
-Siempre será eso para mi.
-Y para mi, pero no podemos decirle de quien enamorarse.
-Tienes razón. La extraño. Está lejos y no puedo protegerla y eso me está matando.
-Lo sé, cariño.- le abrazó durante un buen rato antes de volver a hablar.- Te pondrás en contacto con ella para disculparse o dormirás en el sofá el resto de tu vida. ¿Soy clara?
-Como el agua.
-Perfecto.
Una vez a solas, Richard Jones sonrió.
Incluso leyéndole la cartilla, Arin era caliente como el infierno.
Sin embargo la razón de su malestar no desaparecería tan rápido como el enfado de su mujer.

¿Es que ni ella ni Alexa se habían detenido a pensar en que siendo policía, Garreth podría perder la vida con más probabilidades que cualquier otro civil?
¿Que pasaría entonces con el corazón que su hija tan alegremente había entregado?

Se disculparía, pero tenía que hacerles entender.
Y desde luego, Lex tenía que volver a casa.

Savi'n me (Serie Love 11) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora