Nadie en el Instituto ha visto a Theo reír o tan siquiera mostrar una sonrisa de cortesía.
El problema es que ella se enamoró de Theo. De su frialdad, de su mirada intensa, de su voz. Pero el tan siquiera le ha dirigido la palabra.
Christine quiere...
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Joder...
Quería y deseaba estar en su lugar, ya no soporto verla así.
El doctor nos explicó que la parte más difícil era la perforación en su pulmón la cual aunque ya había sido tratada era preocupante.
- Cariño...
Escuche la voz de mamá pero no me inmute, quería estar con ella todo el tiempo. Ella siempre estuvo ahí para mí y debía hacer lo mismo con ella.
- Cariño te he dicho infinitas veces que debes comer y descansar.
Su voz era suave y un poco relajante pero no lo suficiente para que convencerme.
- Ya comí y ya descanse mamá.
Escucho una pequeña carcajada por parte de ella y me giro a verla por primera vez en todo el rato.
- ¿Qué es tan chistoso? —la molestia se podía sentir en mi voz y ella solo rodó los ojos
- Theodore no soy tonta y Anton me informa de todo. No has salido desde que el doctor hablo con los padres de ella ayer y exigiste estar ahí —se sienta al lado mío y empieza a acariciar mi cabello— hijo ya pasamos por esto antes y no creo que haga falta repetirlo ¿o sí?
Niego y ella sonríe.
- Iremos a casa descansaras por hoy y eres libre de volver mañana ¿trato?
- Si señora.
Me toma de la mano como lo hace cualquier madre con su hijo pequeño y me saca de la habitación a regañadientes.
Emma Miller...
Es posiblemente la mejor madre que pude haber tenido, es gentil, alegre, amorosa, tiene ese aura tan sereno que con su simple presencia puede estar calmándote.
- Tal vez no compartas ese parentesco conmigo pero recuerda esto siempre cariño; siempre serás mi primer hijo y mi bebé. Nunca dejare de amarte y siempre estarás para mí, te amo desde que te conocí y eso no cambiara.
Esa promesa de amor me había salvado infinitas veces.
A pesar de no ser su hijo bilógico siempre ha estado para mí y ninguna me ha abandonado cosa que agradezco.
- ¿No has pensado que todos a los que amo salen lastimados?
Las palabras brotan espontáneamente de mi boca.
- No, el destino ya está escrito y tu amor hacia alguien no causa ningún daño. No pienses eso nunca.
No digo nada más y en lo que transcurre el trayecto a casa mamá tampoco habla.
La casa estaba sola, mis hermanos estaban en el colegio y mi padre en la compañía.
Le pedí a mamá que le diera el día libre a todos, no quería convivir con nadie que no fuera mi familia, las personas comenzaban a irritarme otra vez y no quería explotar como lo hacia antes.
Hace unos dias tuve un sueño donde estaba toda mi familia, la biológica y la adoptiva, junto con Grace y Christine. Mis manos estaban llenas de sangre y luego veía como cada uno de ellos moría de una forma cruel.
No he querido contarle esto a nadie por miedo, estaban volviendo esos fantasmas del pasado aunque a quien engaño, nunca se fueron.
Christine solo logro apaciguarlos pero nunca se han ido.
(...)
Me pongo un pantalón para dormir y me acuesto en la cama con mi portátil.
Deseaba escribir, hace mucho no lo hacia.
Desde pequeño me gustaba la escritura y la lectura, lograban calmarme y me alejaban de las personas algo que agradecía mucho.
Raro, lo se. Pero no es difícil de notar mi desagrado por las personas, incluyéndome.
Somos seres tan egoístas centrados solo en nuestro placer, en nuestra ambición y nuestra unica satisfacción ¿el otro?
Creo que realmente son muy pocos lo que llegan a reconocer que no solo importa mi bienestar.
Querida mía, no sabes que daría por tenerte aquí a mi lado.
(...)
- Estoy bien te lo aseguro mamá. Solo necesito verla, iré un rato a verla y te prometo regresar temprano.
Le doy un beso en la frente a mi madre y le pido a Anton que me lleve al hospital.
Amanecí con un buen presentimiento. Algo me decía que podría ver a mi pequeña despierta.
Compro un ramo de flores y un pequeño oso de peluche, se que ella no era tanto de eso pero quería darle un pequeño detalle.
¿No han sentido esas odiosas mariposas en el estómago cuando van a ver a alguien?
Bueno eso estoy sintiendo ahora pero multiplicado por pi, y no la pequeña abreviación, hablo del número infinito.
Y estoy empezando a sentir más mis nervios
Entró en la habitación y la veo aun ahí acostada pero mi alegría no se quita.
Me siento en el sofá y empiezo a contarle a Chris las cosas que hice ayer.
Era algo que hacia con Christine desde que había pasado eso y me gustaba pensar que me estaba escuchando y que cuando ella despertara se reiria en mi cara de mis tonterías.
(...)
Salgo a la cafetería por algo de comer y regresó a la media hora a la habitación.
Al entrar encuentro a Christine sentada en la cama un poco aturdida.
- ¡Chris!
- ¿Perdón?
Mi sonrisa se espuma.
- Estas bromeando ¿cierto?
Ella niega.
- ¿Tu quien eres?
- Christine por favor no bromees conmigo.
Ella no se inmuta y siento como mis ojos empiezan a cristalizarse.
- Mierda Chris no juegues asi conmigo.
Una sonrisa se curva en sus labios y me abraza.
- Esta bien, esta bien. No llores amorcito.
- Idiota -la abrazo más fuerte- no vuelvas a jugar conmigo de esa forma. No sabes todo lo que te extrañe y todo lo que sufrí por tu culpa.
Siento como acaricia mi cabello.
- Lo siento mucho pero ya estoy aquí entonces no te pongas asi por favor. Te amo mucho Theo
- Yo te amo mucho más Chris y no sabes cuanto te extrañe
