28

7.3K 1K 113
                                    

Si antes solo venía por la tarde al hospital, ahora me pasaba todo el día aquí cuidando de Jungkook y él cuidando de mí.

Llegaba aquí a las 9am y me iba a las 9pm. Nunca antes 12 horas en el hospital habían sido tan satisfactorias.

-despierta, dormilón -dije en cuanto abrí la puerta de la habitación de él.

Jungkook dormía como un tronco. Siempre que llegaba tenía que despertarlo, yo creo que desde que comenzó nuestra relación amorosa que tiene que levantarse temprano.

-Kookie... -dejé mi abrigo a un lado y me acosté junto a él.

Tenía sus ojos cerrados y hasta un poco de baba colgaba de su boca. Con el puño de mi suéter limpie sus labios y le di un pequeño beso que logró despertarlo.

-Buenos días -susurré en sus labios.

-Ya es un buen día ¿sabes por qué? -negué con la cabeza- porque la primera cosa que vi al despertar fuiste tú.

Sonreí como un tonto y terminé plantandole un beso en los labios. Me acurruqué más a su cuerpo bajo las tapas entrelazando mis manos en su cintura.

Esta será una de las cosas que más extrañaré cuando él vaya a Tokio. Si tan solo pudiera hacer algo para que se quedara.

-te ves lindo hoy -comentó- me gusta como se te ve el pelo castaño.

-¿lo dices en serio?

-por algo elegí esa peluca para ti ¿no? -besó mi nariz- eres una de las cositas más lindas que he conocido.

Hace unos días atrás había decidido por fin rapar mi cabello por completo. Aunque solo quedaban un par de mechones rosas sueltos rondando por mi cabeza fueron los mechones que más me costó sacar.

Jungkook me había acompañado e incentivado a rapar mi cabello. Me dio la mano cuando el último mechón cayó en el lavamanos, besó mi cabeza ahora calva diciendo que el pelo no era lo que a uno lo hacia lindo, sino que la calidad de persona.

Él se había ofrecido a pagar mi peluca con la condición de él elegirla. No quería hacerlo gastar dinero en mí, pero insistió con que quería darme un regalo en lo que le quedaba de vida.

Tomó mi mano y la puso en su pecho, volvió a cerrar los ojos. Yo le seguí la corriente.

-El sábado habrá una pequeña fiesta de disfraces en el hospital -río- es estúpido, pero quieren darle esa pequeña chispa de felicidad a los más enfermos como yo... Me preguntaba si querías ir. No es necesario que vayamos a la fiesta en sí. Podríamos venir aquí y dormir.

-tú siempre pensando en dormir -sonreí- me encantaría ir contigo -le di un beso en la mejilla.

-aunque con esto intenten darnos una chispa de esperanza y felicidad no resultará, no para mí por lo menos.

-¿por qué no?

-porque ahora mi felicidad depende de un niño con mejillas gorditas que está junto a mí. Depende de mi novio, mi mochi.

Quedamos aferrados el uno del otro y nos dormimos nuevamente.

**
pa mi waxa vale🐰❤🌈

He ~ KookminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora