CAPITULO 32

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-¿Por qué no me dijiste desde el principio que el Consejo te autorizó a entrenar a Tabatha? –Jamie sostenía una carta.

-Ya me conoces, disfruté ver tu cara al verme. Siempre es un placer encontrarnos.

-El placer no es mutuo. –La hechicera se cruza de brazos, fulminándolo con la mirada.

-Admite que aunque haya cambiado de anfitrión, te atraigo princesa.

-Mide tus palabras. –Lo sentencia con el dedo índice.

Muy bien, como que comprendía por dónde iba la procesión. Mi tío y Jaime al parecer, tuvieron algún affaire. Me da cierta repulsión, ya que sé cómo se ven las Sombras en su aspecto natural.

-¿Te importa si corroboro? –Jamie arquea una ceja.

-Adelante. –Responde Camile con una amplia sonrisa. Es apuesto, o bueno, el cuerpo que ha elegido lo es.

Pensé que Jamie saldría a hacer alguna llamada, pero por el contrario cerró los ojos, así se mantuvo por alrededor de un minuto, hasta que los abrió y su expresión se descompuso.

-No comprendo por qué el Consejo te puso a cargo, eres un idiota irresponsable.

-Te guste o no, soy un Sombra, y quien mejor para enseñar que uno de su misma clase y además, familiar. Lo que me recuerda, ¿Me pueden dejar solo con mi sobrina por favor?

-Escribiré al Consejo sobre mi descontento con esta decisión. –Lo amenaza.

-Haz lo que quieras princesa.

-No me llames así. –Jamie chispea fuego por los ojos.

El aludido no contestó, se limitó a sonreír, ella abandonó la estancia, siguiéndola Ben.

-Te pareces mucho a tu padre. –Empezó la conversación.

-Te refieres al cuerpo que profanó para habitar en él. –Me cruzo de brazos.

-Y en definitiva, heredaste su carácter. –Observa. –Y no, cada uno de nosotros, a pesar de nuestra grotesca apariencia, nace con un resplandor, que nos distingue, tú conservas el de Kley.

-Mi padre se llamaba Kley.

-Así es, era mi hermano mayor, le advertí sobre los riesgos de ser el protector de tu madre, pero él fue fiel a la realeza de las Banshee hasta el final.

-Oh. –Me limité a decir.

-Tabatha, la única forma de poder estar entre los humanos es poseyendo a uno, no creas que nos agrada hacerlo. Tienes mi palabra que no lastimamos al inquilino, él no se da cuenta de nada, está dormido.

-Entiendo. –Contesté pero en realidad, este proceder no me convencía.

-A diferencia de las gritonas que intentaron raptarte, hay otras que forman parte de la resistencia, ellas quieren que regreses a Irlanda, y las gobiernes.

-"Gobierne" –Repito. -¡Estás loco! Yo tenía una vida, quizás no perfecta, pero era mía, y ahora resulta que no soy humana, y que por el amorío de mis padres nací sin pedirlo y tengo además, un deber real.

-Tabatha, no se manda en el corazón, y lo sabes.

Sé que lo decía por Ben, creo que es más que obvio lo que sentimos el uno por el otro. Camile tiene razón, critico a mis padres y me enamoro de un licántropo inestable emocionalmente. De tal palo tal astilla, touché.

-No es sencillo de asimilar toda esta historia. Es decir, hombres lobo, banshees, son seres ficticios, pertenecen a la cultura popular, no son reales, o al menos no lo eran hasta hace unos meses. Y tú, de ustedes ni siquiera escuché hablar antes.

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