2. Ojos azules

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No nacimos juntos. Nuestro encuentro se debió a un azar ¿feliz? Es demasiado pronto aún para afirmarlo. Coincidimos en una exposición, una conferencia, en un cine-club; tropezamos en un elevador; me cedió su asiento en el tranvía; un guardabosques interrumpió nuestra perpleja y, hasta entonces, paralela contemplación de la jirafa porque era hora de cerrar el zoológico. Alguien, él o yo, hizo la pregunta idiota pero indispensable: ¿usted estudia o trabaja? Armonía de interés y de buenas intenciones, manifestación de propósitos "serios". Hace un año yo no tenía la menor idea de su existencia y ahora reposo junto a él...
(Rosario Castellanos)

***

POV MAGNUS
Esos enormes y expresivos ojos azules me acosan cada noche. Teniendo en cuenta que es mi combinación favorita en una persona (cabello negro + ojos azules) no debe ser tan raro. Lo extraño de esta historia es que lo sueño cada noche y no logro recordarlo al día siguiente... Pero hay un momento, esos breves minutos en que aún estás entre la inconsciencia y la consciencia, entre dormido y despierto, en que sus ojos aún están en mi mente y me parece escuchar su voz susurrando mi nombre con infinita ternura: Magnus...

Generalmente lo olvido a lo largo del día, mi mente pasa a ocuparse de otras cosas y no me da tiempo de intentar recordar esos ojos tan azules, tan vivos...tan...tan ¡ÉL! Y es que ni siquiera sé su nombre o la forma de su rostro, de sus labios, la suavidad de su piel, el toque de sus manos...sólo sus ojos no logran escapárseme del todo. Como decía, generalmente lo olvido a los pocos minutos de despertar, pero hoy no...hoy esos ojos aparecen cada que cierro los míos, a tal grado que empiezo a ponerme nervioso, ¡nervioso yo, el magnífico Magnus Bane!, eso sí que nunca se ha visto, empiezo a pensar que me estoy volviendo loco...o la sequía en mi cama y mi corazón están empezando a afectarme... Pero desde que, hace unos meses, esos ojos empezaron a aparecer en mis sueños no he tenido deseos de estar con nadie, de tener a nadie entre mis sábanas ni de intentar abrir mi corazón...el cual siempre termina roto además.

Sacudo mi cabeza para liberarme, o intentarlo al menos, de esos ojos profundos como el mar. Hoy no puedo distraerme con tonterías, no es que considere una tontería esos hermosos ojos, pero hoy empieza mi trabajo en la "Escuela de escritores" y no puedo hacerlo mal mi primer día, es el trabajo de mis sueños, es lo que me gusta hacer, lo que me apasiona y no puedo echarlo a perder por un simple sueño que ni recuerdo bien...

Después de una ducha no tan rápida, la elección adecuada de ropa y un buen desayuno, me dirigí a la Escuela. Mi primera clase era un taller en realidad, "Expresión literaria", no estaba planeada esta clase para mí, pero mi amiga Tessa (gracias a la cual conseguí el empleo) se fue de vacaciones y me pidió que me haga cargo un par de semanas, <<Te servirá para aclimatarte>> me dijo, como si lo necesitara, yo soy un magnifico profesor, no necesito aclimatarme. Pero a Tessa no se le puede negar nada, así que voy al taller, llevo algunos libros sobre Asmodeus (de mi autoría), uno de ellos relata la vida de un brujo...no sé por qué siempre me ha atraído el tema. No es que quiera ser pretencioso al presentarme con algo de mi autoría, pero pienso que así tal vez los chicos me tomen algo de confianza para mostrarme a su vez lo que ellos escriben. Sé que es privado, el único taller en que es privado lo que escriben, no tienen que compartirlo con nadie más que con Tessa, así que necesito atraer su confianza para lograr algo bueno estas dos semanas...

Estacioné el auto y bajé de prisa, faltaban dos minutos para que empezara la clase y, aunque mi magnifica persona acostumbra llegar tarde en su vida privada, en lo profesional la impuntualidad no está permitida.

En la entrada estaba un chico, unos centímetros más bajo que yo, aparentaba unos 19 años, de piel pálida, cabello negro, su mirada estaba perdida en la placa por lo que no pude ver sus ojos... Cuando pasé junto a él algo en el ambiente cambió, sentí la piel de mis brazos erizarse, el chico a mi lado se tensó también, si fue casualidad o no, no lo supe, en el momento en que iba a preguntarle si lo había sentido también o si estaba bien, sonó la campana y, sin mirarlo una última vez, avancé rápidamente buscando el aula indicada. Tal vez lo encontraría de nuevo y podría preguntarle, aunque no vi su rostro, seguro no lo reconocería...

Llegué al taller un minuto tarde, ¡maldito chico desconocido!, con un seco <<buenos días>> hacia la clase dejé mis libros en una esquina del escritorio y me giré para escribir en el pizarrón... EDOM. Podríamos empezar con un escrito temático para romper el hielo...

Sentí a un alumno llegar un minuto después de mí e intentar pasar desapercibido, en cualquier otra ocasión le habría prohibido la entrada ya que la impuntualidad es importante, pero después de mi retraso, ¿quién era yo para reclamar impuntualidad?

Sonreí cuando escuché un ruido a mis espaldas y una maldición susurrada por una voz encantadoramente dulce... Me giré para ver el origen del ruido y no pude evitar fruncir el ceño cuando vi mis libros tirados y unas pálidas manos nerviosas tratando de recogerlos. Me apiadé de él por este último gesto, ¿quién se pone nervioso por algo así?, así que me agaché frente a él para ayudarlo. No pude ver su rostro muy bien, ya que su cabello ocultaba sus ojos y sombreaba lo demás (¿qué obsesión traigo hoy con los ojos?).

Cuando ya sólo faltaba un libro me apresuré a tomarlo, ese no era un simple libro, era un borrador que se había colado seguramente por un error mío, pensaba titularlo "ojos azules"...la razón es evidente, era un estudio sobre la interpretación de los sueños, los recuerdos y la reencarnación. El chico, sin saber lo valioso que era, lo tomó en el mismo momento que yo y una marea de emociones me embargó junto con un flashazo de imágenes que no entendía y algunas frases sueltas que no tenían mucho sentido para mí, pero esa voz en cambio hizo saltar mi corazón: <<Moriremos juntos. Al menos déjame quedarme contigo>>, <<No quiero el mundo. Te quiero a ti>>, <<No a todos los que amo>>.

Sentí al chico contener la respiración mientras alejaba su mano bruscamente, jadee por la sorpresa y levanté mi mirada para encontrarme con la suya de un azul tan familiar para mí que ahora fui yo quien se quedó sin respiración.
-Magnus -susurró él con incredulidad, ¿lo conocía?, mientras de mis labios se escapaba sin permiso un: -¿Alexander?

Él me regaló la más bella sonrisa que haya visto nunca, una que hizo mi corazón detenerse y a la vez latir más rápido, una que me hizo querer sonreír de vuelta y tomarlo en mis brazos... Me acerqué, inconscientemente, a él, mi cuerpo parecía tener vida propia y entonces se desmayó...llegué justo a tiempo para sostenerlo. Y se sentía tan familiar, tan correcto, su cuerpo cerca del mío, que sentí la necesidad de no soltarlo nunca más. <<Tengo que salvarte...>> le dije al cuerpo inconsciente, apretándolo fuerte contra mi pecho, sin entender ni mis actos ni mis palabras...

CONTINUARÁ...

***
Bueno decidí que Magnus no recordará, únicamente soñará con sus ojos azules, pero tendrá algunas sensaciones que no entenderá del todo...de momento. Ahora la cosa es, ¿le bastarán a Alec dos semanas para hacer que Magnus lo recuerde y vuelva a amarlo?
Generalmente yo escribo sólo desde el punto de vista de Alec, probablemente porque soy como él en mi vida, así que no sé qué tan mal haya quedado este capítulo...espero que no tanto.
Gracias por leer y comentar, sin sus comentario esto se habría quedado en capítulo único <3

Mi inmortalidad por tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora