Capítulo XII

98 15 1
                                    

NARRA ÓSCAR:
Estaba en mi casa, acababa de hablar con mis padres que me habían felicitado; cuando me llegó aquél mensaje.
"Óscar soy Raquel, la hermana de Mónica. Mó no me contestaba los mensajes, he ido a su casa y estaba en el suelo sin conocimiento. No le encuentro el pulso. Ven, por favor NECESITO TU AYUDA"
El corazón me dio un vuelco. Sin coger nada más que mi móvil, salí corriendo de mi casa. Aunque me había distanciado de Mónica, no me podía imaginar una vida sin ella.
NARRA MÓNICA:
¡Era Óscar! Estaba llamando al timbre y yo había estado toda la mañana preparando la casa para aquella ocasión. No había querido ni comer porque si no no me daba tiempo, y ahora ya había llegado el momento.
Fui a abrirle, y cuando me vió se quedó sorprendido.
— Mónica, pero si tu hermana me ha dicho...
— Fíjate tú, he tenido que hacer que me moría para que me hicieras caso.
— ¿Qué quieres?
— Me toca hablar. He estado dos días preparándome lo que te voy a decir así que pasa, por favor.
Óscar asintió con una expresión la cual yo no sabía que quería decir, pero se limitó a pasar sin decir nada, observándome.
— Mira Óscar, Cristóbal y yo no hicimos nada aquella noche. Solo dormimos. Pero él me dijo que sí ocurrió porque su novia, o casi que mejor ex novia, le echó de su casa. Quería volver conmigo para tener un hogar, y me mintió. Me lo contó él mismo, y por su puñetera mentira tú y yo nos hemos distanciado. Pero yo no quiero eso Óscar, ahora más que nunca tengo claro que quiero estar contigo, porque te quiero como nunca he querido a nadie.
— Me lo estás poniendo muy difícil...
— ¿El qué?
— El no haberte cogido en brazos aún.
— Pues, ¿a qué esperas? —dije sonriéndole.
Óscar me cogió en sus brazos y nos empezamos a reír mirándonos a los ojos dulcemente.
— Por cierto Óscar, ¿sabes que hoy es un día especial no?
— Sigue...
— Hoy hace unos cuantos añitos que nació una persona que me tiene totalmente pillada. He tardado tiempo, pero he encontrado un regalo que esté a tu altura...
— ¿Qué? ¿Enserio?
— Claro cielo, aquí tienes. —le dije mientras le daba aquél regalo que tantos días me había costado encontrar y preparar.

¿Estrellas, o tu mirada?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora