Capítulo 4

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André no puede más. No tiene fuerzas para nada, ha sido un día larguísimo y agotador. La sospechosa está en la sala de interrogatorios, esperando. Violette lo mira y siente un poco de lástima. Ella también está cansada, pero quiere seguir.

-Vete a casa, ya haré yo el interrogatorio.

-¿Y quién te llevará a casa después? Tengo que esperar igualmente a que acabes.

-Déjalo, ya iré andando o cogeré el autobús. No pasa nada, necesitas dormir un poco. Vete y ya hablaré con Jenn. Tu turno hace rato que ya se ha terminado, así que nada te retiene aquí.

-Tú me retienes aquí. No quiero que vayas de noche por la ciudad. –dice él sin pensar, sorprendiendo la chica.

-Por favor. ¡Soy policía! Ya he ido muchas veces sola por la ciudad.

-Vente conmigo si quieres.-le responde una voz dulce. Emily.

Ya han llegado Emily y Luke con las pruebas. André termina cediendo y se va a casa. La sospechosa sigue aún en la sala de interrogatorios, medio dormida de la espera. Daniel la vigila y la observa. Le gusta observar a la gente. Es alta, tiene los ojos marrones y lleva gafas, aunque a veces se las quita para frotarse los ojos del sueño que tiene. De repente, oye un golpe afuera. Es Violette, aparentemente sorprendida:

-¡¿QUÉ?! ¿Cómo puede haber otra pistola? Que analicen las huellas.

-Teniente... Hay más. La pistola tiene todas las balas menos una. ¿Cuántas tiene la de la sospechosa?-Vi coge la pistola y la examina. Está cargada, todas las balas están ahí.

-Cielos... ¿En serio? Tenemos que interrogar a esa sospechosa en cuanto antes para que nos dé información. A ver si así averiguamos más sobre "BB". ¿Qué hay en su cartera?

-El carné de identidad, un pasaporte, tarjetas de crédito, una foto de un chico y 30 euros.

-¿Un chico? ¿Será su novio? ¿Algún familiar?

-Sí. En su mesa hay otra foto de él. –Emi le muestra la foto enmarcada del rubio.

-¿Y qué hay de su verdadero nombre?

-Se llama Béatrice Barbara Amir, tiene 25 años y es francesa. –responde Luke.

-Ahora entiendo el porqué de "BB". Es original. –opina Emily.

-Ya veo... Tenemos que hablar inmediatamente con la sospechosa. Venga.-Luke bosteza. –Ah, lo siento, es verdad. Os estoy haciendo trabajas horas extras. Si queréis, id a casa a descansar.

-Muchas gracias. Mañana me explicáis qué ha pasado. –pide Luke y recoge sus cosas.

-¿No te vas, Emily?

-No, quiero seguir con el interrogatorio. Tengo ganas de ver cómo es en directo. Y después te llevo en casa.

-Muchísimas gracias. Vamos para allá, Jenn y Daniel nos deben de estar esperando. Acabo de fotocopiar la foto del chico para ver si lo conoce de algo.

Llegan a la sala de interrogatorios. Es una sala muy simple: hay una mesa de madera con un par de sillas, un colgador de ropa, una grabadora, una cámara y un enorme vidrio oscuro que impide al interrogado ver quién hay detrás. Jenn está en la otra parte del vidrio, en otra sala con un ordenador y otro par de sillas.

-Jefa, cuando quiera entramos.

-Perfecto. ¿Tiene las fotos y pruebas?

-Sí. –responde Vi mostrándole las fotos que hicieron de la escena del crimen antes de que se llevaran el cadáver y las pruebas.

-Adelante. –Vi y Emi entran en la sala. Daniel se va a la otra sala con Jenn mientras las chicas toman asiento.

La sospechosa las mira, sin decir nada. Examina detenidamente las dos mujeres que van a interrogarla. Una es muy joven, de un pelo rubio brillante y expresión dulce. La otra es un poco más mayor, con el cabello castaño y mirada seria. Las dos son de la misma altura y las dos llevan en sus manos algo que no puede distinguir.

-Buenas noches, sentimos el retraso. Soy la teniente Violette Dumas y ella es la asesora Emily Wide. Vamos a hacerle unas cuantas preguntas. Debe responder con total sinceridad y puede que se libre de la cárcel, ¿de acuerdo?

-Entendido.

-¿Se llama usted Diana Camus y es la secretaria da la víctima?

-Así es.

-¿Hace cuánto tiempo que trabaja para la consulta?

-Hace poco más de seis meses, pero las jefas me querían echar.

-¿Por qué?

-Porque, según dicen, era una incompetente y no sabía hacer mi trabajo. Decían que querían gente más calificada para ese trabajo.

-Y, evidentemente, usted no está conforme con eso.

-Exacto. Yo me esfuerzo muchísimo, no tienen ningún motivo para echarme.

-Cuando dice "tienen", ¿a quién se refiere exactamente?

-Me refiero a mis dos jefas, Béatrice Amir y Anny Evans.

-¿Qué nos puede contar de Béatrice? ¿Qué sabe de ella? ¿Sabía usted que es la criminal más buscada en todo el país?

-La verdad es que no sé mucho. Cuando llegué, ella ya estaba al mando de la consulta. Sé que Evans ocupó el cargo después de que su tío dejara la consulta y, según me contó el personal de limpieza, Amir llegó de la nada como socia de Evans; era una persona muy estricta y un poco violenta. Tenía cambios de carácter muy bruscos. Respecto a lo de ser una criminal... La verdad es que, como ya deben de haber visto en el cadáver, es diferente a la foto que presentaron en las noticias. Tiene el cabello corto y teñido y se maquilla de forma diferente. Me pareció haber una similitud, pero como ya tenía problemas en el trabajo, si la acusaba y al final no era ella, me echaría.

-Usted no estaba de acuerdo con que la echaran, por eso se presentó hace un rato en su despacho y la mató.

-¡Que no la he matado! ¡Cuando he llegado ya estaba en el suelo!

-¿Y por qué no ha llamado a la policía?

-Iba a hacerlo cuando llegaron. Mire, teniente, creo que se están equivocando. Alguien quiere culparme porque tengo un buen motivo para matarla. Por eso me están acusando. No he disparado ninguna bala.

-Eso es cierto. Su pistola estaba cargada. De acuerdo, pasemos a la segunda parte del interrogatorio. 

El caso BBDonde viven las historias. Descúbrelo ahora