Akira Berglind
—Hey, ¿Por qué no fuiste hoy? — pregunta Victoria apenas se conecta la video llamada. Debido a la posición en la que se encuentra, estoy segura de que está conectada desde su teléfono.
—Hubo mucho movimiento de los shinigamis. Vinieron después de la muerte del último espía.
— ¿Por qué? —Pregunta y sé que no tiene la menor idea de que hablamos.
—Mi familia mato al último espía de esa familia que se encargaba de investigarnos. Por eso vinieron, para buscar al responsable. —Sonrío. —Pero no nos van a encontrar. — Y dudo que lo hagan por los momentos. Deslizo el cursor de la computadora para aceptar la solicitud de Gastón. —Gastón va a entrar. — Le informo antes de darle click.
— ¡Gastón! Hola. — Victoria agita su mano con fuerza apenas él hace aparición. — ¿Cómo estás? — El pelirrojo empieza a reír con fuerza.
—Nos vimos esta mañana Victoria. —Rueda los ojos. — A la que no vi fue a esta niña. — Señala la pantalla refiriéndose justo a mí.
—Me acosté tarde, anoche terminamos a muy altas horas de la madrugada de guardar todo lo del evento. —Le miento como de costumbre.
— ¡Hablando de eso! —Grita mi amigo. — Lo pasaron hace poco por televisión.
— ¿¡Enserio!? —Pregunta con fuerza Victoria. —No lo vi. —Sonrío de manera poco notoria.
—Sí, las tomas que hicieron quedaron demasiado buenas. Y tú saliste bella. —Giro el rostro a un lado mientras suelto un suspiro.
—Claro que sí, es Akira después de todo. — La castaña hace una voz chistosa por lo que luego de eso reímos.
—Nos dieron copias de la grabación. Mañana les doy una a los dos. — Victoria sonríe de manera exagerada.
— ¡Wiii! — Exclama.
—Victoria ¿Y el novio? — Mi amiga baja el rostro a la pregunta de Gastón.
—Está bien. Más tarde voy a salir con él. —Su rostro se puso completamente rojo. — ¿Y qué hay de ti?
—Todo va como siempre. A la que nunca he visto emocionarse por un chico es a Akira. ¿Qué contigo? —Hago una mueca.
— ¿Qué conmigo? Nada interesante realmente; además, nunca me he llegado a enamorar y no veo que llegue a pasar por un largo tiempo. —Muestro indiferencia y es porque no me importa para nada. —Ya sabes como soy yo.
—Nunca cambias. ¿Por qué? —Pregunta Victoria aunque ella ya sabe el por qué no me he enamorado o mejor dicho, el por qué he evitado hacerlo. Alzo los hombros. —Cambiando de tema. Mis abuelos y mis padres se van a convertir en los tutores de Hunter por lo que empezara a vivir aquí hasta que tenga los veintiún años. —Aunque sé que todo eso no se cumplirá al pie de la letra.
— ¿¡Qué!? ¿Por qué? — Gastón se muestra extremadamente sorprendido. — ¿Por eso has estado tan amable con él últimamente?
—Sí. —Hago una mueca. — Menos mal que la mansión es grande. — El pelirrojo ríe.
— ¿Por qué hicieron eso? — Pregunta mi amiga mientras mantiene su vista fija en su teléfono. Pienso en algo rápido para no extender nada.
—Porque no los pidieron y muy bien nos pudimos negar pero teniéndolo cerca es menos trabajo por lo que aceptaron. — Escucho como tocan la puerta de mi habitación. —Adelante. — La puerta es abierta por uno de los empleados quienes me trajeron un batido que pedí hace rato. — Gracias. —Hace una leve reverencia y se retira.
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Secreto entre lazos
Fantasy"Berglind", un apellido que ha causado miles de sentimientos desde hace varios años. Son la inocencia y la malicia entrelazadas. Preocupados por el resto, pero al mismo tiempo recelosos de su seguridad. Ellos son capaces de pasar por encima del ser...