Capítulo XI

101 14 1
                                    

NARRA MÓNICA:
Tenía mil mensajes y dos mil llamadas de Cristóbal, pero como no le respondía se dignó a aparecer en mi casa por la tarde.
— ¿QUÉ COÑO HACES AQUÍ?
— No hicimos nada.
¡¿Qué?!
Que aquella noche, no hicimos nada.
Explícate... —dije desorbitada.
— Cuando te besé me diste un empujón, yo entendí que estabas ya con otra persona. Te dije de cenar juntos y te emborrachaste tanto que nos desnudamos y nos metimos en la cama. No pasó de ahí.
— Vale... Y ahora dime por qué demonios me dijiste que nos acostamos.
— Muy fácil. Yo te quiero Mónica y,...
— Por ahí no vas bien. Ahora que lo pienso... Estuvimos en el estudio. Tenías tu cama en el estudio. ¡MARÍA TE HA ECHADO DE SU CASA!
— No, yo dejé a María, pero eso no es lo importante. Yo te quiero, nunca he dejado de hacerlo.
— Hombre claro, no puedes dejar de querer a alguien si ni siquiera le has empezado a querer. Pero centrémonos en lo de María. ¡Te ha echado! ¡No tienes dónde vivir! Menudo hipócrita, no has cambiado. Ya me parecía a mí raro que estuvieras de ese amable...
— Mónica...
— Vete.
— Pero...
— ¡¡QUÉ TE VAYAS!!
Cristóbal se fue cabizbajo. Iba a volver a entrar a mi casa cuando vi que mi hermana se acercaba a mí.
— ¿Raquel? ¿Qué haces aquí?
— Eso no importa.
— ¿Cuánto tiempo has escuchado?
— Estaba viniendo para darte una sorpresa pero le he visto que iba delante mío y me he parado a escucharos. Pero, ¿no lo ves? ¡¡Qué ese novio buenorro tuyo se ha distanciado por nada!!
— Pero, se ha distanciado...
— Cada vez estás más idiota hermanita, ¡¡ves a por él!!
— Me ignora, ¿crees que no lo he probado?
— ¡AH! Tengo una idea... ¿Puedo pasar?
— Claro.
Raquel pasó a mi casa y estuvimos horas hablando. Trazamos un plan y yo solo esperaba que Óscar volviera conmigo. Además, faltaban dos días para un acontecimiento especial...

¿Estrellas, o tu mirada?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora