-¡Te gané! -exclamó con el mando en sus manos- ya van 5 a 0, ¿Seguro que no me estás dejando ganar a propósito?
La verdad es que era bien malo jugando en la xbox. En todo el tiempo que la he tenido la he ocupado solo un par de veces. Mis primos en juntas familiares se apoderan de ella y nada más.
-eres realmente bueno, Kookie -le sonreí.
-aish, ya me cansé -se tiró en mi cama hacia atrás- ¿Te importa si me quedó aquí un ratito?
-claro que no.
Apagué la xbox y junto a ello tomé el mando de Jungkook para guardarlo.
Se veía tan tranquilo y feliz luego de haberme ganado cinco veces consecutivas. Por un momento parecía ser un chico normal sin ninguna enfermedad.
-¿Tienes hambre? -le pregunté poniéndome de pie.
-un poquito -hizo un mini puchero.
-¿Qué quieres comer? hay leche, galletas, postres...
-¿Galletas? -sonrió- eso sería canibalismo para mí.
Ambos reímos ante su comentario. Kookie comiendo galletas, alto en canibalismo.
-leche y galletas estarán bien -contestó.
Partí hacia la cocina rápidamente. En dos vasos eché la leche y en un plato las tantas galletas que eran tanto para él como para mí. Yo también estaba hambriento.
Posiblemente esto no hubiera pasado estando en el hospital. Como pasan entregandole pastillas probablemente él estaría durmiendo y yo yéndome de allí.
Subí hasta a mi cuarto con la comida.
Él estaba sentado en el borde del ventanal viendo el paisaje. Ya eran las 6 más o menos, se podía ver el atardecer en su mayor resplandor.
-extrañaré esto -comentó.
-¿Extrañar qué cosa?
-los pequeños placeres de la vida, por ejemplo esta hermosa vista... -suspiró algo triste.
Todos en algún momento tendríamos que morir. Lamentablemente nuestra muerte sería prematura gracias a la cruda enfermedad que se llama Cáncer.
Dejé la bandeja encima de la cama y me acerqué al ventanal.
-Jimin... -susurró Jungkook.
-¿Sí?
-estoy enfermo...
-lo sé, Kookie. Yo también -acaricié su cabeza con mucha delicadeza- ambos tenemos cáncer.
-no, no... yo padezco otra enfermedad y creo que es mucho peor que cáncer.
¿De qué se trataba? ¿Sida?
Había un pequeño espacio junto a él. Me senté y tomé rápidamente sus manos las cuales se encontraban frías como de costumbre.
Su voz se había quebrado y una que otra lágrima se escapó de sus ojos.
Es la primera vez desde que lo conozco que lo veo tan indefenso.
-¿Qué otra enfermedad tienes? -pregunté preocupado.
-si te lo digo probablemente dejemos de ser amigos -suspiró.
-¿Qué cosas tan locas dices? Claro que no dejaré de ser tu amigo... estoy aquí para apoyarte.
-Jimin... -tomó aire- soy homosexual.
Yo también lo soy.
-Kookie -le sonreí- ser homosexual no es tener una enfermedad, es tan normal como ser hetero... no por eso dejaré de ser tu amigo, tontin.
Él se soltó de mi agarré y subió sus manos hasta mis mejillas acercando sus labios con los míos.
Ese beso tan de improvisto resultó ser el beso más lindo, dulce y lleno de amor que haya recibido en mi corta vida.
-me gustas -se alejó de mí- perdón.
Antes de que se pusiera de pie volví a acercarme a sus dulces labios.
-tú igual me gustas -sonreí- perdóname tú a mí.