Capitulo 22

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— Sólo les falta hacer oficial su relación ¿Cuándo lo piensan hacer chicos? —comenta Dylan luego de vernos llegar juntos

Theo se sonroja levemente y el rubio no recibe respuesta por parte de ninguno de los dos.

— ¡Ay por Dios! Theo se sonrojo. —chilla Astrid mientras Thomas saca su teléfono rápidamente y retrata al ojiverde con el rostro totalmente rojo

— Diablos, esto les encantará a los demonios. —habla Thomas satisfecho por su acción

— Borra eso. —gruñe de mala forma Theo

Thomas hace una mueca y se acomoda en su asiento como si de hacer negocios se tratara.

— Lo siento Theo, pero no puedo borrarla.

Hace una mueca de disculpa y el castaño de piel pálida no puede hacer más que mirarlo con molestia.

— Cambiemos de tema —sugiero al observar las miradas de odio de Theo hacia su mejor amigo

El enojo del castaño se va disminuyendo cuando cambio el tema por el del evento y lo divertido que sería si estábamos todos.

Frank se aleja con Dylan y prometen regresar con unas bebidas para cada uno.

El edificio estaba repleto de chicos de diferentes Institutos y sólo un par de universitarios.

Esta era la exclusiva fiesta que se había encargado de preparar el capitán del equipo de fútbol para celebrar todos los partidos ganados en este semestre y en tan sólo una pequeña parte celebrar el esfuerzo de nosotras las porristas, me da demasiado coraje que Rick no aprecie nuestro esfuerzo sin embargo no hay nada que nosotras podamos hacer y debimos aceptar este mínimo reconocimiento.

— Agradezco que todos se encuentren presentes, hemos logrado culminar un excelente semestre gracias a nuestra unión. Y para las personas que no pertenecen al St. Edmund no se deben sentir mal por no ganar como nosotros —junto con Astrid soltamos un bufido sabiendo las estúpidas palabras que saldrían de la boca de Rick. — Han tenido el honor de enfrentarse con esta gran familia y especialmente conmigo, un aplauso para ustedes señores. No cualquiera tiene ese honor.

Las personas presentes no pueden hacer otra cosa que aplaudir hipócritamente y con el sonido estrepitoso de causan los chicos al estar ajustando los cables del sonido Rick aclara su garganta y se dispone a hablar:

— Sin más preámbulos ... ¡Que inicie la fiesta señores!

Tras terminar las palabras del pelirrojo el lugar es inundado por música, las chicas buscan una pareja de baile y en viceversa, a esos que no les gusta bailar se les ve deambular con bebidas y comida en sus manos.

En las esquinas se encuentran ubicados unos sofás en forma de L de color negro y una mesa; allí terminan ubicándose grupos de amigos, un claro ejemplo seríamos nosotros.

— Chris, Chris, Chris. Vamos a bailar cariño —dice Astrid levantándose del sofá y tomando mi mano para tirar de ella

Casi obligada bailó con ella y con otras amigas.

(...)

— Y ahora unas dos canciones lentas para las parejitas felices que están presentes y especialmente para la rubia de allá, vaya que si eres insistente chica. Pero vamos baila, busca a tu chico y muévete cariño, ¿o es que ya no quieres tu música? —el dj señala a una chica la cual se ruboriza instantáneamente

Un chico castaño y mucho más alto que la rubia la toma con seguridad y la saca a bailar.

Thomas realiza lo mismo con Astrid al igual que Frank con Dylan.

Por Tu Sonrisa ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora