010.

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Cuando el lunes llegó, Jeon estuvo de pie a las 05:45 am. Se propuso hacer buena letra y estar lo más puntual posible, había dejado todo listo la noche anterior por lo que su estadía mañanera en el departamento ese día sería más que corta. Debía salir temprano de allí puesto que la academia abría sus puertas a las 07:00 puntuales horas de la mañana.

Cuando ya estuvo listo, fue hacia la sala y tomó su pequeño bolso. Recordó que debería comer algo antes de salir puesto que pretendía pasar todo el día fuera y no volvería al departamento a almorzar. Jeon se encaminó hacia la puerta blanca golpeándola suavemente para poder entrar a la habitación y grande fue su sorpresa cuando vio el cuerpo de su novia con miles de apuntes y libros sobre la mesa.

Fue allí cuando Jeon cayó en cuenta que ni siquiera había notado la ausencia de la pelirroja en su habitación.

-Hola Kook, siento si te desperté, tenía hambre y me preparé algo de comer, intenté no hacer ruido pero créeme que luego de no dormir por casi tres noches seguidas, olvidé lo que es coordinar mis manos.

-No te preocupes, no me despertaste.

Ambos se sonrieron y Sami volvió la vista en sus libros, Jungkook fue directo a la alacena y sacó los pequeños bizcochos que tanto le gustaban, tomó una taza, la llenó de leche y se sentó en una de las sillas altas que tenía la pequeña isla de su cocina.

-Aún no muerdo. -volteo la chica algo risueña al ver como su novio se sentó lejos de ella para desayunar. -a menos que tú quieras, claro.

-No quiero molestarte.

-No lo haces.

-Se que te molesta el sonido de la comida siendo masticada, sumado a que no has dormido en días, un mordisco en falso y alguien aquí saldrá herido.

-Me molestaría contigo si no fuera porque tienes razón.

-No puedes molestarte conmigo por conocerte.

-No me molestaré, pero solo si me das un beso.

Jungkook le dió el último mordisco a la pequeña masa, dejó la taza en el lavaplatos y se encaminó hacia quien reclamaba por sus labios.

-Besare a una zombie, es la primera vez que hago esto.

-Te aseguro que te encantará.

Jeon finalizó las bromas con un corto beso sonoro sobre los labios de la pelirroja para luego separarse un instante, admirarla y volver a besarla. Cortos besos que de a poco fueron tomando más impulso haciéndose escuchar por toda la habitación, Jeon apoyó una de sus manos en la mesa y con la otra atrapó la nuca de la chica para atraerla más a el. El rubio sintió la extrema necesidad de tener lo más cerca posible a su novia, así que tomó por la cintura a Samanta y la invitó a levantarse para luego sentarla sobre la mesa y seguir con esa batalla campal entre sus bocas. Lentamente ambos se separaron y soltaron un típico suspiro de dos jóvenes enamorados, rieron, porque ambos recordaron que solían hacer eso cuando recién se estaban conociendo. Jungkook apartó todo el cabello de la cara de su novia dejando una perfecta visión de la misma. Cuanto amaba esos cachetes algo rojos, esas escasas y pequeñas pecas que estaban sobre el puente de su nariz y caían sobre el manto rojo de sus mejillas, esos ojos delicados y profundos que lo hipnotizaban de manera única, ese cabello rojizo y algo ondulado, todo de Samanta era una obra de arte para el chico y se enfurecía consigo mismo cuando olvidaba todo eso.

-Sabías a libros, café, caramelos de chocolate y un toque de estrés, mi combinación favorita.

-Tu sabías a Jeon Jungkook, definitivamente mi combinación favorita.

Coma |P. JM|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora