Aunque me costó llegar a la habitación de Jungkook lo hice.
Le pedí ayuda a una enferma que se veía bien simpática a buscar la habitación de él. Creí que no lo haría pero se apiadó de mi y me ayudó en mi búsqueda.
Estaba en su cama durmiendo plácidamente. Me acerqué tan solo un poquito para poder verlo y tranquilizarme.
Por alguna razón al verlo solas las lágrimas salían por mis ojos.
Creí que lo había perdido para siempre, pero ahí estaba frente a mí respirando y viviendo.
Sequé mis lágrimas con mis manos.
Ya debo irme, si llega alguien puedo estar en problemas y no quiero eso.
Antes de abrir la puerta el crujido de la cama hizo que me detuviera de inmediato.
-¿Jimin? -preguntó él.
-¿Cómo es que puedes reconocerme con una luz tan tenue? -dije intentando no mostrar el nerviosismo en mi voz.
-¿¡En serio eres tú!? -su tono se hizo esperanzador.
Prendió la luz iluminando toda la sala. De inmediato se puso de pie y tan rápido como pudo llegó junto a mí.
Por más que me prometí no llorar eso es lo que estaba haciendo ahora al mirarlo.
-¿¡Estás bien!? -tomó mis manitas- ¿P-por qué lloras?
-¿Tú estás bien? -mordí mi labio.
-yo te pregunté primero... ¿Por qué estás llorando?
Me costaba mucho hablar. Tan solo me tiré a él en un abrazo. No quería soltarlo, no quería que se fuera, no quiero que muera.
Sin dejar en ningún momento de abrazarlo él se dirigió a apagar la luz. Era la única habitación iluminada y si alguien pasaba por ahí sospecharían que algo pasaba lo cual me metería en problemas.
Nos acostamos en su cama, él acariciaba mi cabeza y yo seguía aferrado a su cuerpo llorando en su pecho.
-Chimchim... ¿Qué pasa? -me preguntó- me tienes preocupado.
-p-perdón -respondí- creí que tú... tú... estabas...
-¿Muerto? -Asentí- auch.
-lo soñé -sequé mis lágrimas- no sabía si estabas bien y necesitaba venir a verte... perdón.
-¿Por qué pides perdón? Me alegra que hayas venido a verme... yo igual necesitaba verte.
Entrelacé mi mano con la suya y la dejé reposar en su abdomen.
Al cabo de unos segundos nos habíamos quedado dormido. Yo fui el primero. Sentí como él me tapó con la manta y depositó un beso en mi frente.
No quiero que esto acabe nunca.