Capítulo 18

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Akira Berglind

— Ahora continuemos —dicen todos al unísono provocando en mí una sensación de expectativa mientras los detallo a cada uno, entendiendo la situación en la que me encuentro.

La transformación de cada uno de los miembros de la familia sumándome su posición alrededor de mí,  es pista suficiente para saber que, lo que estamos a punto de realizar es algo muy poderoso y completamente peligroso. ¿Por qué lo digo? No es normal que en esta situación donde solo vamos a fortalecer la protección de mi medalla, todos se encuentren rodeándome junto con su forma natural.

Sí la toman sin tener nada importante que hacer, lo hacen para alejar el sentimiento que genera estar reprimidos de su verdadera naturaleza pero en esta situación lo que me está empezando a preocupar es el ambiente que están creando.

— Toma en frasco donde estaba la sangre de tu amiga y entrégaselo a Danielle—Observo a quien está frente a mí acatando su orden.

Evito expresar mi extrañeza actual a sus palabras y a lo que hago, no tengo necesidad de estar desconfiando de mi familia porque confío ciegamente en ellos... No puedo estar dudando de sus palabras hacia mí.

El ángel, ex-ángel puro de la familia, de su mano derecha la cual se encontraba cuidadosamente cerrada evitando herir la palma de su mano, deja ver una pequeña hojilla que tenía escondida en su puño; con bastante precisión desliza la afilada hoja por el dorso de su mano izquierda, casi en su muñeca, realizando un corte lo suficientemente grande como para que pequeñas gotas de su sangre empiecen a brotar comenzando a crear un delgado hilo el cual no tarda en bajar por la extensión de su brazo alzado.

Suelta la hojilla dejándola caer al suelo con poco interés.

Con su diestra, la cual ahora está libre de cualquier tipo de objeto, desliza la boquilla del contenedor que le otorgué por todo el camino de su sangre hasta llegar a su herida, una que ya ha dejado de sangrar y se encuentra sellada. El proceso se repite con el frasco pasando a manos de mi madre y ella, al ser capaz de distorsionar su cuerpo como guste, crea de sus manos una afilada garra parecida al pico de un loro para así, provocarse una herida y hacer lo mismo; terminado con ella, le entrega el envase mi abuelo Richard para ir dónde mi abuelo Lucas y acabar en posesión de mi padre.

— "El líquido carmesí se une entre sí, protegiendo de esta manera nuestro deseo de vivir. Sangre que se esparce y sangre que te hace vivir" —recita el mayor frente a mí, con sus ojos cerrados, mientras mezcla con delicadeza la sangre de él y de cada miembro de la familia.

¿Por qué la necesidad de tanta sangre? Es una pregunta que ronda en mi cabeza pero no la formularé hasta que todo el ritual termine, claro, si es que llego a ser capaz de acordarme de la pregunta que quiero hacer.

Me es entregado el envase con contenido aparentemente bien homogéneo y me es dado una clara orden en una simple palabra y seña, con un suficiente: "Mézclalos" y un pequeño señalamiento con su mano a mi medalla.

No es necesario preguntar a qué se refiere con exactitud ya que uso mi lógica para continuar. Vierto el líquido rojo sobre el frasco que contiene lo necesario para percibir la esencia humana, un alma y, ambos al entrar en contacto, se repelen tal como lo hacen el agua y el aceite por unos escasos segundos hasta que por sí solos se mezclan y se vuelven uno. Tomo el dije entre mis dedos y lo suelto sobre el líquido contenido dejando que se sumerja rápidamente.

Tensión, eso lo único que puedo percibir de entre los que me rodean pero lo ignoro para así tratar de hacerme falsas ideas en mi cabeza.

Yo... —dicen los demonios y el ángel de la familia al unísono, haciéndome reaccionar con inmediatez por lo que termino girando a verlos, detallando en sus ojos cerrados y sus manos firmemente sujetas— "No permitiré que detecten mi aroma con el fin de hacerme daño para obtener más poder, sólo de esta manera, podré pasar desapercibido para lograr cumplir con mi objetivo." —Van recitando de manera pausada, tranquila y completamente pasiva... Esta es la manera perfecta para mantenerse sincronizados

Secreto entre lazosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora