Capítulo 24

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Otro día más. Violette se levanta, aún agotada y sin superar lo que había pasado el día anterior. Sigue sin poder creerse que Robert haya muerto, y mucho menos todo lo que hicieron André y Robert por ella.

Sí, ella iba a encargarse de que Robert tuviera un entierro digno. Tiene algunos ahorros, y puede permitirse una incineración y una urna decente. Sabe dónde ir a dejar sus cenizas, y lo hará en las vacaciones. 

Antes de ir al trabajo se dirige a la empresa funeraria y hace los trámites. Es más caro de lo que pensaba, pero por lo menos no descansaría eternamente en algún depósito de cadáveres o en algún cementerio mal trabajado en alguna tumba miserable mal pagada por el ayuntamiento.

Después de hacer los trámites se dirige a comisaría. A pesar de su dolor, tiene que ponerse las pilas y trabajar. Jenn la dejó al cargo de todo y tiene que avanzar con el caso, aunque sea poco. Deja el bolso en su mesa con cansancio y casi le da un infarto en ver a Emily mirándola atentamente, expectante:

-Buenos días, Vi.

-¡Emi! Pensé que te habías cogido el día libre después de lo de ayer.

-No, y más sabiendo que estás sola aquí. Voy a intentar ayudarte, aunque quizá no sea tan buena como un policía graduado.

-No te creas, eres muy buena en esto, y me has ayudado muchísimo. Bueno, hoy toca hablar con Anny Evans para que nos diga qué sabe de Cohen.

-Ya, bueno. Respecto a Cohen...

-¿Qué ha pasado ahora?

-Cohen se ha suicidado esta noche, en prisión. Dejó una carta para la policía antes de morir.

-¡PERO CÓMO PUEDE SER POSIBLE! ¿CÓMO HA MUERTO?

-Electrocutándose. Muerte al instante. –explica Emily y Vi se pone las manos en la cabeza.

-Increíble. ¿Pero por qué? ¿Qué dice en esa nota?

Emily coge con cuidado un libreta que le dieron a Cohen una vez entró en prisión. Es una libreta simple, como las que tienen en cada una de las estancias de los presos. Vi no se detiene mucho tiempo en examinarla por fuera, así que la abre y en la primera página encuentra un texto escrito. La letra es bastante legible. Emily y Violette se sientan en la mesa de trabajo de la inspectora y ésta lee la carta, sin saltarse ningún detalle:

-"Para los inspectores que llevan el caso de Béatrice:"

Mi vida ya no tiene sentido. Lo único que tenía en ella se ha ido. Mi amada Béa ya no está en este mundo, y yo ya no tengo nada. Quizá me llamarán cobarde, idiota o que esto ha sido un error, pero es algo que ya tenía planeado de hace tiempo.

Antes de conocerla, yo simplemente era un simple delincuente callejero. Empecé con la macrooperación de contrabando de drogas cuando empezamos a salir, y Chateaubriand era uno de mis mejores hombres, pero fue detenido y enviado a rehabilitación. Yo le pagué la fianza. Desde entonces, Béa y yo nos estuvimos encargando de todo. Era lo único que tenía, y sin esto no tenía de qué vivir. Ella, en cambio, tenía una empresa que había fundado junto a mi querida amiga Anny, y tenía algo por lo que luchar y seguir adelante. En caso de habernos detenido a los dos, por lo menos ella tendría futuro, no como yo.

Anny Evans es la persona más fuerte que conozco. Ella ama a Lévy y tuvo que soportar cómo Béatrice y yo nos aprovechábamos de él. A pesar de sentir una tremenda rabia hacia Béa por hacerle esto al chico que más ha querido en su vida ella jamás la mataría, ni siquiera tal idea pasaría por su mente. La conozco de toda la vida y puedo afirmarlo rotundamente. Ella es una chica que no soporta las injusticias, y mucho más tratándose de James. Tampoco no se sentía cómoda teniendo a una delincuente tan buscada como Béa a su alrededor, ya que sabía que si la descubrían ella podría salir perjudicada por esconderla, pero jamás la mataría. Ella no quiere problemas con la policía, y mucho menos vivir en una cárcel, así que les pido que se la crean y no vuelvan a detenerla, ya que ella jamás les mentiría.

Pensarán que ella ya les ha mentido, pero no lo hizo a malas. Yo he sido un cobarde y por mi culpa ella tuvo que soportar una noche en esa horrible cárcel. Ella y yo somos inseparables, nos queremos mucho, siempre nos hemos protegido, y ella simplemente me estaba protegiendo, porque sabía que si me descubrían, ese sería mi fin. Me siento realmente mal por ella, y les pido que, si la vuelven a ver, le muestren esta carta y acepte mis más sinceras disculpas.

Estoy harto de que la gente de mi alrededor sufra por mi cobardía. No tengo ningún futuro si algún día llego a salir de la cárcel, ya que si me descubren todos los otros contrabandistas con quienes trabajo me matarán sin pensárselo dos veces, ya que con la muerte de Béa toda esa red de contrabando se ha quedado sin dinero para financiarla y yo ya no tengo nada que hacer. Además, aunque en un principio no hubiera pensado en morir, igualmente habría tenido que confesar sus nombres y desenmascarar todo ese asunto, así que me matarían igualmente.

Tomé la decisión de morir en cuando Béa fue asesinada, y lo tuve claro en cuando Anny tuvo que estar en la cárcel por mi cobardía. Por eso mismo lo confesé todo, ya que esto lo organizamos Béa y yo y quiero irme sin tener nada que esconder.

No hay nada más que decir. Voy a irme al otro mundo, junto a mi amada, y empezar una nueva vida eterna a su lado, sin más problemas. Gracias por leer esto.

Édouard Cohen"

-Madre mía.

-Menuda carta, es impactante. Pobre chico.

-Ya ves...

-Pues vamos a cumplir su última voluntad. Llamemos a Anny Evans, que venga a hablarnos de él y que vea la carta.

Emily llama a Anny Evans y la cita en comisaría. Mientras esperan que ésta llegue, las dos chicas están en silencio, aún consternadas por la carta. Vi se siente terriblemente sensible después de lo vivido el día anterior, y no le gusta. No le gusta mostrar sus emociones, no quiere que los demás vean sus debilidades. Siempre ha sido una persona reservada, y en parte entiende que después de que alguien como Robert muera en sus brazos hace menos 24 horas la haya dejado en shock y le cueste actuar con normalidad (y más en el trabajo), pero aun así lo odia. No puede permitir que su muro se derrumbe.

Anny Evans llega a las diez de la mañana. Su rostro refleja falta de sueño, aunque felicidad. Emily y Vi ni siquiera se detienen a pensar en por qué es, ya que saben que pronto esa alegría va desvanecerse. La chica las saluda animada, y Vi ve que en su Iphone hay una foto de ella dándose un beso con Lévy de fondo de pantalla. La inspectora sonríe, se alegra de que al final ellos dos hayan terminado bien y juntos después de todo lo que han pasado.

Las tres chicas se sientan otra vez en la fría sala de interrogatorios. Ha llegado el momento. Violette saca la libreta de Cohen y se la muestra a Evans, quien no entiende qué está pasando:

-Bien, señorita Evans, queríamos hablarle de Édouard Cohen.

-¿Qué ha pasado con él?

-En realidad ya queríamos llamarla para que viniera a respondernos un par de preguntas sobre él, pero tras los recientes acontecimientos nos hemos visto obligadas a hacerlo, cumpliendo así la última voluntad del joven.

Anny traga saliva. ¿Cómo que última voluntad? ¿Qué le ha pasado a Édouard? Empieza a preocuparse, y su felicidad se esfuma, tal y como habían previsto las policías.

-¿Qué le ha pasado?

-Lamento decirle que Édouard Cohen se ha suicidado esta noche en su celda. 

El caso BBDonde viven las historias. Descúbrelo ahora