Capítulo 2

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André está agotado. Menudo día. No es fácil enseñar todo el funcionamiento de la comisaría y dar datos de un caso tan importante como el de BB a unos jóvenes que no conocen nada. Emily parece que se toma el trabajo en serio; en cambio, Luke parece pasar de todo.

El chico se frota la frente. Empieza a tener dolor de cabeza. Será mejor que deje de pensar en eso y vaya a casa, ya que aún tiene que dejar a su compañera en su apartamento. No le molesta llevar a Violette, ya que no vive muy lejos de su casa, pero aún así se la pasan charlando un rato antes de bajar del coche y llega tarde en casa. En el fondo, es una buena compañera. Es seria y perseverante en su trabajo, pero fuera de comisaría es una excelente conversadora. Siente que puede hablar de todo con ella. Con el tiempo se hicieron amigos; se conocieron en una extraescolar hace diez años, y terminaron estudiando la misma carrera en la universidad.

Por fin Emily y Luke se van y puede tomarse un café antes de irse. Se sienta en el sofá de la sala de descanso, saboreando cada trago. De repente, alguien lo interrumpe. "Oh, no. Otra vez ella", piensa André, resignado.

-Flaubert, ¿qué se supone que está haciendo? Aún queda media hora para que termine su turno.

-Sólo me estaba tomando un café, ha sido un día de locos.

-Por media hora que le queda, puede tomarse el café en su casa. No pierda más el tiempo y vuelva a su puesto. –los nervios de André aumentaban, combinados con su fatiga.

-Por favor, jefa, me ha tocado explicárselo todo a los dos jóvenes. Creo que me merezco ese café. Estoy agotado, entiéndalo.

-Tiene que cumplir las reglas, Flaubert. No puede tomarse un descanso así como así. Tiene establecidas unas horas de descanso. –André estaba perdiendo la paciencia. –Así que no me haga perder más el tiempo y vuelva a su sitio.

André se levanta bruscamente del sofá, se bebe de un trago el café que le queda y tira el vaso de plástico con violencia a la papelera. Sin decirle nada a su jefa, vuelve a su sitio.

-¿Cansado?-le pregunta Violette des de su puesto.

-No te lo puedes ni imaginar. Suerte que dentro de poco ya nos vamos.

-Ya ves, yo ya he recogido las cosas y te estaba esperando. Hoy ha sido un día duro.

-Y que lo digas. –miran un momento a la sala de descanso. -¡No me lo puedo creer!

-¿Qué pasa?

-¿A Daniel sí que le deja tener tiempo libre y a mí no? Eso sí que no me lo esperaba.

-¿Qué dices?

-Que ahora, antes de volver a mi mesa, he ido a tomarme un poco de café antes de volver, y Jenn me ha dicho de todo, insistiendo en que no puedo tomarme un rato libre cuando quiera. ¿Yo no puedo pero el nuevo sargento sí? Eso no va a quedar así.

-André, relájate. Ya sabes que Jenn es muy estricta, no te obsesiones con eso.

-¡Es que parece que me tenga manía!

-No es verdad. Ella aparenta ser así en el trabajo, fuera es de lo más agradable.

Violette y Jenn habían quedado alguna vez en los descansos o en algún día de semana para tomar algo, y no se llevaban mal. Su jefa había trabajado mucho para conseguir su puesto, y es que es la comisaria más joven que hay en toda Francia. Muchos no confiaban en ella, tiene muchos rivales que le quieren quitar el puesto, rivales que hacen cuenta atrás para que la chica cometa un solo fallo y puedan echárselo en cara y, si pueden, sacarla de su puesto. Por eso es siempre tan estricta. Aunque eso André no lo entendía e insistía siempre en que Jenn le tiene manía.

-¿Agradable? –arquea una ceja. –Creo que incluso "BB" es más agradable que ella.

-André...-empieza a decir ella cuando el teléfono la interrumpe. –Dios, ¿quién llama a esas horas? ¡Queda media hora para irme a casa! –se queja y acto seguido lo coge:- Policía de París, al habla la teniente Dumas. Diga.

-Policía, he encontrado la criminal que están buscando, "BB". Se encuentra en la calle Girandon, en la consulta Martins, número 11.

Violette se estremece en oír aquella voz tan aguda, evidentemente distorsionada, pero a la vez el corazón le da un vuelco. ¡Tenían la dirección!

-¿Perdone? ¿Diga? ¿Con quién hablo? –no obtiene respuesta, habían colgado. Asombrada, mira a André. Una voz los sorprende. Jenn y Daniel habían oído la llamada:

-¿Quién era?

-Jenn, André, Daniel, tenemos la dirección de la criminal. -los tres se sorprenden:- Acabo de recibir una llamada anónima diciendo que se encuentra en la calle Girandon, número 11, en la clínica psiquiátrica Martins. La voz estaba distorsionada: por lo tanto, no sé de quién se trata, y no me ha querido dar ningún dato que lo identifique.

-No perdamos más tiempo, envíe una patrulla y vaya rápidamente al lugar en cuestión. Cada minuto cuenta. Si realmente está allí, puede irse en cualquier momento. ¡Venga!

El caso BBDonde viven las historias. Descúbrelo ahora