OSCURIDAD

CAPITULO 16

-¿Dónde estoy? –Me incorporé, vestía un traje blanco inmaculado y llevaba puesta una corona de flores de diversos colores.

-Bienvenida. –Una mujer bellísima estaba en frente de mí, su parecido conmigo era increíble.

-¿Quién eres? –Consulté observando mi entorno, parecía una cueva, cuyas paredes estaban cubiertas de un manto verde y flores violetas que daban la apariencia de pequeñas campanas.

-No sabes cuánto he esperado por tu despertar.

-Mi despertar. –Repito desconcertada.

-Te explicaré todo, por favor toma asiento. –Me señala un cojín color borgoña que antes no estaba ahí.

-No me sentaré, ¿Quiero saber qué es este lugar? Y ¿Quién eres tú?

Ella sonrió con comprensión y agregó: -Tienes el carácter de tu padre.

-¿Qué? ¿Conoces a papá? Creo que mientes porque mi padre es muy pasivo.

-Me refiero a tu verdadero padre.

-¿De qué demonios hablas? –Me crucé de brazos.

-Tengo tanto que decirte y tan poco tiempo, si ellos se dan cuenta, corres peligro.

-¡Ellos! –Exclamo con el ceño fruncido.

-Seline es tu nombre de pila, aquel que escogimos para ti.

-¡Suficiente! No has contestado a ninguna de mis interrogantes y solo has hablado incoherencias.

-Lo sé, no sé por dónde empezar.

La caverna comienza a temblar, afuera pareciera que una tormenta se ha desatado, un frío me recorre, puedo sentir varias presencias aproximándose.

-Ya están aquí. –Pronuncia y denoto temor en sus ojos.

-¿Quiénes? ¿Qué está pasando?
–Inquiero.

-Pronto. –Acarició mi mejilla, su tacto se sintió agradable.

Desperté exaltada, al enderezarme me di cuenta que tenía una intravenosa en mi brazo izquierdo, mi brazo derecho enyesado y me dolía la cabeza, me recosté de inmediato. Me encontraba un poco aturdida, supe que estaba en el hospital, las imágenes del accidente llegaron una a una hasta el momento en que perdí el sentido.

-Doctor Arlington ya despertó.
–Gritó alguien y pronto mi padre ingresó con cara de alivio.

-Tabi. –Me mira con infinito amor, me besa en la frente al tiempo que acaricia mi cabello.

-Hey, no he muerto aún ¿Sabes?
–Le sonrío tratando de animar el ambiente, sé que les di un buen susto.

-Lo lamento, es que.... Por un momento pensé que....

-No me fue tan mal, brazo fracturado y qué más.

-Estuviste una semana en coma, tu cabeza recibió un fuerte impacto al chocar con el parabrisas, hubo que hacerte varias puntadas.

Por inercia me toqué, sintiendo en la frente la gaza.

-¿Y Brent? –Pregunté recordando mi visión.

-Está afuera con Julissa, han venido todos los días.

-¿Puedo verlos?

-Claro, pero solo unos minutos.

Papá se alejó con paso lento, antes de salir me sonrió.

-Le avisaré a tu mamá que ya despertaste.