Capítulo 17

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— ¿Sucede algo? —le preguntó y puedo notar como Grace me ve con un poco de nerviosismo y titubea antes de poder hablar de una forma coherente.

— He estado pensando mucho y creo que lo mejor es que terminemos.

— Me estas jodiendo ¿cierto? —le respondo con un poco de molestia y más que todo sorpresa

— No. Pero ...

— Bueno entonces terminamos, adiós Grace.

Me dirijo hacia la puerta y la voz de Grace gritando mi nombre me detiene antes de que pueda tocar la perilla.

— No quiero que estés molesto conmigo. —dice mientras un par de lágrimas ruedan por sus mejillas.

Me vuelvo a acercar a ella y limpio sus lágrimas con mis manos.

— No estoy molesto. Sólo pienso que lo mejor es que me vaya, que pases un gran día Grace.

Su petición me tomo por sorpresa, como podría ser capaz de pedirme que terminemos luego de todo lo que he hecho por ella.

Pero no me siento molesto, no siento nada y no sé si esto sea bueno o malo.

Me doy la vuelta y salgo de la habitación sin detenerme a escuchar las peticiones de Grace, lo mejor es que me vaya y pueda pensar las cosas antes de responder con algo que pueda insultarla.

Antes de irme de allí busco mi maleta que se encontraba en la habitación de al lado.

Paso por el corto pasillo que hay antes de llegar a la sala y me encuentro con el señor Heim;

— ¿A dónde llevas esa maleta?

— Yo me voy señor Heim, espero que no tengan ningún problema con Grace durante la noche.

— ¿Pelearon? —pregunta el señor con un tono de preocupación y niego

— Todo está perfecto, sólo no me siento en estado de poder ayudarles. Prometo volver otro día.

— Te sientes mal. — afirma el señor y asiento, confirmándolo — Ve y descansa hijo, eso son esas enfermedades de hoy.

Asiento con una sonrisa forzada.

Christine.

— Sígueme querida, si sucede algo fuera de lo normal no dudes en llamarme.

Sigo a una señora de cabello rubio, su rostro muestra cansancio, tal vez sea un poco mayor que mi madre,

La mujer me guía por la casa llevándome por un pasillo que desde mi punto de vista es demasiado grande.

La casa en su mayoría es de color blanco y tiene algunas decoraciones en tonos pasteles.

La señora abre una puerta tras entrar me hace una señal para que la siga.

— Grace te dejo con una amiga de Theo, espero que se lleven muy bien. —dice la mujer con entusiasmo para luego salir del cuarto

La chica rubia me escanea con la mirada y no dudo ni un segundo en hacer lo mismo, en una de sus mejillas puedo alcanzar a ver una cicatriz, en sus manos tiene algunos cables que van hasta unas máquinas que están detrás suyo.

— ¿Y eres? —habla la rubia, su voz no es melosa o chillona como lo tenía esperado

— Christine, Christine Kurtz —digo mientras estiro mi mano, al no recibir respuesta recuerdo cuál es su estado y me insultó por ser tan estúpida

— ¡Oh la mejor amiga de Theo! Él me ha dicho maravillas de ti. Perdón por no haberme presentado antes mi nombre es Grace Heim. Espero que nos llevemos bien ¿qué te hizo venir? Theo me había comentado que eres una chica muy ocupada.

Por Tu Sonrisa ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora