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Stella

La noche pasó sin problemas, y tanta tranquilidad la inquietaba.
-Buenos días, preciosa.
-Buenos días.- adoraba a su marido.
Él era lo más importante en su vida.
Quería formar una familia con él, pero estaban teniendo algunos problemas.
Nadie lo sabía, ni siquiera Taylor, pero Stella había sufrido un aborto hacia apenas un año.
-¿Llegaste tarde anoche?
Cogió la taza de café que él le tendía.
-Un poco, pero tengo algo muy importante que contarte.
-A ver, dime- respondió con una sonrisa después de darle un muy delicioso beso de buenos días.
-Estamos protegiendo a una chica ahora. Hemos estado vigilándola durante un tiempo pero la cosa se complicó y ahora está en casa de Garreth.
-Pobre chica.
-Si, porque se ha enamorado de él.
-Pobrecita.
Stella acercó la taza a sus labios antes de murmurar.
-Y él de ella.
-Perdona, ¿como dices?
-Me has oído perfectamente.
-¿Garreth? ¿Nuestro Garreth?
-Así es.
-Cuéntamelo todo. No olvides nada. Dios, como voy a disfrutar torturándole.
-¿Por que ibas a hacer eso?
-Él empezó cuando tu y yo comenzamos a salir y todavía no se ha detenido.
-Me matará si se entera de que te lo he contado.
-Y yo a él si te pone una mano encima.
-Tienes razón. De todas formas ya empecé a tomarle el pelo.
Un sorbo más de café.
Delicioso. Justo lo que necesitaba para acabar de despertar.
-Supongo que él lo niega todo.
-Es gracioso como me manda a callar, pero es un chico listo. Terminará por darse cuenta.
-¿Y que tal es ella? Tengo curiosidad.
-Perfecta para él. Tiene carácter, es lista y muy valiente.
>>Le esposó a su cama, le quitó el coche y huyó.
-¿Le robó el Audi?
-Y se lo llevó la grúa?
-¿Y la chica sigue viva?
-Cuando dimos con ella, la abrazó delante de todo el mundo, Ian. El Audi está ahora en segundo lugar.
-Increíble. Tengo que conocer a esa chica.
-Quizá cuando todo esto termine.
-Hablando de eso. Quiero que desaparezcamos un tiempo. Alejarnos de todo. Quizá entonces podamos centrarnos solo en nosotros y formar una familia.
-¿Y si no sale bien?
-Eres mi vida, Stella. Quiero una familia contigo, pero si no podemos lograrlo por nosotros mismos, pediremos ayuda, adoptaremos, lo que sea que queramos.
Se lanzó a sus brazos y le besó con todo el amor que le tenía.
-Te amo, Ian.
-Y yo a ti, preciosa. Me voy a trabajar. Ve con cuidado.
-Siempre lo tengo.

*****

Taylor

-Buenos días.
-Buenos días. ¿Como tienes las manos?- miró hacia ellas.
No debían dolerle, porque se quitó las vendas y él la cogió de ellas para comprobar que todo estuviese bien .- No te quedará señal. Eso es bueno.
-Si. Gracias.
La acercó despacio a él para besarla sin haberla soltado.
Solo él lograba hacerla suspirar.
-Llevo deseando hacer esto desde que desperté.
-¿Y por que no lo hiciste?
Lo había hecho. La había besado, acariciado, e incluso penetrado con un dedo pero se había obligado a si mismo a parar.
Tenía que controlarse y cada minuto que pasaba junto a ella, era más difícil.
La besó de nuevo para evitar responder.

Era inútil negar que se estaba enamorando, por eso temía ir más allá, pero el beso se estaba alargando, volviéndose intenso y cuando ella liberó sus manos para tocarle, ya no le preocupó nada más que llevarla a la cama y hacerla suya una y otra vez.

*****

-Taylor.
-¿Que pasa tío?
-¿Ian?
-El mismo.
-¿Stella te lo ha contado, verdad?
-Así es.
-Maldita mujer.
-¿Que vas a hacer?
-¿Respecto a qué?-aunque conocía la respuesta.
-Esa chica a la que estáis protegiendo.
-La dejaré ir en cuanto esto haya terminado.
-Pero tu la quieres.
-Si, la quiero. Pero es mejor así.
-Quiero hablar contigo de algo, Garreth.
La seriedad en el tono de su amigo no le pasó desapercibida.
-¿Que ocurre? ¿Stella está bien?
-Estamos intentando tener un bebé.
-Eso es genial, tío. Me alegro.
-Hay algo más. No quisimos decirte nada pero eres mi mejor amigo y...
-Ian, ¿que pasa?
-Stella perdió al bebé que esperábamos hace un año. Estaba de muy pocas semanas pero fue un golpe muy duro y no quiero que vuelva a pasar por algo así.

Todo encajó entonces.
Le había preguntado muchas veces pero ella le quitaba importancia, aunque la tristeza estaba ahí, en sus ojos.
-Dime que quieres que haga.
-He hablado con ella. Cuando este caso termine, me la llevaré lejos por un tiempo.
-Ian, sabes que cuidaré de su ella. La protegería con mi vida.
-Lo sé. Mantenla a salvo, por favor.
-Lo haré.
-Y esta conversación nunca ha existido.
-Comprendido.
-¿Garreth?
-Dime.
-Si la quieres, no la dejes ir.

Asintiendo en silencio miro hacia la cocina donde el motivo de sus pensamientos trasteaba por el lugar buscando algo para cocinar.
Ian tenía razón.
No podía dejarla salir de si vida, porque si lo hacia, ya nada tendría sentido.

Cumpliría con la misión, y luego encontraría la manera de ser feliz. Con ella.

Savi'n me (Serie Love 11) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora