Hermanos

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“Un hermano es una palabra hermosa, te hace pensar. Soy consciente, un hermano no se pide realmente, es un regalo que te llega sin desear, algo que ni por problemas y juegos te va a dejar de amar.

Los hermanos son ángeles que siempre están para cuidarse la espalda, son alegrías sin frenos, sonrisas y juegos.

Hay momentos donde se llevan mal, pero los hermanos no se van a odiar de verdad, cada uno necesita su tiempo, al crecer eso suele pasar, así funciona.

Por experiencia lo digo, los hermanos hacemos de todo para que nuestros hermanos estén bien , usualmente los mayores se esfuerzan más.

Sin embargo a veces necesitamos apoyo y aunque no siempre lo digamos ni lo pidamos, los hermanos están ahí para tendernos la mano, por eso no hay que lastimarnos, ellos están cuando nadie más te escucha y no dudan en abrazarte si tu mundo se derrumba, por eso es una pena que se digan o se hieran.

Los hermanos no necesariamente tienen que ser de la misma madre o padre, a veces ni son de la misma familia, no se necesita ser de la misma sangre para decirse que son hermanos, porque el sentimiento y protección son lo que los hace especiales.

Por eso cuando perdemos a alguno el dolor es intenso y sientes que ya no te quedan fuerzas para seguir viviendo, porque recuerdas lo que hiciste y no hiciste con él, hay sentimientos "agradables" y sentimientos llenos de culpa y remordimiento, pero sea como sea nuestro corazón por ellos seguirá latiendo.

Porque ser un hermano no es obedecer y estresar a uno ni a otro solamente, es darse la mano pase lo que pase y duela lo que duela, de eso escribe alguien que daría la vida por su hermano, sin importarle si mañana ya no despierta, los hermanos lo son todo junto a nosotros, una vida sin los hermanos es de agonía, dolor y sufrimiento."

Matias A.
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He Tian estaba a un lado de la camilla en la que su hermano descansaba, por esa vez y por única vez le había ordenado a She Li ir a descansar con GuanShan y el otro par de idiotas que tenían por amigos.

Se sentía tan miserable por haber juzgado a su hermano, por haber reñido tanto con él, por haberlo dejado, por haberlo olvidado por años, porque sí, lo hizo, escuchó las palabras de su difunta madre y olvidó a su hermano mayor dejándolo vivir un infierno en vida.

Ahora era ese el momento en el que cada parte de su corazón se hacía pedazos y apretaba la mano de su hermano rogando a los cielos que lo dejaran permanecer a su lado un poco más.

Deseaba decirle con toda seguridad que lo lamentaba, que sabía lo que su padre le había hecho, pero ahora solo hablaba entre cuatro paredes como si estas lo fueran a perdonar.

Suspiró, abatido, llevó sus manos hacia su rostro y colocó las palmas en sus ojos para evitar que las lágrimas siquiera pensaran aglomerarse en ellos.

Entonces su mente comenzó a jugarle una mala pasada de aquella noche en la que vio por ultima vez a su hermano.

<<—¡Cheng! ¡Cheng! ¡Mamá, Cheng! ¡Cheng en casa!— Lloraba un muy pequeño He Tian como de 5 años tratando de separarse de su madre y correr hacia su hermano quien era aprisionado por su padre, a pesar de que He Tian en ese tiempo era solamente un niño pudo grabar en su mente aquella mirada llena de terror y dolor que mostraban los ojos de su hermano He Cheng.

Esa noche He Tian llegó a un departamento para nada arreglado donde su mamá dejó las cosas. Pero He Tian siguió llorando, porque ahí no estaba su hermano, porque se  encontraba en un lugar desconocido y porque su madre estaba llorando y gritando rompiendo una botella de wiskey contra la pared.

El niño no dijo nada más y cayó en la inconsciencia por fin, con el pensamiento de que el día siguiente sería un nuevo día y vería a su hermano, cuán equivocado estaba.

Esa mañana del día siguiente intentó llamar a su casa recordando perfectamete los números del teléfono local donde su hermano estaba. Pero su madre lo impidió.

La simple frase que su mamá dijo sirvió para que ese pequeño niño ignorara todo lo demás y recordara únicamente que era él y su mamá.

— Ya no hay un He Cheng, hijo mío, ahora sólo es tú y mami en una vida nueva, tranquila— La mujer de negros cabellos le susurró con cariño y desde ese día He Cheng desapareció de su vida.>>

He Tian soltó un chillido silencioso dejando las lágrimas resbalar, no recordaba haber llorado de nuevo desde que era un niño, y sin embargo ahí estaba, recordando todo, inclusive los juegos que hacía con su hermano cuando era niño, o cuando llegó a tener miedo.

<< Era una noche de tormenta y sus padres no estaban en casa, He Cheng ya estaba dormido, claro, eran las 3 de la mañana y estaría loco si un chico de 8 años iba a estar despierto a esa hora.

Sin embargo termino por despertar. Primero, un pequeño He Tian de 3 años se arrastraba como podía hacia la cama de su hermano, tomando por las orejas a su pequeño conejo rojo de peluche, su manita fregaba su ojo derecho mientras las lágrimas descendian por sus mejillas y de repente su cuerpo mostraba los espasmos del llanto.

Se subió con todo su esfuerzo a la cama y gateo hasta estar a lado de su hermano quien al sentir el pequeño cuerpo cerca de él abrió los ojos, fue cuando pudo notar el sonido de la lluvia torrencial y los relámpagos, luego dirigió su vista a He Tian, quien estaba mirando fijamente al chico más grande.

— Hey... ¿Cómo te saliste de tu cuna, He Tian?— Le preguntó el mayor arqueando una ceja.

El menor no respondió, solamente señaló la lluvia y los relámpagos que eran acompañados por truenos.

Entiendo, tienes miedo — Ante eso He Tian asintió — Y... ¿Quieres dormir conmigo? — Le cuestionó y el niño asintió — Ah... Que remedio— Susurró He Cheng destapando un espacio junto a él donde He Tian se metió y su hermano procedió a abrazarlo, después de eso nuevamente se durmieron. He Cheng, así de serio como era con los demás era un amor de persona con su pequeño hermanito.>>

O la vez que jugó con él todo el día a las atrapadas porque sus padres no querían ser molestados mientras trabajaban y le dejaba ganar, o cuando se cayó de los últimos escalones y comenzó a llorar, su hermano siempre estuvo ahí, inclusive, después de que volvieron a reencontrarse se mantenía cerca, observando, tal vez no de la mejor forma, pero He Cheng estaba ahí.

Su hermano siempre se acordó de él, su hermano siempre le estaba dando la mano  a escondidas y él nunca le hizo caso, ¿Por qué hasta ahora descubría la verdad? ¿Por qué cuando su hermano estaba a un paso de la muerte era cuando sabían que nada fue su culpa? La vida era tan injusta y cruel a la vez, porque se metía con un hermano que siempre estaba pendiente de él.

Esposo de un mafioso || 19 DAYS || TIANSHANDonde viven las historias. Descúbrelo ahora