31. Fin del secreto

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Anne se despertó pensando en Rosalie. Se preguntó si ella tomaría su lugar, no pudiendo volver al mundo de la realidad. Si quien amaba estaba en el mundo de los sueños, ¿para qué vivir en la realidad? y si estaba en el mundo real, ¿para qué quedarse en el mundo de los sueños? En realidad, a ella le daba igual dónde se quedaba mientras que podía estar al lado de quien amaba, cualquiera que fuera el afortunado. Por eso su corazón debatía por Dave o Edward, realidad o sueño. Claro que Edward se casaría y Dave le había pedido salir, pero aunque su mente le decía que lo mejor era escoger a Dave, su corazón no la dejaba olvidar a Edward.

Se odiaba a sí misma porque desde que conoció a Edward existió ese debate en su mente, tanto con Dave como con Cezare. En el caso de Cezare, eligió a Edward, pero en el caso de Dave y Edward, no podía decidirse tan fácilmente. Una cosa era saber que debía olvidarse del príncipe y otra muy diferente era pasarla a la práctica.

- Elige a Dave, Anne... es lo mejor...- se decía a sí misma mientras iba a desayunar.

Era fin de semana y no tenía clase. Ese día decidió simplemente salir a dar un paseo para tratar de aclarar las ideas. Acabó perdiéndose por la ciudad al andar sin prestar atención por dónde pasaba y encontrarse en otro barrio que desconocía. Tuvo suerte de llevar dinero encima para la hora de comer, y así por la tarde reanudó la búsqueda del camino de vuelta a su casa. De pronto, sintió como la seguían y acceleró el paso. Sintió pasos tras ella alcanzándola y sin mirar atrás, echó a correr. Al ir a doblar una esquina, un hombre vestido de negro y con gafas de sol se interpuso en su camino y chocó con él, cayendo al suelo. En un instante fue rodeada por varios hombres y mujeres con la misma vestimenta.

- Acompáñanos y no te resistas.

- ¿Quiénes sois?- preguntó con temor.

- Unos conocidos del señor Robin- contestó un hombre que parecía el líder, y al ver que Anne estaba desconcertada, añadió-, seguramente su hijo Dave Robin te sea más conocido.

Anne se dio cuenta de que justo acababa de suceder lo que Dave más temía. ¿Pero cómo era posible que pasara tan solo un día y ya estaban enterados sobre ella?

- No entiendo por qué me queréis a mí.

- Dave siempre está en guardia y pensamos que sería más fácil hacerle cooperar si la chica que más le importa está de "nuestro lado". Y más le vale cooperar o será peor para él. Ni que decir tiene que lo sabemos todo sobre él y su familia, también sabemos todo lo necesario sobre ti: vas a la misma clase que él, vives en la calle Florencia número 33 y por las tardes vais a teatro- explicó el mismo hombre.

- ¿Y por qué pensáis que soy importante para él?- se desesperó ella, no sabiendo ya qué hacer para escapar tras intentar levantarse y buscar algún hueco en el círculo cerrado a su alrededor.

- Si no lo fueras, no hubieras pasado la noche en su casa el otro día.

Anne no pudo replicar a eso. Sin embargo, no se lo iba a poner tan fácil. Se le ocurrió un plan. Accedió acompañarles. Pensó que si pulsaba el botón y Dave iba adonde estaba, todo estaría perdido, ya que le cogerían también.

- Si os llevo adonde queréis ir, ¿dejaréis a Dave en paz?- preguntó ella.

- Claro. Trato hecho.

Fueron a casa de Dave en una furgoneta negra con cristales ahumados. Su plan era llevarles a otra habitación y al ver que las armas no estaban ahí, actuaría desconcertada y diría que el padre de Dave había estado ahí pero que no creía que se las había llevado. Sin embargo, lo que no sabía Anne era que Dave tenía su propio plan.

Llegaron a la casa y Anne les condujo a una de las habitaciones. Al abrir la puerta, entraron a inspeccionar pero no encontraron nada.

- Nos has engañado- dijo el líder fulminándola con la mirada.

- Cuando me las enseñó estaban aquí...- trató de decir, pero el hombre no la creyó y le dio una bofetada que la dejó en el suelo.

Al caer, se pulsó el botón del dispositivo que llevaba en el bolsillo.
"Genial, ahora Dave va a descubrirlo" pensó Anne.

Llamaron al resto para que entraran y todos empezaron a rebuscar en el resto de la casa. Dejaron a Anne esposada a una columna del salón y siguieron buscando hasta que uno propuso la habitación de Dave.

- ¡Están aquí!- avisó uno.

Todos fueron a la habitación. En ese momento, Dave entró en casa y al ver la situación, reaccionó rápidamente, cerró la puerta de la habitación con llave y fue a desatar a Anne. Era imposible, por lo que cogió una pistola que guardaba escondida en un sofá y disparó a la cadena de las esposas. La cogió de la mano y tras cerrar la puerta de la casa con llave, corrieron fuera lo más rápido que pudieron, mientras Dave iba murmurando una cuenta atrás. Cuando salió de la casa y se dio cuenta de que se había acabado el tiempo y aún no estaba lo bastante lejos, se limitó a poner a Anne delante de él y cubrirla con sus brazos y su chaqueta.
La casa estalló por los aires.

Anne y Dave fueron lanzados lejos a lo largo de la calle perpendicular a la casa y rodaron por el suelo varios metros. Desafortunadamente, Dave no quedó consciente para poder proteger a Anne y ella al golpearse la cabeza también perdió el conocimiento. Estaba anocheciendo. No quedó nada más que ceniza de la casa y los alrededores. Ni rastro de los coches y los espías. Fue una bomba poderosa. Más tarde descubrieron que no había quedado nadie de esa organización, todos murieron en el acto. Se oían las sirenas de los bomberos, los coches de policía y la ambulancia. No encotraron víctimas cerca del lugar. Anne y Dave habían caído demasiado lejos y estaba tan oscuro que no les vieron. Ahí quedaron hasta el día siguiente. Por suerte, en mayo empezaba a hacer calor incluso por la noche.

Hazte REALIDAD o Conviérteme en SUEÑO #Wattys2018Donde viven las historias. Descúbrelo ahora