017.

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Sentado con los codos apoyados sobre la mesa yacía Jeon a la espera de que algo le aclarase todos los conflictos internos por los que estaba pasando. Suspiró buscando descargar la tensión que se acumulaba cada vez más sobre sus hombros, cerró los ojos frotando ambas manos contra su rostro y se dejó caer sobre la mesa totalmente resignado.

Al cabo de unos minutos, escuchó unos golpes leves en la puerta, automáticamente pensó en que podría ser que Samanta había olvidado su juego de llaves, así que con pesadez se levantó y fue directo hacia la entrada cambiando lo más posible su cara de angustia. Casi al instante de abrirla, una cabellera negra se adentro en el departamento a la velocidad de la luz.

-Un maldito 10 más felicitaciones. Eres el amo y señor de la perfección.

Tratando de entender algo de lo que Grey soltaba a gran velocidad, Jeon solo se dedicaba a sonreír y mirarla. La chica estaba feliz y era más que obvio que se debía a su trabajo.

-Podré exponerlo. ¿Entiendes eso? Tendré la oportunidad de presentar mi trabajo delante de grandes directores. Es la maldita mejor oportunidad de mi vida. Te debo demasiado Jeon.

-No me debes nada, tómalo como un regalo de mi parte.

-Deberías dejar de ser taan modesto y tomar el crédito de vez en cuando.

-Tomaré todo el crédito cuando muestre mi talento en la exposición.

-¡Estás jodiendome!

-Claro que no. La directora llamó hace unas horas. Cerraré la ceremonia.

-¡Por todos los cielos, Jeon! ¡Felicidades!

La pelinegra se abalanzó sobre el chico rodeándolo en un cálido abrazo en forma de felicitación. Estaba feliz por el, muy feliz.
A kook le tomó un corto tiempo darse cuenta de la situación y responder al gesto. Apretó el cuerpo de la chica mientras que acomodaba su cabeza sobre el hombro de la pelinegra. Era más baja que Sami y no podía esconder su rostro entre su cuello y hombros. Movió su cabeza hasta ver hacia la ventana sobre el lavavajillas y pensó, ¿Por qué rayos sentía una sensación de angustia horrible formarse en su pecho?

Poco a poco se separaron.

Teniéndose uno frente al otro, se sonrieron. Grey recorrió las delicadas facciones de Jeon, al igual que el las de ella.

-¿Te veré en la fiesta el viernes?

Por Dios, la cercanía era tal que Jungkook podía sentir su aliento chocar contra su boca.

-Claro, no tengo nada mejor que hacer.

Tentadora y totalmente provocativa Grey se separó del chico para luego perderse de la habitación despues de soltar un "te llamaré".

El rubio tardó unos minutos en volver a la realidad para sentarse en la silla a pensar. Escuchó ma puerta cerrarse, juntó sus manos, tragó casi en seco y trató de aclarar su mente.

Eran amigos, amigos y solo eso. El tenía una vida hecha y no quería perder nada de lo que había construido. Estaba seguro de eso, tan seguro que tal vez esa misma seguridad era su mayor debilidad.

¿Por qué la angustia? ¿Por qué se sentía vacío? ¿Por qué no había nada en ese lugar que lograra hacerlo sentir en casa?

¿Que le estaba pasando?

Una tras otra. Así llegaban las preguntas, sin piedad y totalmente desestabilizadoras.

Jungkook llegó al punto de no poder más, no tenía a nadie en ese momento de tratar sus problemas y aunque la pelirroja estuviese allí, tampoco lo haría. El chico estaba atrapado entre varios problemas, problemas que iban a enloquecerlo si seguían dentro suyo.

Coma |P. JM|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora