Savi'n me (Serie Love 11)

18

Alexa

Respiró hondo, movió un pie hacia adelante, cuando vio como dos coches se acercaban a toda velocidad.

Su corazón se detuvo al ver salir a Garreth de uno y a Stella del otro.
Vio como ella señalaba hacia donde se encontraba y como Garreth palideció al verla en el alféizar de la ventana.

La puerta cedió por fin.
Se tapó los oídos y permaneció quieta.
Todo enmudeció a su alrededor hasta que sonó el primer disparo.

Intentó no escuchar el gemido de dolor que venía del interior de la casa.
Rezó para que no fuese Garreth.

Una mano tiró de ella hacia dentro y la estrechó contra su cuerpo.
-Gracias a Dios, Alexa. Me asustaste como el demonio cuando te vi ahí fuera.
-¿Le has matado?-preguntó asustado, aun entre sus brazos.
-Lo hubiese hecho si te hubiese lastimado. Está herido y esposado a la mesa. Nunca dejaría que nadie te hiriese. Mataría a cualquiera que te pusiera la mano encima.
Sus brazos se apretaron alrededor de ella y aun así no había lugar en el mundo en el que amase más estar.
>>No soy mal tío. Me considero un buen agente, pero contigo es distinto. Me asusta tanto perderte que no dejaré que te alejen de mi. Absolutamente nadie, Alexa.
-Yo tampoco dejaría que te apartasen de mi. Te quiero.
La besó. Estaba convencida de que se había estado conteniendo hasta comprobar por si mismo que no tenía un solo arañazo.

Stella entró en aquel momento con el otro hombre, dejándole junto a su amigo.
-Creo que es hora de hacerles hablar, jefe.
Garreth la mantuvo tras él, protegiéndola con su cuerpo.
-Hagamoslo.
Se estremeció al oír el tono frío de su voz.
Este que había ahora frente a ella, era un Garreth al que esperaba no tener que volver a ver.

*****

Garreth

Garreth no se consideraba a si mismo un hombre nervioso, ni impaciente, pero estaba implicado en el caso.
La mujer que amaba corría peligro y eso desde luego, lo cambiaba todo.

Se acercó al que había irrumpido en su casa, le cogió del cuello de la camisa y mirándole a los ojos, le habló lenta y profundamente.

Estaba en modo policía total.
Ni él mismo querría estar frente a alguien como él.
Si normalmente era frío cuando interrogaba, ahora que se trataba de algo personal no tendría piedad.
-Antes advertí a tu compañero, pero lo repetiré pata que no lo olvide y para que de paso te quede claro. Esa chica- dijo señalándola- es toda mi vida. Nadie la tocará. Nadie le hará daño y mucho menos, se la llevará lejos de mi.
>>Si cualquiera de esas cosas ocurriese os mataré del modo mas lento y doloroso que exista y creedme cuando os digo que conozco unos cuantos.
-Dicho esto, vais a contarme para quien trabajáis. Quiero todos y cada uno de los nombres de la gente que trabaja con vosotros. Todos.

Estaba empezando a perder la paciencia.
Como alguno de esos cabrones no hablase pronto, les rompería el cuello.
-No sabemos quien es- habló el que había estado persiguiendo a Stella.- Nos paga, nos ordena, pero nunca le hemos visto. Siempre es él quien llama y usa un distorsionador de voz.
-¿Por que aceptáis ordenes de alguien de quien no sabéis nada?-preguntó Stella.
-Nosotros no hacemos preguntas. Solo hacemos el trabajo.
-¿Por que la quieren a ella? ¿Wue quieren hacerle?
-Primero nos ordenaron capturarla. Ahora la quieren muerta.- dijo el hombre que seguía aun en sus manos.

*****

Alexa

Se quedó sin aire dejándose caer en el sofá.
Garreth estuvo junto a ella al momento.
-Nena, no te pasara nada. Te lo prometí. Nadie te hará daño.
-Ya les has oído. Me quieren muerta.¿ Por qué?- esta vez miró a sus perseguidores.-¿Que les he hecho yo?
-Como ya he dicho, nosotros solo cumplimos ordenes.- respondió el que había destrozado la puerta.
-¿Que quieres hacer jefe?
-Llevalos a la comisaria.
-Muy bien.
Garreth acompañó a Stella al coche, asegurándose de que ninguno de aquellos hombres intentase nada raro.

Cuando regresó, ella estaba intentando recoger los trozos de puerta para no desmoronarse.
-Alexa, deja eso.
-No van a parar hasta cogerme. No importa a cuantos atrapéis. Enviarán a mas.
-Escuchame bien.- la cogió por los hombros para que le mirase.- No quiero que te rindas. No lo permitiré. Coge tus cosas. Nos vamos.
-¿A donde?
-Con tus padres.