11. Las cosas se complican

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La noticia de que Luisa estaba en el hospital más muerta que viva zarandeó la ciudad. Todos cuantos la conocían y los que vieron la noticia en la televisión fueron tocados. Una chica que iba a casa de su ex para reconciliarse con él se había dormido ante su casa y al padecer de sonambulismo cruzó la calle cuando venía un coche cuyo conductor era casualmente su propio padre. El jucio fue muy difícil. Que te salga de pronto una sonámbula delante cuando vas con el coche con una velocidad legal...

El hombre tuvo que asistir a sesiones con el psicólogo mientras su hija estaba internada en el hospital, en coma. Los médicos no entendían qué era lo que la mantenía con vida. Pero Anne sí lo sabía. Durante un mes, había estado acompañando a Luisa en sus sueños, según le pidió a Edward, quien le dijo que estaba viva porque tenía una misión que cumplir en el mundo de los sueños.

- ¿Esto le dará tiempo a los médicos a curarla?- preguntó Anne.

- Seguramente- contestó él.

Luisa en ningún momento le dijo a Anne cuál era la misión. Simplemente se dedicaba a ir pueblo por pueblo poniendo anuncios que pedía a Anne que no mirara. Anne no replicaba, se conformaba con tan solo acompañarla. De vez en cuando se cruzaban con Dave en algún que otro sueño y una vez a la semana cuando iban a la capital. Cezare estuvo más tranquilo desde que descubrió que podía seguir viendo a Luisa en sus sueños aunque solo fuera una o dos veces a la semana. Aunque su relación no pudo continuar y se distanciaron.

Dave recuperó su libro y Cezare tomó responsabilidad de los gastos por la puerta de la casa de Anne. A Dave no le hizo gracia el beso en la mejilla que Anne le dio a Cezare por su ayuda. Desde entonces, comenzó a mostrarse más y más distante. Finalmente, ya no le vio sentido a la relación.

Una noche, Cezare recibió una llamada y salió corriendo hacia el hospital. Entonces se detuvo al ver a Dave y Anne discutiendo.

- ¿No le damos otra oportunidad? ¿Ya acabó? ¿Así como así?

- Admítelo, Anne, nunca hubo nada, desde el principio solamente decidimos salir por probar qué tal, pero esto no funciona. No tenemos química.

Anne agachó la cabeza. Era verdad que lo que sentía no era muy fuerte, pero tampoco quería acabar con la relación.

- No quiero cortar la comunicación...

- No será así. Seguiremos en contacto, solo que ya no nos debemos nada.

- ¿Sin compromisos?

- Exacto.

- ¿Y si alguna vez nos apetece... no sé... liarnos?

- Pues lo hacemos. Pero no pasará.

Dave concluyó con esas palabras. Sentía demasiada rabia como para tener ganas de besarse con nadie, sentía que el corazón de Anne no era suyo, sino que ella estaba indecisa, cosa que no podía aguantar. Entre el beso en la mejilla a Cezare y ese suceso con el príncipe Edward de la semana anterior...

Dave se marchó y Anne se sentó en el bordillo, pensativa.

- Es por lo de Edward, ¿verdad?- se oyó la voz de Cezare, que se acercaba a ella.

- Yo... No tengo nada con Edward... Es solo que es tan carismático que...

- Que no te puedes resistir.

Anne miró sorprendida a Cezare. Se preguntó si era tan evidente que cualquiera se daba cuenta.

- ¿Y cómo hago para dejar de ser llevada por su encanto?

- Fijándote en otro. Cuando quieres a alguien, se convierte en la única persona ante tus ojos.

- Pff... Dave no será ya...

- Si quieres yo puedo... Ejem...

Anne se sonrojó.

- Pero Luisa...

- Quiere ver que hay alguien que me vigile para quedarse tranquila de que no vuelvo a cometer alguna travesura.

- No entiendo, ¿por qué...?

- Me lo dijo anoche en un sueño.

Al ver que Anne dudaba, Cezare le pidió que fuera con él. Grande fue su sorpresa al ver que entraban a la habitación de Luisa en el hospital. Al verla se dio cuenta de que estaban ahí para despedirse.

Hazte REALIDAD o Conviérteme en SUEÑO #Wattys2018Donde viven las historias. Descúbrelo ahora