26. Bastardo. // Dañar.

445 67 5
                                    

Aleksandra fue la primera en aparecer por el pasillo que conducía a la sala donde siempre estaba la guvernantka.

La primera en aparecer, y la única que se suponía que iba a aparecer.

La masacre que pasaba por encima de su cabeza no le pasaba desapercibida, pero intentaba que no la distrajera. Bruno realmente había hecho un trabajo impecable, pero no completo. Muchos se mantuvieron del lado de la Erregue Familia, ya sea por fidelidad, costumbre o miedo.

Bruno había fijado la hora a las 00:01. Una hora le tomó a Aleksandra llegar al nivel más profundo del edificio, el nivel menos trece, completamente construido bajo la tierra. En ese nivel estaba la guvertnanka, que no había abandonado su oficina desde que el caos se levantó, cuando la hora había llegado y agentes comenzaron pelear contra agentes y guardias contra guardias y tres bombas fueron detonadas, destruyendo el sector donde estaban las fichas de cada agente (Y las fichas de quienes aún no llegaban pero debían hacerlo)

Los agentes nuevos que serían traídos habían sido borrados de los datos. Esos eran 79 personas que habían sido liberadas, que nadie sacaría de sus casas, cuyas familias no serían asesinadas, cuyas vidas seguirían un rumbo normal. Los agentes viejos habían sido liberados, ya no había registro ni forma de ser rastreados. Los que sobrevivieran esa noche serían libres de irse, a pesar de todo.

"¿Para qué lo haces?" Le había dicho una vocecilla que estaba segura era ajena en su mente. "Tú ya decidiste morir. Pudiste haber pasado de todo este tema de la rebelión."

"Si no lo hacía podrían perder. Ayude bastante."

"Si, si. Pero aún podemos perder."

"Si, podemos perder. Es una posibilidad. Pero si no peleamos, ya perdimos."

La voz se marchó.

Aleksandra caminaba lentamente por el pasillo, oyendo la masacre que ocurría justo por sobre su cabeza. Bruno debía estar en el nivel -5 y Nico en el -12, justo sobre ella.

Empujo la puerta suavemente, y se encontró con la guvernantka sentada en su escritorio, vestida pulcramente de blanco y tomando té.

-Señora.- Dijo Aleksandra, limpiándose el sudor mezclado con sangre ajena de la frente. Los no adherentes a la rebelión habían peleado con ella, sin fijarse que la persona a la que atacaban era una de las agentes más antiguas de la organización y que no había caso en pelear con ella.

-Я думаю, не спросить, если вы делаете здесь. (Creo que no tiene caso preguntarte que haces aquí.) -Levantó la cabeza del libro que leía, tomo un sorbo de té y le sonrió a Aleksandra.- Какой позор, моя собственная семья ведет падение моего семейного бизнеса.(Que verguenza, mi propia familia liderando la caída de mi negocio familiar.)

-No hablaré ruso,-Aclaró. En los últimos días tuvo tiempo para pensar, en muchas cosas. Ella hablando ruso era mantenerse apegada a su identidad original, Anya. Ella no era Anya. Nunca lo fue.- Creo que es más que obvio que usted sabe que hago aquí.

-Я родился в русской речи, я надеюсь умереть делает то же самое. Я действительно не му ясно, что здесь делает. Я знаю, что вы знаете все, но на самом деле не знаю, если вы хотите получить ответы, или просто убить меня (Nací hablando ruso, espero morir haciendo lo mismo. La verdad, no tengo muy claro que haces aquí. Sé que sabes todo, pero la verdad no sé si quieres respuestas o simplemente matarme.)

Green Eyes.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora