Savi'n me (Serie Love 11)

27

Alexa

Esperó a quedarse sola en la habitación mientras Garreth se encargaba de llamar para que arreglasen el cristal y de paso poner a la familia de su chica al día.

Alexa se había excusado diciendo que tomaría una ducha, pero en realidad tenía otros planes.

Escondida bajo su cama, sacó una vieja caja de zapatos y cogió de dentro la única nota de la que no había hablado a Garreth.
En ella, escrita en una muy pulcra caligrafía, estaba la dirección de donde la esperaban.

Antes de salir a hurtadillas, encendió su portátil e hizo una búsqueda exhaustiva de William y Raoul Ramos y lo mandó todo al correo del agente Phillips. El jefe de Garreth.

Todos los negocios en los que habían estado implicados.
Vídeos en los que se les veía matando, y deshaciéndose de los cuerpos.
Encontró grabaciones de cámaras de seguridad frente a su casa, y en la de Garreth.
Esperaba que la policía supiera que hacer con toda esa información.

Bajando las escaleras despacio, se acercó a la puerta y salió sigilosamente sin mirar atrás.

De algún modo, tenía que proteger a Garreth.

Dos horas después

Encontrar el lugar no fue sencillo.
Un taxi la llevó hasta allí y el taxista insistió en esperarla.
Se negó repetidamente, pero antes de que se marchase, le entregó una nota.
-¿Puede llevar esto a la dirección que hay escrita por fuera? Solo tiene que llamar a la puerta y preguntar por Garreth Taylor o Stella Evans. Por favor.
-Claro, pero sigo pensando que no debería quedarse aquí sola.
-Estaré bien. Haga lo que le pido, por favor.
El taxi se alejó y ella avanzó hasta el edificio en ruinas.
Era la hora de la verdad.

Lejos de lo que se pueda pensar, ella no estaba asustada.
Sabía que iba directa hacia su muerte, pero de lo único que se arrepentía era de no haberse casado con Garreth.
Estaba seguro de que hubiese sido una boda hermosa y hubiesen sido muy felices.

No había nadie por los alrededores, lo que le resultó extraño.
Una vez frente a la puerta, empujó hasta que pudo entrar.
No había dado más de cinco pasos en el interior cuando el silencio se rompió con la primera explosión.
La puerta por la que segundos antes había entrado, estaba completamente sepultada bajo miles de escombros.
Tenia que encontrar otro modo de salir.

La segunda explosión llegó poco después.
Corrió hacia lo que parecía otra puerta, pero cuando estalló la siguiente explosión, quedó atrapada y la oscuridad la engulló.