Elementales, La Última Barrera

23.- Viaje al paraíso

En cuanto llegamos a Castelobruxo, fuimos recibidos por su actual directora, Andiara Maqueira; una bruja alta, de pelo negro y ojos a juego, morena, vestida con una túnica verde con detalles en negro y plata (muy Slytherin), experta en transformaciones, Herbología, DCAO, pociones y animaga (se convertía en un jaguar, ¿Que tenían con los gatos las brujas animagas?). Daba gusto conocer a alguien así de extenso. Me recordaba a Minerva en el ceño, me sorprendió que parecía de 30 años y tenía 55, al menos eso decía el informe de Kingsley sobre ella.

—Bienvenidos a Castelobruxo, el señor Kingsley me avisó de su llegada, acompáñenme a sus habitaciones—.

El castillo parecía una especie de templo, de color dorado, de varios pisos. Nuestras habitaciones estaban ubicadas en el quinto piso, donde teníamos una vista perfecta del río amazonas. Al contrario de Japón, la cena y reunión con la directora sería en una sala contigua a nuestras habitaciones, así que nos fuimos a dar un baño y a la hora de la cena estábamos puntuales en la puerta de dicha sala.

Cuando entramos notamos que todo estaba en verde y café, los muebles eran de madera y los tapizados estaban en distintos tonos de verde, parecía una pequeña selva. Muy adecuada decoración tomando en cuenta en donde nos encontrábamos. La cena estaba servida en una mesa en el centro rodeada de mullidos sillones. Nuestra anfitriona ya estaba dentro.

—Adelante, sírvanse. Tenemos mucho de qué hablar, Eiji me habló de su "otro" asunto particular—.

¡Así que la señorita Maqueira también formaba parte de ese grupo! Al menos nos ahorraríamos las mentiras sobre que estábamos haciendo en su nación.

—Entonces podemos saltar directo a lo que ustedes hayan visto de problemas aquí—.

Conteste al tiempo que me servía un poco de guiso de pollo. Nunca había probado esto y por la cara de Harry al probar la comida, supe que habría algunas salidas a restaurantes brasileños cuando regresáramos a casa.

—Bien, lo que hemos notado en su descenso en las plantas mágicas y con ello del hábitat de las criaturas que las habitan, los muggles también han contaminado el agua del Amazonas, pensamos que esto podía ser la causa del descenso, lo resolvimos fácil, pero el problema continuo, así que suponemos que es algo mágico lo que lo ocasiona—.

—Eso aquí en su nación, ¿Y en las otras? —Pregunte.

— Mis compañeras de Perú, Chile y Argentina no deben tardar en llegar. Son magizoologas y herbologas reconocidas que han estado preocupadas por el descenso de la flora y fauna de sus respectivos países, han hecho una investigación exhaustiva y no han encontrado un motivo. Esta situación no es exclusiva de Brasil señor Snape. Además de que nuestras criaturas mágicas del agua han estado "ausentes". No sabemos dónde están—.

—Permítame decirle que tenemos al menos, eso en común con ustedes, las criaturas acuáticas del Reino Unido también están ausentes, y lo que nos dijeron fue que "tenían" que migrar—.

—¿"Tenían"? —.

—Si, "tenían" que migrar. Al menos eso fue lo que dijeron—.

—¿Habla sirenio? —.

—No, invente un hechizo para entender cualquier lenguaje—.

—¿Podría enseñármelo? Sería muy útil—.

—Si me da unos cuantos esquejes de unas cuantas de sus plantas, es un trato—.

—Dígame cuales quiere—.

Estuvimos hablando de este intercambio de plantas, ingredientes de pociones y algunos hechizos por un rato más cuando llegaron el resto de sus invitadas. Fueron directo a saludarla con un sonoro beso en la mejilla y luego se voltearon para vernos.