Capítulo 18:Fraternidad

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Apoyo los pies en el frío suelo,después de una larga siesta de cinco horas,mi médico me despertó como me prometió,aunque me dió algunas instrucciones.

-Sentirás tu cuerpo pesado,las piernas te temblaran un poco los primeros días,pero después todo estará bien,aunque te aviso,estar cinco días en coma tiene sus consecuencias,quiero decir,tendrás que hacer una pequeña rehabilitación,te costará andar ahora,pero con un poco de tu esfuerzo lo conseguirás.Después ya podrá hacer tu vida normal en la armada,aunque te irá un médico a visitar,probablemente sea yo,en dos días para verte y evaluarte.

Ahora mismo me sujeta por los brazos,para que no me caiga mientras doy mis primeros pasos,pero cuando me suelta después de saber que puedo andar,me caigo al suelo como una marioneta enclenque.Me siento avergonzada mientras me recompongo para levantarme de nuevo,sujetándome con el borde de la cama.Lo hago a duras penas,pero cuando el médico me intenta ayudar yo niego con la cabeza.

-Debo hacerlo yo sola.-respondo entrecortadamente.

Cuando consigo estar de pie,avanzo con la mano siempre apoyada doy unos cuantos pasos,hasta asegurarme de que puedo andar con normalidad y me doy un pequeño paseo por la sala ante la atenta mirada de mi médico.Me paro después de unos minutos en mitad de la sala con mi bata.Miro al médico que me mira a mí algo estupefacto.

-¿Dónde está mi ropa?Quisiera irme lo antes posible.-le digo algo seria.

El médico sale de la habitación y vuelve unos segundos después con mi ropa doblada sobre sus brazos,la cojo firmemente y me voy a cambiarme.Me miro al espejo.Esto me ha pasado por bajar la guardia,por confiar,por hacer locuras sin importancia,he bajado la guardia y aquí,ya he aprendido que si la bajas por un segundo te atienes a las consecuencias,y mis consecuencias han sido ser envenenada.Si Maine quiere guerra,tendrá guerra.Me visto rápidamente y me recojo el pelo en una coleta alta,para que todos vean mi cara,la cara de un alma gemela,la cara de una luchadora que no se va a rendir sin haber luchado antes,la cara de Troublemaker.Salgo del baño y después de que el médico me de algunas instrucciones salgo por la puerta.La gente me señala sonriente y sorprendida a mi paso,pero yo me mantengo firme,no debo bajar la guardia,jamás.Sigo caminando con la cabeza alta y los ojos firmes sobre el pasillo hasta que descubro a Matt sentado en una silla no muy lejos de mi habitación,nada más verme se acerca hasta mí y me abraza.

-Pensé que estabas muerta...-me susurra al oído.

Acepto el abrazo,no sin estar alerta igualmente.Se separa de mí para verme la cara.

-¿Sabes ya lo que ha sido?-pregunta con la voz firme ahora,para no levantar sospechas.

-Os lo contaré a Geena y a ti,pero antes tengo que solucionar unas cosas.-respondo con el semblante crispado.

En realidad tan solo maquinar mi venganza,pero aún así Matt asiente.Me despido de él con la mano y me voy directa a la sala de entrenamiento,necesito descargar mi ira en algo.Entro casi corriendo a la sala cuando me aseguro de que no hay nadie.Llego hasta los sacos y después de ponerme los guantes para no hacerme daño,empiezo a golpearlo,imaginándome su cara sonriente,con más fuerza,más fuerza.Noto que me canso,pero aún así continúo golpeando,con todo el cuerpo,pies,brazos,puñetazos y hasta que mi ira no se apaga para.Me siento muy débil,tanto que me caigo al suelo sintiendo las piernas temblar,me quedo un rato tumbada,intentando recuperar la calma hasta que me levanto y tiro los guantes de mala gana al suelo.Me apoyo en una mesa de madera con firmeza,respirando con dificultad debido al nerviosismo,pero debo tranquilizarme,debo hacerlo.La imagen de Jack viene a mi cabeza.Sus ojos azules que me miran sonrientes,su alborotado pelo y su sonrisa perfecta.Le echo de menos.Sobre todo sabiendo que no le volveré a ver jamás,ya desecho la oportunidad de volver a besarle.Siento que estoy a punto de derrumbarme,cuando algo dentro de mí chilla,un dolor en el estómago repentino hace que grite.Me lo agarro fuertemente y me caigo de rodillas al suelo.Empiezo a chillar sin poder contenerme,el dolor es insoportable,como un montón de dagas que se me clavan.De repente descubro a Paul corriendo hacia mí.Se sienta a mi lado.

TroublemakerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora