CAPITULO 17

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Narra Ben

-¿De dónde vienes hijo? –Pregunta papá, mientras se asomaba al refrigerador buscando que hacer de cenar.

-Andaba por ahí. –Contesté restándole importancia y tratando de sonar natural.

Mi padre coloca la bandeja de carne sobre el desayunador y me mira severo.

-¿Qué? –Consulto impaciente.

-¿Fuiste al hospital a verla? ¿Cierto?

-¿Y qué si fue así? es mi compañera de clase, no le veo el lío.

-Ben, estuvo merodeando la otra noche, ella sospecha algo de ti.

-Tú lo dijiste "sospecha", no tiene nada en concreto.

-¿Y cómo lo sabes? Nos mudamos aquí buscando empezar de nuevo, no se te ha ocurrido que ella puede llegar a ser un problema.

-Es solo una chiquilla metiche, creo que estás exagerando. –Contesté molesto.

-No es solo una chiquilla metiche, indagó qué había en el sótano, y ambos sabemos la respuesta.

-Por el momento no es una amenaza, estuvo en coma varios días y recién despertó. En su condición actual estará tranquila un tiempo.

-Te dije que no te involucraras con nadie. –Me recuerda.

-No lo he hecho ¿De acuerdo? Si he estado con Tabatha es por esa estúpida tarea de Laboratorio, de lo contrario ni le hablaría.

-Ben, sé que no es fácil pero.... –No lo dejo terminar.

-"Fácil". –Repito. –No tienes ni idea el infierno que vivo día a día, todos me observan como si fuera un bicho raro, trato de pasar desapercibido pero es como si tuviera un maldito anuncio de neón que dijera "mírenme" no es mi culpa lo he intentado.

-Lo sé, y lo lamento, odio esta situación tanto como tú.

-Apenas soy capaz de controlarme papá, siento que en cualquier instante estallaré y temo lastimar a alguien, ya envié a esos chicos al hospital.

-No lo harás. –Coloca sus manos a cada lado de mis hombros.
–Escúchame hijo, eres fuerte, puedes sobrellevarlo, lo has logrado hasta ahora.

-Quizás no fue buena idea ir a la escuela después de todo.

-Por el contrario, te mantiene distraído.

-Papá, tengo miedo.

-Lo sé, pero estamos juntos en esto. –Me abraza y le correspondo, tampoco ha sido sencillo para él, le ha tocado la peor parte.

-¿Tienes deberes que hacer?

Asiento con la cabeza, me desordena el cabello como cuando era un niño y agrega: -Ve, te llamaré cuando la cena esté lista.

Le sonrío a medias y me voy a mi habitación, pongo música de Rammstein, es estruendosa y la única que logra calmarme, aunque suene ilógico. Saco el libro de aritmética y trato de concentrarme en los ejercicios pero no lo logro, la veo a ella en mi mente y sonrío. Cierro el libro de golpe y me tiro sobre la cama, ¿Por qué me afecta su cercanía? O más bien su ausencia. Cuando estoy con ella me siento diferente, en cierta manera, normal, como si solo fuera un adolescente promedio y no un...... suspiro profundo, papá tiene razón, ni yo entiendo por qué la visité en el hospital, la verdad, a quién engaño, me atrae, y no entiendo la razón. O tal vez sí, Tabatha en definitiva es irritante, saca lo peor de mí, pero a la vez, es eso mismo lo que me gusta, que es ella misma, y no teme mostrarlo, no es como Nancy, falsa e insensible. Envidio un poco la relación con sus amigos, porque pueden disfrutar de su presencia, compartir con ella, mientras que yo debo mantenerme lo más lejos posible para no herirla.

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