Una tarde de amor

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He Tian y Mo GuanShan llegaron a su casa tranquilamente, estaban cansados, en especial el pelirrojo quien ya ni alzaba sus pies para caminar pues su cansancio superaba cualquier otra acción que su cuerpo quisiera hacer.

He Tian cerró la puerta de entrada y caminó hacia él para sin previo aviso alzarlo en sus fuertes brazos y comenzar a subir con mucho cuidado las escaleras. GuanShan en otro momento hubiera reclamado que pesaba demasiado como para que Tian pudiera llevarlo, sin embargo en ese momento no le importó, sólo se aferró a él para dormitar.

Era cierto y el azabache podía confirmarlo, GuanShan pesaba más por causa del bebé, sin embargo el pelirrojo ya ni abrir los ojos podía. En cuanto llegaron al cuarto He Tian bajó con cuidado a su pareja y la depositó con mucho cuidado sobre la cama, no contó con que GuanShan lo jalara para que quedara a su lado.

—Durmamos... Juntos... Tian— Murmuró entre sueños el pelirrojo sin abrir sus ojos.

—Sí, pero primero deberías quitarte esa incómoda ropa— Dijo el azabache sentándose en la cama para desabotonar el pantalón del dormido pelirrojo y comenzar a retirarselo aunque se topó con los zapatos que igual tuvo que retirar para después poder deshacerse del pantalón de mezclilla.

Era mejor para ambos si GuanShan dormía en ropa interior pues de esa forma estaba más cómodo, no pensaba hacer nada indecente con él por obvias razones, simplemente decidió que lo mejor sería arroparlos y dormir.

Al final de cuentas, una tarde como pareja, descansado... A nadie le hacía daño.

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He Cheng estaba despertando de una siesta, estar en el hospital no tenía nada de divertido realmente y no es como que pudiera ir a casa, ¿Qué pasaba si empeoraba? Aún debían limpiar su sangre por completo para evitar que sus órganos continúen pudriéndose antes de tiempo. She Li había ido a buscar comida, ambos tenían hambre, ambos se sentían un poco más relajados desde que pudieron aclarar un poco más sus problemas y ser un poco más abiertos con los recuerdos del pasado.

El azabache mayor estaba apunto de dormirse nuevamente cuando una cabellera blanca se dejó ver entrando a la habitación con paquetes de comida para los dos.

—Ya despertaste bello durmiente— Habló She Li con una suave sonrisa en su rostro pálido.

—Hey—Respondió He Cheng como saludo.—Vaya, creo que me desperté justo a tiempo.

—Sí, supuse que tendrías tanta hambre como yo cuando despertaras así que traje comida para los dos—Comentó y colocó todo en una mesita portátil y bastante amplia que colocó sobre He Cheng y atoró en una parte especial de la camilla.

Así pudieron colocar ambos la comida que el albino compró, junto a las bebidas de lata.

—Bueno, hay que comer, se ve muy rico.—Dijo She Li ampliando un poco más su sonrisa.

He Cheng asintió y tomó los palillos para luego tomar el vaso de sopa.

Mientras comían decidieron platicar sobre anécdotas pasadas, cuando su relación era estable y llena de amor, recuerdos de su juventud.

Cuando terminaron de comer, She Li tiró la basura en una bolsa plástica que luego llevaría a un bote. He Cheng admiraba las delicadas facciones del albino, su sonrisa, sus ojos, sus pestañas, su cabello largo y tan blanco como la nieve, le encantaba, así que, sin pensarlo enredó sus dedos con los del albino, uniendo sus manos de forma dulce que tomó por sorpresa a She Li.

—C-Cheng.—Susurró el albino con las mejillas levemente rosadas, mirando a los profundos ojos oscuros del azabache.

—Li.— Contestó He Cheng. Cada vez, sus miradas demostraban más amor, y su distancia se estaba perdiendo de forma rápida hasta que de repente, el beso se presentó, un beso suave, lleno de amor, el amor que tanto tiempo estuvo oculto bajo una máscara de mentiras, ahora podía envolverlos libremente.

—She Li... Volvamos a intentarlo.— Pidió He Cheng mirando fijamente al albino.

She Li no dijo nada unos momentos, pero su sonrisa lo dijo todo, asintió levemente y volvió a besar los labios de Cheng, un beso casto, rápido y dulce.

Después de eso ambos sonrieron y hablaron de sus recuerdos, sueños y añoranzas sin deshacer el toque de sus manos.

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—Deberíamos ir al cine.— Dijo Jian Yi sonriendo mientras abrazaba a Zhang con enjundia.

El de cejas grandes miró de forma un poco seria al rubio entusiasta, realmente quería ir a casa y descansar, habían sido días largos entre el trabajo y luego lo de She Li, quería dormir, pero no podía negar que la expresión de perrito apaleado que Jian Yi le estaba mostrando era bastante prometedora.

—Está bien.— Respondió Zhang sonriendo levemente al rubio quien sonrió de forma grande y luego lo tomó de la mano para correr hacia el cine.

Ya en el lugar decidieron comprar entradas para una película de acción y suspenso que parecía ser bastante buena.

Pasaron todo el resto del día viendo la película, luego fueron a un arcade y de ahí a casa.

—Debo irme.— Comenzó a despedirse Zhang XiXi.

—Gracias por pasar el día conmigo.— Respondió Jian Yi.

—Si no es contigo ¿Entonces con quién es?— Preguntó serio y Jian Yi rió para luego besarlo.

—Tienes razón, hasta mañana XiXi.—Dijo el rubio por último, sonriendo y cerró la puerta.

El castaño de cejas grandes sonrió igual, aunque el otro ya no lo viera y luego se fue de ahí, no iba a admitirlo, pero amaba pasar su tiempo así, con su rubio entusiasta.

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La noche se hizo presente, GuanShan se despertó por las ganas de ir al baño que tenía y fue cuando se percató de la hora, 9:25 pm, habían dormido toda la tarde.

Hacía mucho que no dormían así los dos, con He Tian abrazando a GuanShan y este quedando obviamente acurrucado en su pecho, amaba los días así, sin embargo realmente quería ir al baño y tuvo que levantarse con cuidado de no despertar a su esposo.

Después de que hiciera sus necesidades y de lavar sus manos, GuanShan salió del baño y regresó a la cama con He Tian quien afirmó su agarre sobre el pelirrojo y sonrió, besó el cuello del embarazado y luego su mejilla.

—¿Sabías que te sonrojas mientras duermes?—Preguntó He Tian viendo a su pelirrojo.

—¿Lo hago? No lo sabía —Respondió apenado.

—Te ves tan hermoso.—Respondió y GuanShan se pegó más a él.

—Amo pasar mi día de esta forma, contigo.— Comentó GuanShan y luego He Tian lo besó profundamente.

—Yo igual amo pasar mi tiempo de esta forma, solamente contigo.

Sonrieron y decidieron continuar con los arrumacos, llenos de amor.

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¡HE VUELTO! Sé que me extrañaron.

Espero de todo corazón que les haya gustado, hasta el siguiente.

Esposo de un mafioso || 19 DAYS || TIANSHANDonde viven las historias. Descúbrelo ahora