Esposo de un mafioso || 19 DAYS || TIANSHAN

Come Back Home

<<Mi promesa es no morir, porque sé que debo volver a casa>>

—Matias A.

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Entraron al lugar donde se hacía el trabajo sucio, ese maldito lugar escondido que la policía no podía encontrar, los únicos que la conocían eran aquellos mafiosos infiltrados en la policía. Con cautela avanzaban paso a paso hacia la sala de torturas donde seguramente estaría Jianza hiriendo a alguien como siempre, quien le debiera dinero, quien fuera inocente, el pago de otro para él no había diferencia, todos pagaban por igual y sus propios hijos lo sabían, no había escapatoria para nadie cuando de Jianza hablaban, pues aquel jodido maníaco siempre se encargaba de recalcarle al mundo que cuando de venganza se hablaba eran ellos los líderes, superando a su padre por mucho.

Jianza no los conocía realmente, ni por poquito que fuera, no sabía de lo que ellos eran capaces, nunca se tomó el tiempo de estar con ellos, no los vio crecer realmente, años de sentimientos reprimidos por parte de He Cheng necesitaban salir, sobretodo si ese canalla amenazaba a su familia.

¿Tanto le costaba entender que querían ser felices? ¿A caso se portaba así por qué no era necesitado? No, por supuesto que no era eso, Jianza estaba loco, corrompido por el poder y la furia que le tenía a todos y a cada uno de los seres que alguna vez lo traicionaron, un pasado, un presente y un futuro diatorcionados en su mente debido a la venganza tergiversando el raciocinio que decía poseer, uno supuestamente envidiable.

Y aún si fuese algo inescrutable, la única verdad era que iba a perder, aún si uno de ellos o ambos se sacrificaban por lograr ese cometido, sin embargo aquella no era una opción, la promesa estaba implisita, tallada a mano en la misma pared del destino, desblindando cualquier otro cristal que pudiera interferir de romper aquella promesa a los chicos que se encontraba resguardados en la casa del albino.

Así que, con ese paso seguro y aún con sus armas en mano los hermanos He caminaron por las instalaciones cuidando no ser vistos en ningún momento por nadie en lo que iban colocando los detonadores en aquellos puntos estratégicos que habían ideado cuando iban de camino al lugar, porque sí, su plan original se había ido a la mierda desde el momento en el que Jianza había decidido destruir la casa de He Tian con la finalidad de matarlo, lo bueno es que sus ágiles mentes no se detuvieron de pensar y conociendo ese lugar como la palma de su mano decidieron colocar pequeños pero increíblemente poderosos detonantes en el edificio, algo por demás ingenioso.

Cada vez se acercaban más a su punto de encuentro, ese donde sabían que se hallaba su padre, lo sabían por los desgarradores gritos de una mujer que claramente era su nueva víctima tratando de extorsionar a alguien, como odiaban esa retorcida mente que su progenitor poseía.

Trataron de ignorarlo, de nada les serviría ponerse sentimentales, creerse un par de héroes ante la crisis por la que pasaban, no, ellos debían seguir firmes, manteniendo la cabeza fría ante cualquier lamento que pudieran escuchar, aún si el frío del lugar les parecía sofocante, miles de recuerdos recorriendo la mente del mayor, hacía años que no entraba a ese lugar, aquel en el que había sufrido tanto.

Era obvio, se veía muy tenso, su hermano era consciente de todo eso y más sin embargo He Cheng no se detenía, tragándose los horribles y dolorosos recuerdos que trataban de nublar su meta sanguinaria, pero no se los iba a permitir, no, claro que no, él tenía que acabar con ese maldito en ese momento y ningún sentimentalismo se lo iba a impedir.

Aquella mirada tan decidida, acompañada con aquel ceño fruncido y los puños bien apretados fueron señal suficiente para que He Tian colocara los últimos explosivos en la parte de arriba, el pilar que mantenía aquel edificio de pie, ahora sólo faltaba rodear las entradas y salidas de donde se encontraba Jianza, entonces todo habría terminado.