Especial #5: Un recuerdo de nuestro amor (ChengLi) (Último)

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Admiraba a sus pequeños dormir desde una silla en la puerta de entrada, tan hermosos, le costaba creer que ya casi había pasado un año desde que ellos nacieron. Recordaba perfectamente el dolor que le causaron a su pobre cuerpo, pero estaba contento con el resultado.

¿Cómo no estarlo si podía apreciar con tanta claridad la belleza de esos seres tan inocentes?

Estaba perdido, demasiado entre sus recuerdos que no fue capaz de darse cuenta cuando He Cheng lo abrazó por la espalda causándole un respingo y por primera vez desde hacía dos horas atrás, apartó la vista de sus hijos.

—¿Cuánto tiempo llevas aquí? — Preguntó su fornido esposo mirándolo tranquilamente.

—No lo sé ¿Qué hora es?— Preguntó She Li exaltado.

—Nueve quince— Respondió Cheng mirando su reloj.

—¡Santo cielo!— Exclamó quedamente para no despertar a sus hijos. Ante eso su esposo lo vio intrigado —Estoy aquí desde las 7— Aclaró.

—Es mucho tiempo, ¿En qué tanto pensabas?

—En que... Son perfectos y que igual los hicimos de una maravillosa y perfecta manera— Declaró pícaro y con las mejillas rosadas.

He Cheng soltó una risa tranquila antes de besar al albino que, asombrado tardó en corresponder, pero al final le siguió el juego con mucho amor.

Sí, así era, lo recordaba perfectamente la vez en la que ellos habían retomado su acto sexual, aquella vez en la que consumaron de nueva cuenta su amor volviéndose uno de la manera más erótica y fogosa de todas, con un buen sexo.

FlashBack

Estaban hablando como una pareja normal. Cheng no llevaba mucho de haber salido del hospital y ambos intentaban llevar su relación lo más lento posible porque no necesitaban apresurar las cosas realmente.

Sin embargo y tras la comida, tal vez producto del vino tinto añejo que habían bebido el calor entre ellos se hizo cada vez más evidente. Menguando sólo cuando las miradas se desviaban pero regresando con fuerza en el momento en el que se volvían a unir como uno sólo, como si esa mirada apasionada lo fuese todo.

Así que, dejándose llevar por sus instintos He Cheng tomó a She Li entre sus brazos guiándolo hacia el sillón de la sala. Ese lugar donde habían conversado tantas veces ahora era el lugar que precensiaba el amor renaciente de ambos hombres.

Un beso en los labios, disipado para darle paso a uno en la mejilla y éste a su vez se convertía en un beso en el cuello, marcando de esa forma un vaivén de emociones que She Li había creído muertas. Pero no era así, en ese epítome de la perdición que propiciaba Cheng con aquellos sucios y seductores toques en la pálida piel del chico albino.

La ropa comenzó a sobrar, sí, una y otra vez se fue cayendo al piso como lo innecesaria que era. Sólo propiciaba al calor por lo que, de esa forma ambos hombres optaron por deshacerse por completo de esas prendas inútiles quedando desnudos uno frente al otro, dándose cuenta de lo mucho o excesivo que se habían extrañado porque sí lo habían hecho.

Era su destino, ambos encajaban a la perfección como si nada de lo que la vida les hubiera tintado fuese un camino correcto, aún si las adversidades se mostraban en su contra, ellos estaban seguros una y mil veces que querían consumarse de esa manera.

Por ello las lamidas de Cheng en el blanquecino cuerpo de She Li eran muy prometedoras, calentando demasiado al pobre albino al punto de hacerlo enloquecer por el simple hecho de masturbarlo en lo que su boca y su otra mano disfrutaban de torturar sus pezones y recorrer su torso.

El sudor perlándolos, sus cabellos aplastados por el calor de la pasión y la fricción de sus cuerpos podría ser todo lo que necesitaban como prueba, de la misma forma en la que He Cheng se abría paso con sus dedos por el interior de Li, hasta el hecho de darle placer oral porque se lo merecía, eran pruebas suficientes de que ambos lo disfrutaban, los gemidos del albino y los gruñidos del moreno eran absolutamente todo lo que necesitaban saber.

Hacía mucho tiempo que no eran así, uno mismo, mucho tiempo que no dejaron que el amor los consumara de esa forma porque Jianza no se los permitió. El dolor y la agonía que causó aquel hombre en sus propios hijos, en su propia familia era despiadado.

Intoxicar a su propio hijo, causar que matara a su primogénito neonato, hacer que maltratara a su pareja, casi asesinar a su hermano e incluso llevarlo al borde de la muerte fue algo ruin, despiadado.

Pero lo dejaban de lado ese día, lo ignoraban, habían decidido dejar que el pasado se fuera como si el viento lo abrazara hasta deshacerlo.

Llevando sus cuerpos al límite con cada movimiento, cada susurro al oído, cada sonrisa, cada jadeo. Eran nuevamente ellos dos deseando que ese día no acabase jamás, porque ese momento en el que el calor arrasaba con el lugar ellos eran capaces de recordar por qué se habían enamorado; siendo capaces de recordar sus años de amor antes de que Jianza llevara todo a la ruina.

Así, las embestidas de He Cheng se intensificaron cuando se sintió cerca del tan ansiado orgasmo, cuando sintió que las paredes internas del albino comenzaban a contraerse de manera violenta y lo enloqueció, volviendo más fuerte, rápido y salvaje el frenesí de aquel vaivén de caderas que llevaban, causando que She Li enloqueciera y moviera su cuerpo hacia el miembro del moreno, de esa forma profundizaba aún más las penetraciones.

Entonces se corrieron al mismo tiempo, se dejaron envolver por esa magnifica y gloriosa liberación que llevaban deseando. Siendo conscientes de que, aún si perdieron a un hijo podrían intentarlo nuevamente. No hubo protección, She Li no la pidió en ningún momento y He Cheng no dudó.

Habían renacido de esa forma, riendo sudorosos tras haber cometido una travesura pecadora en el sofá de su casa, pero no les importó.

Simplemente les importaba que estaban juntos nuevamente planeando un futuro sin fin.

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¡Final! Ya mis niños, se ha acabado, los especiales han llegado a su final.

Y no, no es el único proyecto TianShan que tendré, tengo en mente otros igual que uno ChengLi para apaciguar las aguas.

Los quiero y gracias por haberme acompañado con todo esto.

Los ama Matt.

Esposo de un mafioso || 19 DAYS || TIANSHANDonde viven las historias. Descúbrelo ahora