002.

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Samanta corría totalmente desesperada por llegar a la cafetería en tiempo record y no estar ni un minuto tarde en el hospital, hoy debía ir a la universidad a la tarde, así que podía pasar toda la mañana con el bello durmiente de la habitación 23. Entró casi volando directo al mostrador totalmente agradecida de que no había nadie antes de ella, pidió su infaltable Capuchino y salió sonriente deseándole buenos días al simpático chico de la caja. Dio un largo sorbo a la caliente bebida mientras sacaba y conectaba sus auriculares, en el instante donde "NaNaNa" sonó desde los diminutos aparatitos, sonrió. Definitivamente la mañana de la pelirroja estaba empezando a tomar color.

Hoy no tenía planeado establecer una buena relación con nadie puesto que entró sin sacarse los auriculares a paso firme directo a buscar su uniforme. Pasó por en frente de la amargada anciana de la recepción, alias el orco de la entrada, y deseó pegarle por el pelo uno de esos asquerosos chicles que masticaba, pero no lo hizo, ya que no quería que a su padre le de un ataque de nervios por otro mas de los problemas que su "angelical" hija solía causar. Siguió camino hasta la sala donde había dejado su uniforme, se lo puso en menos tiempo de que lo alguna vez alguien se colocó una prenda y partió feliz hacia el consultorio del viejo deseando que el canoso hombre haya pensado lo que ella le había planteado la noche anterior. Golpeó la puerta de la habitación y se adentró tras escuchar el permiso de su superior.

-¡Duncan reportándose lista para trabajar!

-Buenos días para ti también Samanta. -Bromeó el anciano.

-¿Y bien?..¿Pensó en lo que le dije?

-Lo hice. -Contestó levantando su vista y sacándose sus anteojos.- Considerando varios puntos, no dudo que si acepto tu propuesta, lo harás bien. Pero.. por otro lado esta la delicada situación de Jimin, un solo error y eso podría conllevar a algo malo.

-Resumiendo un poco... ¿Puedo hacerlo o no?

-Recuperaras la calificación con tres horas extra en todo lo que te queda de este año.

-Eso dolió.

-Tu misma diste la idea... De todos modos, el punto ahora es que debes estar atenta a todos los procedimientos que son aplicados en Jimin, cada uno de ellos es sumamente importante. Yo seguiré realizándolos por un tiempo mas, luego te supervisaré mientras tu los haces, deberás tener extremado cuidado con el y plantearte que de ahora en mas, eres la encargada de un paciente. Si su condición es inestables, deberás pasar la noche con el verificando que sus valores no decaigan, a la hora de limpiarlo, serás tu la responsable, lo alimentarás y cambiarás. Es prácticamente un bebé recién nacido.

-Prefiero llamarlo "Bello Durmiente"-Rió y se impulsó para pararse.- Créame Doc, no se arrepentirá de esto... Bien, si me disculpa, voy a comenzar con mi labor.

-Samanta, solo déjame decirte una cosa mas. -La pelirroja asintió.- No te encariñes con el.

-¿Disculpe?

-No te encariñes con alguien que fácilmente puede no estar mañana, sé profesional en ese sentido. Jimin no es tu amigo, el es un paciente en coma que necesita de múltiples cuidados, trata de verlo así.

-Doc, ¿dónde rayos quedó su vocación?

-Aún la tengo, pero créeme que de esa manera sufres menos.

                                    💤

"No te encariñes con alguien que fácilmente puede no estar mañana"

Esa corta oración la había estado molestando en todo el trayecto hacia la habitación de Jimin. No lograba entender como era que nadie de ese lugar hablaba con al menos algo de esperanza, y a ese paso, empezaba a creer que tal vez era ella a quien le sobraba ese sentimiento. De todas formas, esa pequeña lucha interna no le afectó en nada a la hora de entrar completamente risueña a la habitación del pelinegro. Entró y fue directo a la única fuente de luz natural que había en ese lugar, abrió la ventana y apagó la luz. Busco su celular en lo que alguna vez fue una mochila vacía y miró la hora. 08:30 AM, era hora de perturbar la paz del chico.

Coma |P. JM|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora