18. La respuesta

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Anne despertó con una sonrisa en los labios. Se sentía muy cómoda entre los brazos del príncipe. Pero entonces recordó su misión de buscar a la reina del mundo de los sueños y su rostro se ensombreció. "Debo acabar la misión lo antes posible o me volveré loca cuanto más tiempo pase con él", pensó Anne.

Se levantó pensando aún en el sueño y sin poder evitar sonreír embobada al recordarlo. En el desayuno, Cezare la vio con la cabeza en las nubes y empezó a preocuparse.

- Anne, ¿sucede algo?

Ella se despertó del trance y le miró, recordando que estaba de vacaciones con Cezare. Se dijo a sí misma que se centraría en ese último día en Francia.

- Soñé que llegaba a la cueva, que casi me pillan pero me libré. La próxima vez iré de nuevo a buscar el anillo.

Fueron a Avignon y visitaron los mejores lugares. Cuando se estaba poniendo el sol, fueron al puente y se quedaron mirando el paisaje. Cezare había planeado pedirle salir en ese momento, pero estaba teniendo una lucha interna sobre si debía o no hacerlo. Ella había estado muy rara todo el día. No estaba ya tan seguro de que ella fuera a decir que sí. Se le pasó por la cabeza que podría haber sido por algo que ella soñó. O por ese Alguien que la acompañaba.

"Si no es ahora no será nunca. Voy a pedírselo, y que acepte o rechace. Quiero ya dejar las cosas claras entre nosotros" pensó él. Se giró hacia ella y la tomó de las manos. Anne le miró, expectante.

- Anne...- Cezare tragó saliva y trató de parecer feliz, pero en realidad, trataba de reprimir la tristeza del rechazo que daba por hecho- ¿Quieres salir conmigo?

Anne sintió un peso en el pecho. Ella se le había declarado y tendría que estar más que feliz de que él sintiera lo mismo, pero en ese momento pensó que nunca debió haber empezado nada hasta que acabaran los sueños y no viera a Edward nunca más. Él nublaba por completo su mente y el hecho de ser inalcanzable por ser un sueño lo hacía más deseable y atractivo. Se dio cuenta de que de su respuesta dependia que fueran las mejores vacaciones de su vida o las peores, ya que si acababan mal, ¿a quién le importaba el resto?

Se mordió el labio, sientiéndose culpable. En la cara de Cezare cada vez asomaba más la tristeza, ya esperando la palabra "no". "No puedo hacerle esto... Pero si digo que sí, ¿sería de corazón o por pena?"

- Oye no... No tienes que esforzarte tanto en responder... Si no quieres, seguiremos como hemos estado, no voy a dejar de verte y hablar contigo por que no podamos tener otra relacion... No acercarse no significa alejarse, ¿verdad? Podemos dejarlo así de momento. Es culpa mía por pedírtelo aunque no estabas preparada y cuando te declaraste me pediste que siguiéramos igual... A tí no te afectó en tus sentimientos que yo me sintiera igual, así que yo seguiré sintiendo lo mismo por ti independientemente de lo que tu sientas. No cambiará nada. Pero quiero que sepas esto.

Cezare la abrazó y ella le abrazó también. Ambos tenían lágrimas en los ojos.

- Perdóname- dijo ella-. No te mereces esto.
- Te quiero- dijo él-. No me arrepiento de nada.

Anne empezó a llorar fuertemente, lo que hizo que Cezare reprimiera sus lágrimas y su dolor para consolarla a ella. Ya no se preocupaba de lo que él sentía, sino de lo que sentía Anne.

- Yo... No estoy hecha para el amor este mundo... No dejo de hacer daño a quienes me importan... Yo no quiero esto... ¿Qué me sucede?

- No es culpa tuya...

- Me has dado las mejores vacaciones de mi vida y así es como te lo estoy pagando...- siguió llorando ella- haciéndote daño... No me merezco todo esto...

- Fue un regalo, ¿vale? Los regalos son para recibirlos y dar gracias. Punto. No te paras a pensar si los mereces. Si tuvieras que currártelos no serían regalos. Solamente quería que lo disfrutaras. Y lo has hecho. Pues no puedo pedir más. Lo hemos pasado muy bien juntos.

Cezare se separó de ella y le sonrió. Anne se secó las lágrimas.

- Muchas gracias por todo. Muchas gracias por ser tan bueno conmigo...

- Así mejor, ¿ves?- sonrió y le dio un beso en la frente.

Ella se relajó. Sabía que Cezare se estaba esforzando en sonreír por ella, por lo que se propuso no ponérselo más difícil. En el camino de regreso trataron de estar como siempre, hablando sobre las vacaciones, lo que les gustó y lo que no, qué harían al regresar... El buen ambiente debía seguir. Y lo consiguieron. Filtraron sus sentimientos en cariño amistoso para que las cosas continuaran yendo bien. Hasta se convencieron a sí mismos que quizá habían confundido la amistad con el amor, ya que habían pasado tanto tiempo juntos que se tenían cariño y solamente debían decidir de qué manera enfocarlo, si hacia una amistad o algo más.

- ¿Crees que alguien más ha podido realizar algo así?- preguntó Anne- Es difícil controlar los sentimientos de uno mismo.

- Pero el cerebro lo controla todo así que nos podemos autoconvencer de las cosas. Se llama inteligencia emocional. Controlar lo que sentimos.

Anne se quedó impresionada con Cezare. Ambos se miraron y pensaron que la amistad era lo mejor, no se imaginaban besándose o comportándose como novios. Quizá fuera así siempre o quizá se convencieran de ello. Quién sabe.

- Ojalá las cosas hubieran podido terminar así con Dave...- pensó Anne.

- Imposible. Para él tú nunca serás una amiga. He visto cómo te miraba y cómo luchaba por ti. Él te quiere para él. No como amiga sino como única mujer en su vida. Además, vosotros sí que tuvisteis algo, ¿no? Lo nuestro ni empezó. No es lo mismo. Él cortó por celos, según me contaste.

- Sí... No sé nada de él... Después del gran shock que se llevó y se le fue la pinza... Yo no pude hacer nada por él... Me siento tan mal por todo...

- No te preocupes. Irse a América seguro que le sienta bien para aclarar la mente.

"El viaje a Francia solo me confundió más", pensó Anne, "pero al menos ahora aclaré las cosas con Cezare y hasta que Edward se case no estaré siendo infiel ni haciendo que nadie sea infiel por lo que haga...". En ese momento, Anne se dio cuenta de sus propias intenciones de continuar su tontería con Edward y empezó a preocuparse por sí misma.

- Solo son sueños... Acabará pronto... Acabará pronto...

Cezare le cogió la mano para tranquilizarla. Sabía muy bien lo estresantes que podían llegar a ser los sueños.

Llegaron a casa sanos y salvos y se tiraron en la cama sin deshacer la maleta. Esa noche no soñaron con nada. Ni durante toda una semana. Empezaron a preocuparse. Anne habló con sus compañeros de teatro y de clase. Algunos tenían el mismo problema. Empezaron a correr leyendas por la ciudad sobre un ladrón de sueños.

Y en realidad, no estaban tan lejos de acertar.

A finales de enero, Anne por fin fue convocada a la capital donde Edward y Dave la esperaban junto a otros personajes de sueños para hablar sobre algo muy serio que estaba ocurriendo en el mundo de los sueños.


Hazte REALIDAD o Conviérteme en SUEÑO #Wattys2018Donde viven las historias. Descúbrelo ahora