Capítulo 15

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Violette está distraída, no deja de pensar en lo que ha pasado. André sabe que le pasa algo, pero no le dice nada. Sigue pensando en que está así por su culpa.

Mientras tanto, Jenn y Emily están comentando el caso en su despacho cuando les llega un aviso de Daniel. James ha pagado y Anny está a punto de salir. Todos van hacia la cárcel. Cuando llegan, la pareja está rellenando unos cheques y papeles para la excarcelación.

-James Lévy.

-Buenos días, agente Dumas. No la he visto esta mañana. –la saluda sonriente.

-¿Está seguro de lo que hace? –él asiente.

-Sé que ella no ha matado a Béatrice. No es así, Anny jamás haría una cosa así.

-Las pruebas...

-Las pruebas nada. Hacedle una prueba de tiro, a ver si así veis que no tiene ni idea de armas.-la defiende el rubio. Anny sólo sonríe.

Jenn no quiere que su sospechosa número uno se vaya tan directamente, así que pide rápidamente una prueba en el campo de tiro. Anny no acierta ni una, le da miedo apretar el gatillo, e incluso la ponen nerviosa para que dispare sin poder pensar. Ni así consigue acertar al blanco. Después de mucho rato, se dan cuenta de que de ninguna manera puede haber disparado.

Hacen lo mismo con Lévy, para salir de dudas. El chico es más patoso que Anny, y se dan por vencidos. No pueden haber matado ni una mosca, así que dejan que Anny se marche pero siendo vigilada las 24 horas del día por algún policía. El "elegido" es Daniel. El chico, resignado, se dedicaría a pasarse el día en la puerta de la casa de Lévy controlando los movimientos de la gente y de la sospechosa.

Los demás vuelven a comisaría mientras Daniel empieza su tarea. A Emily se le ocurre algo.

-¿Hay algún registro de llamadas en la cárcel?

-Por supuesto, como en todos los sitios. –responde Luke, vacilándola. Emi lo fulmina con la mirada.

-Podría ser que Evans hubiera llamado a alguien en el rato que ha estado allí. A parte del cocinero.

-Cierto. Quizá esa persona sospechosa está en el registro de llamadas. André, pídelo.

-Ahora voy.

-Estoy segurísima de que esa persona nos va a dar muchas respuestas. Incluso sea el autor de la muerte, quién sabe. Lo importante es encontrarla.

-Pero ya hemos buscado y registrado todo, no hay nada. –resopla Emily.

-¿Ni siquiera en los documentos de la consulta?-pregunta Luke.

-Estaban todos manchados de sangre. Yo diría que los papeles cayeron y la víctima fue a recogerlos y entonces el asesino la disparó. Quizá el asesino los hubiera tirado para que la víctima los recogiera y matarla. –opina Jenn y todos están de acuerdo. Una buena deducción.

-¿Y en el ordenador no hay ninguna copia de seguridad? –pregunta Emi.

-Seguramente, pero están todos encriptados y con contraseña, estamos intentando descifrarla. Es una criminal muy inteligente, no pondrá el nombre de su mascota como contraseña.

-Cierto, jefa. –asiente Emi mirando a Jenn.

La jefa está de mal humor. No las tiene todas consigo. No va a poder verle en varios días, y eso la destruye por dentro. Para colmo, no está demasiado segura de si Daniel va a saber vigilar bien a la sospechosa.

Esa faena deberían de hacerla André y Violette, que por algo son unos buenos policías y tienen más experiencia. Pero no quiere darles un trabajo así porque le interesa que estén presentes en todo el desarrollo del caso, ya que saben hacer buenas deducciones y son buenos en informática, idiomas y saben cómo arrestar criminales. Emily y Luke no pueden hacerlo porque aún no son policías y están de prácticas, así que se les podría pasar por alto o quizá no serían lo suficientemente ágiles como para ir tras algún sospechoso. Y ella, por supuesto, es la jefa y no puede hacer una tarea así. Por lo tanto, sólo queda Daniel, a quien todos deben darle un voto de confianza.

Vi deja el móvil encima de la mesa. Lo abre un segundo y se encuentra una llamada de un número que no tiene registrado. Luego ve un mensaje de ese mismo número. Es el Barrendero. Guarda el número bajo la atenta mirada de su compañero. Esa cara de alegría no le agrada, seguro que es por el de la cita de esa mañana.

Antes de apagar el teléfono, revisa el WhatsApp y ve un mensaje de sus tres mejores amigas, Arantxa, Laura y Caitlyn. Hace tiempo que no las ve y las echa de menos. Su cuadrilla, las únicas que se han quedado a su lado a pesar de todo ese tiempo. A Arantxa la conoce de toda la vida, a Caitlyn des del instituto y a Laura de la carrera (Laura es forense). En cuando termine el turno las llamará. Seguro que ellas pueden aconsejarla con lo referente al barrendero y André.

-Ya nos han dado el registro de llamadas. Vamos a ver a quién ha llamado Anny Evans. Espero que ahí haya alguna pista. –dice Emily, impaciente.

La chica ha llamado a James Lévy, a su familia y a un número desconocido. Los policías lo rastrean, pero había llamado a una cabina telefónica que había delante de los centros comerciales Printemps, cerca de la Ópera.

-¿Creéis que la persona misteriosa estará por allí?

-Seguro. Pero no hay manera de saber quién puede ser. Puede que sea un cliente del centro comercial, un trabajador, un viandante o alguien que vive allí.

-No terminaremos nunca, eso es insoportable.

De repente, Daniel les llama. Alguien ha entrado en la casa de Evans y no es nadie de su familia ni James Lévy. Anny no sabe que la vigilan, por lo tanto no tiene ni idea de que ha dejado al descubierto al misterioso sospechoso del crimen.

El caso BBDonde viven las historias. Descúbrelo ahora