Hunter Shadow
Estoy completamente nervioso, estoy ansioso, inquieto, irritable, no quiero hablar con nadie pero sigo en horas de trabajo; aparte, no ayuda el saber que hoy viene la dueña del restaurante y según mis compañeros de trabajo, es una mujer muy estricta y detallista con cada uno de los empleados.
Tengo en cada mano una bandeja con varios platos en cada una, peleo conmigo mismo para poder mantener el equilibrio y así evitar hacer un desastre porque eso significaría pérdida de dinero para mí y no me quiero eso pero, mi inquietud no ayuda. Dejo en una mesa el pedido de cuatro personas así librándome de una bandeja, estoy a punto de retirarme a la siguiente pero la voz de un cliente me detiene.
En la noche al llegar a la casa hago algo de ejercicio para descargar energía y todo lo que tengo acumulado. Estoy algo restingido en la casa de los hislop porque ahí sí cumplo reglas por no ser mi casa ni mi familia, cosa muy distinta a cuando estaba con mi mamá que salía cuando me diera la gana, hacia donde quisiese e iba a las fiestas que me provocaba y es algo bastante chocante; no estoy acostumbrado.
— Esto no fue lo que pedí —Tomo aire con gran disimulo ocultando mi molestia y enojo por el simple hecho de escuchar eso, oculto mi mala cara y me acerco de nuevo con una sonrisa.
No te creas la gran osa por ver que estás fajado de billetes y estar con las mujeres que te dé la gana.
— Disculpe, pero este es exactamente su pedido —respondo cordialmente de la manera más fingida y tranquila que puedo.
Coloco la bandeja libre debajo de mi brazo para mayor comodidad e ignoro la mirada de los presentes en la mesa que se posan sobre mí, inspeccionándose y aparte, susurrando algo mientras me ven.
Ahora si sonrío con ganas. Lo sé, soy bello, no es necesario que no lo disimulen pero, deberían mejorar la técnica.
— Mesa número ocho. Ensalada César es de la señorita a su derecha, pasta a la carbonara es del hombre frente a usted y la mujer a su izquierda; su pedido es el especial con el nombre del restaurante que consiste en un platillo llamado "mititei" —Ni idea que es eso pero es algo típico de algún país europeo— y un postre llamado papanaşi —Explico relajado mientras leo el pedido sacando la copia del block.
— La cartilla decía otra cosa, no incluía nada de lo que está aquí. Exijo el cambio del pedido —brama el señor...
"Vamos, Hunter. No te alteres por un cliente maleducado. Sigue la etiqueta del restaurante".
— El menú explica detalladamente lo que cada platillo incluye; además, se me hace imposible cumplir su petición de cambio, la norma principal de este restaurante prohíbe esta acción. —Vuelvo a sonreír falsamente.
— Eso me parece algo ridículo... —Alza su brazo tomándome de la corbata del uniforme y me hala con brusquedad.
Y aquí es donde demuestro mi experiencia como mesero. Alzo mi brazo derecho en un difícil y doloroso movimiento evitando que caiga el pedido de la otra mesa mientras hago apoyo con el otro que mantenía la bandeja libre ubicada en mi costado, al caer en el suelo provoca un gran estruendo y el silencio se hace presente inmediatamente por unos segundos pero luego desaparece. Algo bueno tuve que haber aprendido después de tanto tiempo trabajando como mesero, sino fuese por esto, mi pago sería una miseria.
— Cumples con lo que pido o te verás metido en un gran problema conmigo, pequeño. —Lleva su mano libre hacia mi cara empezando a apretar mis mejillas con fuerza sin apartar su vista de mí.
— Mesa trece —digo al sentir que alguien me retira la bandeja.
Profesionalismo ante todo pero ahora falta que me suelte.
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Secreto entre lazos
Fantasía"Berglind", un apellido que ha causado miles de sentimientos desde hace varios años. Son la inocencia y la malicia entrelazadas. Preocupados por el resto, pero al mismo tiempo recelosos de su seguridad. Ellos son capaces de pasar por encima del ser...