11. Viernes de...

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Existe una cita aún sin hora ni fecha para encontrarnos, yo ahí estaré puntual, no sé si tú.
(Julio Cortázar)

* * *

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Hay pocas cosas que empiezan definitivamente mal y acaban tan bien. Pocas cosas perdemos, parecía que para siempre, y logramos recuperarlas en un giro inesperado. Nuestra primera cita fue una de las primeras, y nuestro amor es el mejor ejemplo para lo segundo.

Nosotros somos esos amantes eternos de los que habla Isabel Allende, nuestro karma es buscarnos y encontrarnos una y otra vez. O, como dice Cortázar, andábamos sin buscarnos pero sabiendo que andábamos para encontrarnos. Puede que no lo supiéramos, no exactamente, pero nuestro corazón recordaba al otro, por eso yo llevo tanto tiempo soñando con tus ojos...

Hoy es nuestra primera cita, la primera de esta vida, claro, y si yo te contara lo desastrosa que fue la anterior...desastrosa al comienzo, como ya dije, para terminar bien...más que bien...

Mi boca sobre la tuya en un beso que no tardó en volverse fuego, mis manos explorando tu cuerpo, las tuyas sobre el mío, respirar ya era difícil, y no importaba, mis labios en tu cuello trazando un camino húmedo... Y el sofá nos esperaba, me jalaste sobre ti, las caricias parecían ser insuficientes para el deseo que ya nos quemaba y entonces rompí la magia al besar la palma de tu mano...

Ahora lo entiendo, ¿sabes? No me estabas "enviando a casa", me estabas dando la libertad de pensar y decidir con la cabeza fría y no dejarme llevar por el momento...Aun a costa de tus deseos, porque sé que también lo deseabas, habría sido mi primera vez y te detuviste por mí, porque tienes el mejor corazón, porque debía suceder ya enamorados y no en la primera cita, porque querías que en ese acto, cuando sucediera, nos entregáramos el alma y no sólo el cuerpo.

Algún día podremos escribir juntos la versión de esta otra primera cita.

Con todo el amor, tu Alexander.>>

POV ALEC

Vi a la rubia salir del salón y algo me hirvió de nuevo en la sangre, tenía que...saber al menos su nombre...

Iba a poner el nombre de Magnus en la carta para dársela, ya no me importaba confesárselo todo...cuando una mano se posó en mi hombro. -Yo no haría eso...

Levanté mi mirada para encontrarme con los ojos serios de la enfermera. ¿Ella qué...?

-Yo no le daría esa carta a Magnus -me aclaró con voz firme.

-N-no sé de q-qué habla... Es una t-tarea... El p-profesor Bane... No es p-personal... -empecé a medio tartamudear nervioso.

Ella sólo se rió. -¿De verdad no me recuerdas? No es que conviviéramos mucho, pero gracias a mí Magnus dejó de ser un estúpido...

Y su voz llegó a mi mente: <<Te perdoné porque te amo y odio estar sin ti. Yo lo odio, mi gato lo odia. Y porque Catarina me convenció de que estaba siendo un estúpido>>.
Apenas y logré encontrar mi voz para preguntar: -¿Catarina?

Ella asintió con una sonrisa no del todo feliz. Y yo no entendía nada. -Pero, ¿cómo...? ¿por qué...?

Me miró en silencio unos segundos antes de decir: -Mira, este no es el momento ni el lugar, sólo debes saber que no fue fácil...a...Tessa y a mí nos costó mucho lograr esto, en esta vida. Pero siempre hay un truco bajo la manga, ¿no? No logramos hacerlo perfecto...Magnus no recordó y tú, extrañamente, tú sí. Y el trato que hicimos con Asmodeus fue contra reloj, porque quiere divertirse el muy...

-N-no entiendo... -mi corazón empezaba a latir con miedo.

-Sólo les conseguimos dos semanas, Alexander. Si tú no logras que recuerde, no basta que sienta porque en realidad su corazón nunca te olvidó... Si no logras que recuerde...

Vimos a Magnus salir y caminar hacia nosotros, ella se apresuró a sacar una tarjeta y me dijo a prisa: -Llámame y nos veremos mañana, tenemos que explicarte... -se detuvo cuando Magnus estuvo frente a nosotros. -Profesor Bane -lo saludó con una inclinación de cabeza y susurró antes de irse un muy bajito "Carpe diem".

En mi cabeza ahora cada palabra de Catarina cobraba sentido, en cambio Magnus la vio irse con cara de completa confusión.
-¿Qué..? -pero no alcanzó a terminar su pregunta porque mi celular sonó.

Lo vi, disculpándome por la interrupción, y él, con un gesto con la mano, me indicó que contestara tranquilo.

<<-Izzy...
-Alec, queremos invitarte a comer...
-¿Queremos quién?
-¿Alec? Soy Jace, queremos que vengas a conocer a Clary y Simon...
Casi podía sentir su sonrisa y no pude evitar un poco de amargura en mi voz: -Ya los conozco...
-¿Qué? ¿Cuándo? -preguntaron ambos y yo quise golpearme por la estupidez que acababa de decir.
-Es decir... N-no los conozco, pero lo siento así de tanto que hablan de ellos...
-¡Pero, Alec! -se quejó Isabelle-. ¡Por favor!
-No puedo, otro día...
-Alec, no seas así... -ahora Jace.
-Lo siento, no puedo, tengo planes. Diviértanse. -y colgué>>

Magnus me miraba curioso. -Si quieres ir...podemos dejarlo para otro di...

-¡NO! -no lo dejé terminar, ahora menos que nunca podía perder el tiempo. Tomé su mano con la mía e, ignorando la placentera sensación que empezaba a recorrer mi cuerpo, inundándome de paz y amor, lo jalé hacia la salida...

* * *

POV MAGNUS

La piel me hormigueaba por el contacto de la suya con la mía, su mano enviaba una corriente eléctrica que parecía llegar a mi corazón, que en este momento latía enloquecido.

Me gustaba la sensación. No entendía, pero me gustaba. Era como si mi cuerpo ya estuviera acostumbrado.

Sentí algunas miradas sobre nosotros, pero si a Alexander no le importaba, a mí tampoco.

* * *

Fuimos a un restaurante cerca de la universidad, llamado "El 13", y su ambiente, turbio y descuidado, más el aspecto a su alrededor, estaba entre una fila de edificios de ladrillo rojo y aspecto cansado, luchaba por remover algo en mi memoria. Pero eso no tenía sentido.

Abrí la puerta para que Alexander entrara y, al instante, nos invadió la musica y la letra de una canción:

I've waited a hundred years
But I'd wait a million more for you
Nothing prepared me for
What the privilege of being yours would do...

Alexander se detuvo frente a una mesa, mientras me decía, casi cantando: -Tu amor es mi vuelta de página...

Yo lo miré curioso y no pude evitar una sonrisa mientras me sentaba. -¿Te gusta esa canción? ¿Quién espera cien años o un millón por...?

-Yo lo haría -se apresuró a decir muy serio-. Yo...tal vez lo hice. ¿Crees en la reencarnación, Magnus Bane? ¿En estar destinados una vida tras otra?

El azul de sus ojos brillaba más que nunca. Abrí la boca para contestar, seguro de mi respuesta... Y entonces todo sucedió muy rápido y el lugar se llenó de palabras y miradas confusas.

Una mano en mi hombro me hizo girarme.

-¿Magnus? -preguntó Clary.
-¿Jace? -Alexander se refirió a un rubio.
-¿Alec? -preguntó una chica muy parecida a Alexander.
Y a mí no me quedo de otra que referirme a quien faltaba: -Samuel, ¿qué hacen aquí?
-Es Simon...
-Como sea...

CONTINUARÁ...

No tengo nada que decir 😂, sólo no me odien por dejarla aquí... Si quedó horrible, eso sí pueden decirlo, siempre puede cambiarse 😅

Mi inmortalidad por tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora