Hazte REALIDAD o Conviérteme en SUEÑO #Wattys2018

6. La amenaza

En la clase se encontraba Cezare, el chico que se habían encontrado el día anterior por la calle. Por su culpa habían llegado tarde.

Anne y Dave le fulminaron con la mirada y fueron a sentarse. No le miraron ni le dirigieron la palabra lo que duró de clases. A la salida, Cezare se dirigió hacia ellos y les dijo:

- No sabéis dónde os estáis metiendo.

Y se marchó. Anne y Dave se miraron con cara seria. Asintieron con un movimiento de cabeza y echaron a correr tras él. Sin embargo, Cezare fue mucho más rápido de lo que esperaban y les dio esquinazo. Anne se dio cuenta de que estaban a una calle de su casa.

- ¿Quieres venir a mi casa?- preguntó ella- Te invito a comer.

Dave ni se lo pensó.

- De acuerdo.

Entraron en casa y lo primero que vieron fue a la madre de Anne haciendo la colada. En ese momento estaba tendiendo la ropa interior de Anne y ella enrojeció de vergüenza.

- ¡Mamá! He venido con mi compañero Dave... Por favor deja lo que estás haciendo y ven a saludar...

Pero entonces Dave sonrió con picardía y su lado juguetón salió a la luz, no pudiendo abstenerse de divertirse un rato con la situación.

- Al contrario, deje que la ayude con sus tareas, señora.

A Anne casi le daba algo.

- ¿No le traes algo de beber, hija?

- Sí, pero...

Miró a Dave con recelo mientras se dirigía hacia la cocina.

- Era broma, Anne, no te preocupes- se rió Dave al ver la cara descompuesta de Anne.

Ella se marchó mientras su madre y Dave se saludaban. En cuanto Anne desapareció por la puerta, Dave se ofreció a ayudar a la madre, y cogiendo cada pieza de lencería y tendiéndolas iba tratando de adivinar si eran de Anne. La madre no tenía inconveniente en hacérselo saber.

- Todo es de Anne. Excepto eso, eso... No lo había visto antes. Se lo habrá llevado el viento.

Dave ya estaba terminando de colgar el último sostén cuando Anne llegó con los refrescos y ahogó un grito.

- ¡Dave!¿¡Qué haces!?

Éste se giró y se le escapó el sostén de las manos, llevándoselo el viento.

Anne llevó sus manos a la cabeza, horrorizada. Dejó la bebida encima de la mesa y salió corriendo fuera a por el sostén.

- ¿Estás buscando esto?- se oyó la voz de Cezare tras ella.

- ¡Idiota pervertido! ¡Devuélvemelo!

- Así no se piden las cosas. Te voy a castigar- dijo con picardía.

Anne palideció. Recordaba perfectamente lo que había pasado el dia anterior y sabía que no quería tener nada que ver con sus castigos.

- No, por favor, dámelo. Lo siento, no pretendía...

- Ahh... Ahora cambias de actitud... ¿Tienes miedo?

Anne enmudeció. Cezare se acercó a ella y le mostró el sostén. Ella se dio prisa en agarrarlo, pero justo en ese momento sonó un "clic" y aunque Anne lo cogió, se dio cuenta de que alguien les había hecho una foto. Era el guardaespaldas.

- Bueeeno... Esa foto puede dar comienzo a muchos rumores... Y a una vergüenza pública...- sonrió Cezare.

- ¡No, por favor! ¡Bórrala!

- Ya sabes lo que quiero de ti. Esperaré tres días. Si todavía no me has dado una respuesta, la foto se publicará.

Dicho esto, desapareció corriendo como un rayo. Anne regresó a casa y alzando la mirada vio a Dave en el balcón. Lo había visto todo.

Entró en casa y vio que la mesa ya estaba puesta para comer. Todos estaban callados. Entonces la madre decidió interrumpir el silencio.

- Juguemos a un juego. A cada uno os haré una pregunta sobre el otro que probablemente requiera imaginación. El que más respuestas correctas dé, tiene un deseo y el que pierda se lo concede.

Ambos estaban interesados en eso por lo que decidieron arriesgarse para ganar.

- ¿Cuál era el sueño de Anne cuando era pequeña?

- Casarse con un príncipe- contestó Dave.

- ¡Correcto!- dijo la madre.

- ¿Cómo lo sabías?- preguntó Anne.

- Quizá por la forma en que mirabas al príncipe Edward.

Anne enrojeció y apartó la mirada.

- Siguiente pregunta, para Anne: ¿Cuál es la película favorita de Dave?- continuó la madre.

- Crónicas de Narnia.

Dave se quedó boquiabierto.

- ¿Cómo...?

- Te vi besando a Lucy en sueños.

Entonces fue Dave el que se sonrojó y apartó la mirada.

El ambiente se estaba volviendo tenso e incómodo. La madre se estaba dando cuenta de que aquello solamente empeoraba las cosas.

- ¡Son las cuatro ya! ¡Llego tarde al trabajo!- se levantó, fue a prepararse y se marchó tras decir- Esta noche no vuelvo, no arméis mucho jaleo.

La puerta se cerró y quedaron solos.

- Creo que hemos quedado empate- comentó Dave.

- Sólo fue un sueño, pero aun así, parece como si fuera real... Cada cosa que hacemos en los sueños, parece relacionarse con la realidad.

- ¿Crees que estamos celosos?

Se miraron y recordaron el beso que se dieron esa noche en casa de él.

- Lo primero es descubrir qué sentimos, ¿no?- propuso Anne.

- ¿Quieres... repetir el beso?

Ella asintió sonrojada y él se acercó a ella y la besó. Se separaron y se miraron.

- Creo que con uno no basta para darse cuenta- comentó Dave, algo nervioso.

- Es cierto- afirmó Anne con un cosquilleo en la tripa.

Se sentaron en el sofá, dejando la comida en la mesa y comenzaron a besarse.

Eran las cuatro y media. Tomaron una pausa y se dieron cuenta de que no podían parar.

- Quizá deberíamos probar a salir- propuso Dave, ansioso.

- Pues... Podríamos, sí...

Se tomaron un tiempo para reflexionar, ya que todo había sucedido muy deprisa. Pensaron también en que en sus sueños preferían seguir siendo libres, pero si eran sólo sueños, no pasaría nada, aunque les suscitaba celos.

Volvieron a la mesa para terminar de comer. Dave le pidió el pan a Anne y ella al dárselo se le escapó en el plato, quedando Dave salpicado por todas partes.

- Puedes usar mi lavadora y la ducha- se apresuró Anne a arreglarlo-. Yo puedo quedarme en mi habitación que tengo algo que hacer y podrás moverte por la casa libremente.

- Vale, pero por favor, no salgas hasta que te avise.

Anne se fue a su habitación y cogió el diario para continuar contando lo que había sucedido con Cezare la mañana anterior. Era algo que sentía la necesidad de escribir.

Nota del autor: Cezare se pronuncia al modo italiano.