— Yo ...
— ¿Tu? —me cuestiona alargando la u
— Ya te dije que no tengo ninguna cita contigo.
— Si, si la tienes. Es más, por tu culpa acabamos de perder el lugar. —lo último lo dice con un notado tono de disgusto
— ¡Diablos! Deja de decir que tenemos una cita cuando no tenemos nada.
Su mandíbula se tensa y la sonrisa que tenía unos segundos atrás desaparece totalmente.
— Digo que tenemos una cita porque la tenemos. —dice tratando de contener un poco de frustración
— A ver dime cuando me pediste tener una cita ¿cuándo Theo?
El castaño se queda en silencio y por primera vez en los minutos que llevamos juntos suelta su agarre permitiendo que me alejé unos pasos y pueda poner una distancia prudente para mis hormonas.
— Vale admito que nunca te lo dije, pero puedes tomarlo como una cita sorpresa. A ti te gustan las sorpresas ¿no?
El pasa una de sus manos por su melena castaña, movimiento que hace que mis hormonas hagan presencia.
¿Cómo es posible que se viera tan jodidamente adorable?
No había forma de que negara que las sorpresas no me gustan y más si es proveniente de Theo, pero qué ganaba él con hacer una cita sorpresa si ya me dejó muy claro que sólo soy una amiga y lo del beso fue un completo error.
— Oye respondeme.
— Si me gustan las sorpresas.
Theo se vuelve a acercar y rompe la distancia que había marcado por mi bien.
Quita una porción de cabello de mi rostro y lo coloca detrás de mí oreja, agarra el mechón entre sus dedos y le da unos giros.
— Pero ¿Te gusta mi sorpresa? —susurra en mi oído y maldigo mentalmente
Diablos él es consciente de lo que está haciendo conmigo y lo peor de todo es que yo lo estoy disfrutando.
— ¿Por qué haces todo esto? ¿Que ganas con invitarme a salir? Sólo me estás ilusionando Theo.
— Lo hago porque quiero. Y de seguro piensas que no gano nada con esto, pero te aseguro que lo que ganaré es más valioso que todo el dinero de todo este mundo. Y no te estoy ilusionando nunca sería capaz de hacer eso contigo.
Pasa su mano por mi mejilla y la retiró bruscamente.
— No hagas eso, todo lo que estás haciendo me ilusiona y mucho.
— Te he dicho que no te estoy ilusionando Christine.
Lo veo furiosa y niego con la cabeza.
— Cuando me hablas bonito, cuando eres más atento, cuando eres más paciente, cuando me das esos detalles y me haces prometer con cada uno lo mismo, con cada una de esas cosas que haces especialmente conmigo me ilusionas. Y luego vienes y me dices que soy tu mejor amiga, que lo de ese día fue un error y diablos; Solo juegas conmigo Theo.
Unas lágrimas se escapan de mis ojos y el castaño sólo se mantiene estático.
— Lo siento mucho Christine, enserio perdóname. Yo... yo soy un idiota, perdóname.
Quita las lágrimas de mis mejillas y me pega a su cuerpo en un abrazo.
— Perdóname. —dice mientras aún estamos juntos
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Por Tu Sonrisa ©
RomanceNadie en el Instituto ha visto a Theo reír o tan siquiera mostrar una sonrisa de cortesía. El problema es que ella se enamoró de Theo. De su frialdad, de su mirada intensa, de su voz. Pero el tan siquiera le ha dirigido la palabra. Christine quiere...