03.- Selkies

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Harry le había escrito a Luna ese mismo día y al día siguiente la teníamos en mi despacho junto a su "amigo", al parecer no solo el ministerio había recibido reportes de migraciones, sino varios países habían reportado el movimiento de colonias enteras de gente del agua. Luna nos dijo que pensaba que los siguientes en moverse, serían las criaturas de fuego, habían detectado una actividad inusual de magia cerca de los volcanes. Algo estaba pasando con la magia.

Hable con Minerva ese mismo día, ya que definitivamente debía ausentarme, si mi instinto no me fallaba, tardaríamos más que solo algunas semanas, quizás más de un año. Afortunadamente ya había algunos maestros de pociones que podrían cubrirse y Minerva ya había tenido antes el cargo de directora, así que la transición para los alumnos sería apenas perceptible.

Harry había quedado con Luna de vernos en la entrada del castillo, y de ahí nos apareceríamos en su campamento ubicado en alguna parte de Irlanda, habían estado siguiendo a un grupo de Selkies que no había emigrado, y aún no habían averiguado la razón. Tanto de por qué no se habían movido como por que deseaban moverse.

Al menos ya no habían aparecido más muggles en esa semana que preparamos el viaje. Harry estaba francamente, subiéndose por las paredes, y no solo él. El ministerio en pleno estaba en crisis, habían sido tantos casos los de muggles aparecidos en lugares donde la magia simplemente debió mantenerlos fuera, que Kingsley estaba a un paso de declarar estado de alerta. A mi parecer, estaban exagerando.

Si bien era inusual que los muggles "pudieran" ver a la gente del agua, tampoco era inusual, incluso podría pensarse que ellos mismos habían decidido mostrarse ante los muggles. Lo único que no tenía sentido era que los muggles pudieran hacer magia. La única conclusión a la que llegué es que la magia en sí estaba fuera de balance por algún motivo. Esa corriente de energía mágica que corría por todo nuestro mundo estaba cambiando, y eso es lo que estaba provocando todo. Pero antes de expresar en voz alta mis pensamientos, necesitaba encontrar pruebas de ello, por eso es por lo que decidí unirme a la "expedición", además de apoyar a Harry.

Estaba terminando mi baúl cuando entro Harry ya con su baúl listo:

—¿Estás listo Sev? —.

—Casi Harry. Dame esa mochila por favor—.

—¿Qué traes en ella? Pesa mucho—.

—Solo lo indispensable para acampar, ¿no esperaras que comparta tienda con Luna y su "amiguito"? quiero algo de privacidad—.

—¿Y el baúl? Reconozco ese tipo de baúl Sev, es como el de Moody. ¿Piensas llevar tu laboratorio? —.

—Sí, estoy seguro de que lo necesitaremos. Y llevo otras habitaciones más, quizás necesitemos algunas de ellas también. ¿Tú que estas llevándote? —.

—Un medidor de radiación muggle modificado. El señor Weasley me ayudo a modificarlo, identificará anomalías mágicas, aún no está 100% calibrado, pero nos podrá dar un indicio de donde están las anomalías. Además, Hermione me dio algunos libros de DCAO, y otro par de pociones experimentales, piensa que podrían ser útiles por si nos topamos con alguna enfermedad o herida desconocida—.

Los dos estábamos preparados a nuestra manera, lo único que no decíamos en voz alta es que teníamos miedo. Nunca en toda la historia conocida de nuestra comunidad, habíamos tenido un caso como este. Criaturas mágicas del agua migrando en cantidades enormes, muggles apareciendo por todos los sitios ocultos por nosotros, e incluso, actividad inusual en las criaturas de fuego. Los dos sabíamos que esto podía ponerse feo. Podía ser una amenaza, o podía ser solo un ajuste, o cualquier otra cosa. La incertidumbre, lo desconocido, es lo que nos aterraba. Y luego, Harry soltó una bomba.

Elementales, La Última BarreraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora