38. Las cartas

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Anduve lo mismo que cualquiera en busca de unas manos que, en mitad de la noche, entre tantos idiomas el mío comprendiera.
(J. Sabina)

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Nota: creo que este será el capítulo más largo de mi vida. Pensé en dividirlo, pero ¡tenían que leer este final!. Lean con tiempo porque es más o menos como cinco capítulos míos. Espero sus comentarios de odio al final… y sus comentarios bipolares durante todo… (Sí, soy mala)

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POV MAGNUS

Regreso a la habitación, cargando con todas las cartas, incluida la roja, enciendo la luz de noche en la mesa alejada de la cama, miro a Alexander, hermoso y pacífico, dormir, antes de empezar a leerlas todas:

CARTA 1

<<Querido exbrujo de Brooklyn:

Generalmente las personas, shadowhunters y subterráneos, acuden a ti para borrar y recuperar recuerdos. Así que debe ser raro que sea ahora yo (un shadowhunter) quien tenga que refrescar tu memoria… Y no un shadowhunter cualquiera.

Tú y yo nos conocimos en la fiesta de cumpleaños de tu gato, por un asunto precisamente de recuerdos… Tú habías borrado la memoria de Clary, cuando era sólo una niña, para alejarla del mundo de las sombras… Y ahora quien está lejos de ese mundo eres tú, y te necesito de vuelta.

Seguramente te preguntes muchas cosas, como qué es un shadowhunter (yo, quien te escribe, soy uno de ellos), un nephilim, ya sabes, sangre de ángel, estamos en el mundo para proteger a lo mundanos de los demonios…porque todas las historias son reales (y a veces los sueños también).

Los subterráneos (tú eres, eras, uno…en otra vida) eran los brujos, vampiros y hadas… Tú eras un hijo de Lilith cuando te conocí, en un mundo donde no estaba bien visto ser gay, ni mezclarse con subterráneos y menos con el gran M.B. (brujo bisexual, librepensador y espontaneo). En un mundo que tuvimos que poner de cabeza para poder estar juntos…

Y lo volvería a hacer, una y mil veces, ¿sabes? No me importa cuántas veces renazca y si me dan recuerdos o no de esa vida juntos…porque, con memoria o sin ella, tú siempre estarás en mi corazón. Y al corazón no hay quién le gane, contra un amor como el nuestro no podría ni Asmodeus, príncipe del infierno, padre tuyo.

Nunca tendrías que haber dado tu inmortalidad por mí en Edom, yo hubiera preferido morir ahí contigo; porque, como te dije, no quiero el mundo, te quiero a ti. Aunque hoy la vida nos da una segunda oportunidad…

Nuestra historia comenzó buscando recuerdos en una fiesta y parecía haber terminado en Edom, contigo entregando tu inmortalidad para salvar a una pandilla de estúpidos shadowhunters adolescentes… Y todo porque estabas enamorado de uno de ellos (y él de ti, perdidamente). Pero hoy te cuento la segunda parte…

Dicen que las segundas partes nunca fueron buenas. Pero también decían que un shadowhunter y un brujo no podían amarse y tú y yo lo hicimos, fuimos la excepción a esa regla. ¿Por qué no romper otra? ¿Por qué no romperlas todas? Incluso las del tiempo y el espacio, porque tal vez no debimos habernos encontrado, pero lo hicimos… Porque mi corazón siempre buscará al tuyo…

Siempre esperaré por ti, en ésta y en todas mis vidas. En la anterior tú me conquistaste con detalles y paciencia, tú le diste brillo a mi mundo, fuiste mi mundo… En ésta me tocó a mí, es mi turno de ganar tu amor o, mejor dicho, de recuperarlo.

Y ésta es sólo la primera de muchas cartas, mi amor.

Con cariño, tu nephilim estúpido.>>

Leí la primera carta y, empezando a sentirme estúpido y paranoico, noté varias frases que llamaron mi atención así que empecé a subrayarlas.

Fueron principalmente tres las que me metieron la idea en la cabeza: “ahora yo (un shadowhunter)”, ¿era Alexander hablando de él como uno?, “tú eres, eras, uno…en otra vida”, ¿un hijo de Lilith era un brujo?, “y menos con el gran M.B.”, ¿Magnus Bane?

Mi inmortalidad por tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora