CAPÍTULO 37

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-¿Qué sucede entre entre Jamie y tú? -Pregunté a mi tío, nos encontrábamos en el solar.

-Tenemos una historia. -Me confiesa.

-Eso lo puedo ver, le rompiste el corazón ¿Cierto?

-Algo así, no tengo cuerpo físico como sabes, nuestra apariencia real es grotesca, así que terminé lo nuestro porque no tenía futuro, punto.

-Se enamoró de tu anterior huésped.

-Sí, no soy un parásito Tabatha, no ocupo un cuerpo por mucho tiempo, solo el necesario, y trato de devolverlo en una pieza.

-Pero ella te reconoció ¿Cómo es eso posible? Ahora estás en otro anfitrión.

-Nuestra aura nos diferencia. Flaquee al besarla, que te diré, soy hombre.

Ambos sonreímos, pero su rostro se ensombreció.

-Tabatha, prométeme que no harás nada imprudente.

-Sí ya sé, soy especial, una princesa mitad banshee y sombra y bla, bla, bla.

-No tomes este asunto a la ligera señorita, eres la única capaz de restaurar la paz.

-Solo quiero recuperar mi vida, que la gente a la que amo me recuerde, ser una adolescente normal.

-Lo lamento, pero tu pasado, es borrón y cuenta nueva.

-Odio todo esto. -Me contengo para no llorar. -Sam murió por mi culpa, todo a mi alrededor se desmorona.

-Eso no es cierto, Sam sabía las consecuencias de protegerte.

-No merecía morir. -Lo miro con los ojos vidriosos a punto de llorar.

-No, no lo merecía, pero él no hubiera querido verte así. -Limpia una lágrima que se desliza por mi mejilla.

Asiento con la cabeza para levantarme de la banca.

-Solo trata que no te maten, bueno, eres el único pariente que me queda.

-No te prometo nada, pero lo intentaré.

Me dirigí a mi habitación donde Ben me esperaba, duró sin hablarme todo un día por lo que le hicimos, pero bajo fuertes amenazas, calló.

-He tomado una decisión. -Le digo.

-¿Cuál sería?

-Me entregaré a las banshees, no quiero más muertes, no por mí.

-Estás demente si crees que te dejaré hacerlo.

-Te puedo lastimar si lo deseo, no me hagas tomar medidas drásticas.

-Taba, no.

-Nada de lo que digas me hará cambiar de opinión, está decidido.

-Entonces iré contigo. -Se cruza de brazos.

-De ninguna manera.

-Trata de impedirlo, sé que no me lastimaras.

Odiaba cuando decía la verdad, no podría dañarlo adrede, pero tampoco lo expondré a un peligro mayor.

-Bien, será esta noche.

-Bien. -Responde.

El Consejo de hechiceros se ofreció a ayudarnos, lo cual no me sorprendió, pronto marcharían a la guerra, se me eriza la piel de solo pensarlo. Cuando llegó la hora, el valor me abandonó, comencé a temblar, ¿Y si complicaba las cosas? ¿Y si después de todo no era una buena idea y le daba ventaja al enemigo?

OSCURIDAD Donde viven las historias. Descúbrelo ahora