Capítulo 3

18 2 0
                                    

En el despacho, está el chaval que lo empezó todo, con el pelo revuelto y el ojo empezando a ponerse morado, al igual que el puente de la nariz. Sostiene un pañuelo para cortarle la sangre que sale de ésta. Puede que no esté bien alegrarme de verle así, pero se lo merecía. De hecho debe agradecer que sólo tenga eso, porque lo que le espera va a ser peor. Si no hubiera estado el pasillo vacío, hubiera dicho que Hood y Jess estarían diciéndole un par de cosas al resto que me ha pegado. Mejor que no, aquí no es el lugar, en eso tenían razón.

— Muy bien. Cada uno me contará su versión, después haré mi informe y se lo entregaré al director para que tome medidas. Aunque no creo que haga falta decirlas —me mira especialmente a mí. Estoy a un aviso de la expulsión.

Nos separa para contarlas uno a uno, cosa con la que no estoy de acuerdo, pues Jonathan se lo puede inventar todo y dejarnos en bastante mala posición, lo que no dudo que hará. Yo pienso decir la verdad, me insultaron, me defendí y ellos me pegaron. Tan simple como eso. Lo que diga PJ...creo que lo temo más que lo que diga Jonathan, seguro que se inculpa y es posible que presenten cargos. No puede pasar eso, no puede tener otra falta violenta o...

¾ PJ —susurro cuando nos quedamos solos—, ni se te ocurra.

¾ ¿Qué dices?

¾ Que te conozco. Cuenta la verdad. Él me pegó y tú sólo me sacaste de allí. Llegaste tarde. No participaste en nada —él sólo aparta la mirada—. Oye, escúchame. No lo hagas.

¾ Te van a expulsar.

¾ Lo sé. Pero es mi problema, yo empecé.

De nuevo, me ignora. Va a hacer lo que le dé la gana, como siempre. Él tiene antecedentes en el instituto por pegarse con gente, mientras que yo no. Quizá, si tengo suerte, no me hagan nada, pero para él sería la perdición. No puedo permitirlo.

Cuando es mi turno, temo por lo que pueda pasar si se quedan Jonathan con PJ a solas, no obstante, el sub director acompaña al primero a una sala a parte por si a mi amigo se le ocurre hacer algo, supongo. Y, por un lado, lo agradezco. Cuento lo que ha pasado todo lo mejor que puedo, incluyendo los comentarios de toda la mañana, mi chaqueta pisoteada y la ayuda de los otros para pegarme. Ahora agradezco los golpes que lo corroboran, desde luego no pueden decir que eso me lo he inventado o me he dado con una puerta, como se suele decir.

Con las tres versiones contadas, volvemos a reunirnos en el despacho, PJ y yo en un lado, formando un frente bastante unido y Jonathan por otro, aunque algo me dice que tiene al sub director como refuerzo. Y no me equivoco cuando empieza a hablar.

¾ He escuchado tres historias diferentes, como me esperaba, pero hay dos que coinciden bastante, a excepción de un par de detalles, pero es lo suficiente para encontrar un culpable y una clara víctima —miro a PJ, parece que me ha escuchado al fin y al cabo—. Jonathan, puedes irte.

¿Qué? ¿He oído bien o es que los puñetazos han afectado a mi audición? PJ respira hondo, le dirige una profunda mirada de odio y éste oculta una sonrisa al sub director que nos la dedica a nosotros. Mi cara debe ser un poema. No puedo creer que esto vaya en serio. ¿Qué le ha contado mi supuesto amigo? Me alejo de él unos pasos, sintiéndome traicionada. Si hubiera contado la verdad, puede que Jonathan se hubiera librado igualmente, a fin de cuentas tiene a más gente a su favor, pero PJ no tendría que asumir unas consecuencias de algo que no ha hecho. No. Me niego.

¾ Sanders, me esperaba algo más de usted. Ante la coincidencia de las versiones, usted —señala a PJ— quedará suspendido, pero usted —me mira— será expulsada de inmediato. No sólo ha comenzado una pelea, sino que a demás ha tenido la desfachatez de mentirme a la cara y acusar a otros de algo que claramente se ha buscado.

Sin NombreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora