Capítulo 24

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Hunter Shadow

Sonrío divertido apenas veo como mi amigo arma un berrinche en cuanto pierde la partida por mi culpa, cosa que lo hice a propósito porque me harté de no saber jugar y decidí tomar eso para hacer estupideces a través de la pantalla.

¿No puedo destruir el escondite? Sabes que no, tampoco porque no me da la gana de hacerlo ¿Por qué mejor no te quedas jugando con los controles y yo te indico dónde ir o por dónde esconderte? Te puedo llevar por el camino, hacia dónde ir o dónde no, quien está cerca o quien no pero no me pongas a presionar botones que se me olvida que hace cada uno y termino haciendo cosas que te sacan de quicio.

Estallo en carcajadas en cuanto Margot se coloca en medio del televisor colocando las noticias rápidamente, sacándole un quejido a Matías, mientras ella se mantiene hablando por teléfono por quien reconozco es Elías.

Dejo de reírme apenas gira a verme y me recuerda de la medicina, cosa que se supone me tuve que haber tomado hace dos horas pero aquí estoy, siendo recordado por la cara seria de la mamá de mi amigo.

¡Tengo una memoria pésima, no lo niego!

Me dirijo hacia la cocina tomando de uno de las cajones mi respectivo vaso para servirme agua y beberme la pastilla mientras escucho desde aquí el reclamo del pelinegro que es mandado a callar por Margot, sin quedarle de otra que obedecer al verla sentada aun con el teléfono pegado en la oreja.

— Ya las puse, ya las puse... Te envío un mensaje a ver si es verdad o no.

La voz de la noticiera y de su acompañante es algo que poco a poco me comienzan a estresar y molestar por el tono chillón y sobreactuado que tiene la mujer pero no me muevo de aquí ni voy a mi habitación porque inmediatamente van con una noticia de último minuto que me llama inmediatamente la atención por escuchar un nombre bastante conocido para mí.

Caminando hacia la sala nuevamente y con mi vaso en mano tratando de no atragantarme con la píldora, me apoyo detrás del espaldar del sillón estando bastante curioso, siendo recibido por cuatro ojos por un tiempo bastante corto.

Hemos recibido información de diferentes fuentes sobre Akira Berglind, hija del reconocido pintor Ronald Berglind y de la actriz de teatro Mitsuki Berglind. Según las fuentes que se han comunicado con nosotros, la hija de los multimillonarios ha sido secuestrada esta tarde alrededor de las tres de la tarde.

Sorprendido, sin palabras que formular y con mi cabeza en blanco por la cruda información, detallo en cada punto la pantalla, en la cual sale completamente centrada una fotografía de Akira quien aparece sentada sobre lo que parece ser un columpio rodeado por flores al fondo, con la vista al frente y completamente seria de manera que en su rostro, se pueden apreciar a la perfección todos y cada uno de sus rasgos sin perder ningún detalle, tal cual fotografía de modelo para una revista.

— Los cuerpos de seguridad contratados por la familia y los centros de investigación de la ciudad y el país ha comenzado a tomar cartas en el asunto, aumentando la seguridad de la ciudad y checando los peajes de paso por la ciudad.

Las imágenes cambian hacia el instituto por un corto tiempo y vuelven al estudio, siguiendo con su seguro cronograma.

— ¿Hunter, ella estudia contigo? —Asiento a la pregunta de la mayor.

Odio este tipo de noticias, no porque me afecten sino porque odio de sobremanera a quienes pueden llegar a hacer eso. Me enoja y me pone de mal humor.

Matías llega a mi lado, tocándome el rostro y moviendo mis mejillas con la excusa de hacerme quitar mi cara de enojo pero simplemente le digo que me deje quieto varias veces hasta que me harta y lo aparto de un empujón provocando en él la sorpresa como la de su madre.

Secreto entre lazosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora