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Cepillé un poco mi cabello. Estaba muy despeinado y ya estaba en la hora para mi quimioterapia.

En mi brazo derecho se podía apreciar un moretón por la endovenosa. Mi cara se había chupado un poco y me sentía más débil de lo normal.

No sé si las quimioterapias estén ayudando mucho, tampoco sé si habrán otros métodos que sean menos agotadores. Pero de todas formas no lo haría.

No lo vería más a él.

-Jiminnie, ¡Van a ser las 6! -me gritó mamá desde abajo- ¿Estás listo?

-¡Ya voy! -le contesté.

Me miré por última vez verificando si se me veía bien el cabello así.

Bajé mi cabeza para abrir la llave y lavar mi cara. Me encontré con algo que no quería.

Sentí mucha angustia, mucho miedo, sentí asco al ver mechones rosados provenientes de mi cabeza en el lavamanos esparcidos.

Lágrimas comenzaron a correr por mis mejillas en gran cantidad. No emití ningún sonido, para que no me escuchara mamá y se asustara.

-me voy a ver horrible... -murmuré entre mis lágrimas- ya lo soy...

Sequé mis lágrimas y fui rápidamente al closet por un gorro.

No me importó mucho que afuera el clima no me acompañaba para ocupar la excusa de "tengo frío y por eso ocupo un gorro de lana".

Cuando subí al auto mamá me preguntó porque lo traía. Me quedé callado, al rato le dije que había visto a alguien así y encontré que se veía bien. Solo rió y no habló más del tema.

Ventajas de tener cáncer: no te cuestionan nada de lo que hagas -pensé.

-¿Seguro que no quieres que te acompañe? -me preguntó tan cariñosa como siempre.

-si, mamá -le sonreí- no puedo hablar de mi amigo contigo ahí.

-ah, tienes un amigo y no me habías contado nada -sonrió- ¿Cómo se llama? ¿Es un enfermero, un doctor, un...? -la interrumpí.

-no te diré -abrí la puerta del auto y salí de allí- posiblemente lo espantes -reí.

-¡Jimin! -me reprochó.

Entré al hospital. Hice el mismo procedimiento de todos los días de ir con la enferma.

Ellas tampoco me dijeron mucho de andar con gorro, supongo que ya se imaginan por qué lo ocupo.

Al entrar a la sala me percaté que él no estaba.

Le pregunté a una enferma y me contestó que ya había terminado sus sesiones y hoy le tocaba descanso.

Hoy aparte de perder mi cabello y asarme de calor, no lo veré.

Supongo que eso es bueno porque así no verá los faltantes mechones de pelo en mi cabeza.

Pero también sería malo. Malo para mi salud, malo para mi corazón.

No debo ser egoísta. Él también necesita descansar.

Él ha sufrido más que yo.

He ~ KookminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora