CAPITULO 10

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Mi apuesto profesor de gramática daba la clase, moviéndose con elegancia de un lado al otro, explicando la materia, mientras yo tomaba notas como una desquiciada. Dibujaba corazoncitos en el aire en mi mente y me imaginaba tomada de la mano de él, camino hacia el altar. Sí bueno, puede ser un poco precipitado, pero quién mejor para que fuera el futuro padre de mis hijos que este hombre, que en definitiva, se equivocó de profesión, debió ser actor o un maldito modelo, tenía todo lo necesario, un rosto de ángel, un cuerpo de infarto, una voz sensual, y a mí de cabeza, babeando como una nena ante su helado preferido.

-Contrólate. -Me regañó Jul codeándome brevemente.

-Heyyy. -La fulminó con la mirada.

-Puedes al menos disimularlo, ¡Jesús! Pareces tiburón y el profesor tu aperitivo.

-Que daría yo porque fuera mi entremés.

-Eres terrible. -Puso los ojos en blanco.

-Señoritas, desvían mi atención.
-Nos llama la atención Brent, comiéndose el borrador de su lápiz. Tenía la costumbre de morderlos y a los lapiceros las tapas. Un día mordió tan fuerte el reverso de su lapicero que la tinta se regó en su boca, quedando hasta su lengua azul.

Los ignoré a los dos y puse mi atención en Sven. Fantaseaba verlo llegar a mi casa, con su armadura de plata, sonrisa de anuncio de pasta dental y cabello siendo acariciado por el viento, montando su blanco corcel. Sí lo admito, demasiada televisión. Cuando terminó la lección, nos dimos cuenta que teníamos libre la siguiente clase, agradecí al cielo que la profesora Davis estuviera enferma, así que fuimos al comedor que se encontraba desolado para matar el tiempo.

-Mira. -Brent nos guio con su mirada, donde Ben se encontraba sentado en una mesa al otro lado, con su portátil en frente, quizás trabajando en el proyecto. La verdad él había hecho la gran mayoría, aunque odiara reconocerlo, lo menos que podía hacer era ir y ofrecer mis servicios.

-¿A dónde crees que vas? -Juli me miró con los ojos abiertos como platos.

-Voy a ir a saludar.

-¿Qué ahora son amigos? -Arquea una ceja.

-No, pero tenemos algo en común, una estúpida tarea de laboratorio. Ya te conté que el sábado estuvo en mi casa.

-Ese tipo es todo un enigma.
-Agrega Brent metiéndose una paleta de caramelo a su boca.

-Si sigues comiendo esas cosas te darán caries. -Lo reprende Julissa. Brent comía dulces las veinticuatro horas del día, eran como su pequeña adicción.

-No fastidies.-Le regresa una mirada aburrida, cansado de la misma canción todos los días.

-Ustedes deberían casarse, lo digo enserio, pasan discutiendo la mayor parte del tiempo. -Alegué.

-¿Qué? no me la aguantaría ni cinco minutos.

-¿Qué acabas de decir? -Juli cierra su puño y lo golpea a la altura del hombro.

-Eso dolió. -Se queja el aludido, sobándose la parte afectada.

-Niñita. -Jul le saca la lengua y yo pongo los ojos en blanco.

-¿Creen poder comportarse? Iré a ver si requiere ayuda.

-Si quieres te acompaño, no me has presentado aún. -Jul sonríe de forma coqueta.

-No estoy segura que quieras conocerlo a fondo, es un cretino.
-Bufo.

-Sí, pero uno muy guapo.

-Ya madura. -Me arreglo el cabello no sé por qué y camino con paso firme, cuando voy por la mitad del trayecto comienzo a arrepentirme, estoy a punto de dar la vuelta cuando Ben levanta la vista y se encuentra con la mía. Le sonrío nerviosa, y llenándome de todo el coraje que soy capaz mostrar, termino el recorrido sentándome en el lado opuesto de la mesa.

OSCURIDAD Donde viven las historias. Descúbrelo ahora